Moscú (Reuters, ANSA, AFP) - La confusión siguió imperando ayer acerca de las causas de la caída casi simultánea de dos aviones rusos, con un total de 89 pasajeros, en la noche del martes. Por un lado, el gobierno de Vladimir Putin informó que momentáneamente la «principal hipótesis» es la de un doble accidente, lo que contrasta con la creencia generalizada en Rusia y otros indicios, como que las naves estallaron en el aire y la información de que uno de los pilotos llegó a comunicar un secuestro poco antes de perder contacto con la torre de control.
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Un vocero de la guerrilla chechena, autora de varios ataques terroristas en Rusia, negó que ese grupo islamista tuviera que ver con los accidentes. Akhmed Zakaiev, cercano al presidente en el exilio, Aslan Maskhadov, indicó desde Gran Bretaña que «el presidente de Chechenia (no reconocido por Moscú) y sus subordinados no tienen nada que ver con la caída de los dos aviones rusos».
Sin embargo, esa declaración no incluye al principal comandante militar de la guerrilla chechena, el radical Shamil Basaiev, quien prometió en junio pasado que «bombardearemos todo, envenenaremos, incendiaremos». El próximo domingo se realizarán las elecciones presidenciales promovidas por Moscú, aunque esos comicios son denunciados como una « farsa» por los independentistas. La votación puede consagrar presidente a Alu' Alkhanov, un general de policía apoyado por el presidente ruso Vladimir Putin.
• Versiones
El fiscal general ruso, Vladimir Ustinov, indicóal presidente Putin que no tiene aún una visión clara de qué había pasado con los aviones -un bimotor Tu-134 y un Tu-154, de tres motores-, que despegaron del aeropuerto Domodedovo de Moscú, con apenas una hora de diferencia en la noche del martes y perdieron contacto a las 22.56 y 22.59, hora local. «Estamos examinando una serie de versiones, entre ellas un acto terrorista y factores humanos y técnicos», dijo Ustinov a Putin en una reunión con los jefes de la FSB, el servicio de seguridad ruso que se encarga de la investigación de los atentados, y el Ministerio de Emergencias.
El Tu-134, que volaba hacia Volgogrado, cayó cerca de la localidad de Tula, al sur de Moscú. Minutos después, a unos 800 kilómetros de distancia, el Tu-154, con destino a Sochi -un centro turístico en el litoral del Mar Negro-, se estrelló cerca de la ciudad de Rostov. La aerolínea rusa Sibir, dueña del Tu-154, dijo que los pilotos habían activado una alerta de secuestro poco antes de perder contacto con su avión, que transportaba 46 pasajeros y ocho tripulantes. «El mensaje fue enviado justo antes de que desapareciera de nuestras pantallas de radar», comunicó la segunda aerolínea más importante de Rusia. Las autoridades rusas prefirieron tomar distancia de la hipótesis del atentado e informaron que la alarma recibida pudo deberse a un SOS por motivos técnicos. El vocero del FSB, Serguei Ignatchenko, dijo que no hay motivos para hablar del secuestro de las naves.
Los restos de los aviones quedaron esparcidos en un radio de entre 10 y de 25 kilómetros, lo que indica, al igual que su súbita desaparición de las pantallas de los radares, que las aeronaves se desintegraron en el aire. Los equipos de rescate recuperaron 63 cadáveres y las cajas negras de ambos aviones.
Las partes delantera y trasera del Tu-134 de Volga-Aviaexpress, que volaba con 43 pasajeros y un tripulante, fueron encontradas «bastante limpias» a 400 metros de distancia, según los expertos.
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