Arrasa también Sarkozy en la elección legislativa de Francia
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El presidente
de
Francia,
Nicolas
Sarkozy,
ayer al votar
cerca de
París junto
a su esposa
Cecilia. El
flamante
mandatario
contará con
una sólida
mayoría
parlamentaria
que le
permitirá
apurar su
programa
reformista.
Sin embargo, la abstención alcanzó un récord cercano a 40%. Según datos parciales, la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) y sus aliados, que ya disponen de la mayoría absoluta desde 2002 en la actual Asamblea Nacional, consiguieron ayer en torno a 47 por ciento de los votos.
Ello se traducirá, según las proyecciones, entre 383 y 501 diputados en la Asamblea Nacional, cuyos 577 escaños se renuevan en estas legislativas.
El primer ministro, François Fillon, subrayó que «esta noche una parte del camino está hecho, pero hace falta que se confirme el próximo domingo» para tener «una mayoría para actuar».
Fillon, que fue reelegido en la primera ronda en su feudo de Sarthe (Oeste), es uno de los once miembros del gabinete que se presentan en las legislativas. Otros seis se impusieron ya. El primer ministro francés había advertido de que quien fuera derrotado tendría que dejar el gobierno.
Según las estimaciones, el Partido Socialista (PS), principal fuerza de la oposición, y sus aliados, así como los comunistas, Verdes y extrema izquierda logran en su conjunto 35% de los votos y entre 60 y 185 diputados.
Con el semblante grave, el líder del PS, François Hollande, dijo que su formación ha obtenido un resultado «honorable,pero no suficiente» (casi 25%) e instó a la izquierda a movilizarse masivamente y unirse para el próximo domingo en nombre del «equilibrio» y porque «Francia necesita a la izquierda».
Hollande, que aspira a la reelección en su feudo de Correze (centro) y que quiere seguiral frente del PS hasta el Congreso de la «renovación» en 2008, habló poco antes de que lo hiciera su mujer Royal, cuyo rostro sonriente contrastaba con la gravedad de su compañero.
Royal, que desea tomar las riendas del PS, llamó a los casi 17 millones de votantes que la apoyaron el pasado 6 de mayo a votar el domingo porque el país necesita «una gran fuerza de izquierda» que «vigile» y vele porque no haya «abusos de poder».
El líder centrista François Bayrou, el «tercer hombre» de las presidenciales, dijo que estas elecciones crean «un desequilibrio que Francia lamentará» y atribuyó el bajo resultado de su nuevo Movimiento Demócrata a la falta de tiempo de sus candidatos para «imponerse».
Según las estimaciones, su partido tendría un máximo de cuatro escaños. Bayrou, bien situado en su feudo del suroeste para ser reelegido el próximo domingo, dijo que quiere « preparar el futuro».
Mientras, el ultraderechista Le Pen, cuyo partido obtuvo menos de 5 por ciento de los votos y que seguirá ausente de la Cámara baja, tildó de « ilusionista» a Sarkozy, que le ha quitado buena parte de su electorado.
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