Brasilia - En medio de fuertes cacerolazos en decenas de ciudades que pedían su renuncia, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció ayer en cadena nacional que Nelson Teich, un oncólogo del sector privado y su amigo personal, será el nuevo ministro de Salud en reemplazo de Luiz Henrique Mandetta, a quien despidió después de interminables entredichos sobre la mejor estrategia para lidiar con la amenaza del nuevo coronavirus.
Bolsonaro se dio el gusto y se deshizo de su ministro rebelde, pero recibió severos cacerolazos
El presidente brasileño insistirá en el fin de las medidas de cuarentena a pesar de que crece el número de muertos por Covid-19. Sólo ayer fueron 188.
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“En forma gradual debemos abrir el empleo en Brasil. La gran masa de humildes no puede quedarse en casa. El Gobierno no tiene cómo mantener este auxilio de emergencia por mucho tiempo”, dijo Bolsonaro desde el Palacio del Planalto. Ademas, describió a la salida de Mandetta como un “divorcio consensuado”.
“La economía debe volver a la situación más normal posible porque, además de la vida, nos preocupa el empleo”, afirmó el mandatario de ultraderecha, opuest a las medidas de curentena decididas por la mayoría de los estados y respaldadas por el funcionario saliente.
Sin embargo, no se sabe cómo hará Bolsonaro para imponer su visión de normalización de la economía, toda vez que el Supremo Tribunal Federal (STF) dijo que son los gobernadores los encargados de definir las políticas de salud de sus territorios. Además, por sus antecedentes, en propio Teich no era considerado hasta ahora un defensor del “aislamiento vertical”, es decir limitado a ciertps grupos sociales como los ancianos y a ciertos territorios en los que se verifican brotes severos.
Bolsonaro, en guerra con los jefes territoriales, destacó que el Gobierno federal “no es una fuente de socorro eterno” para los estados y municipios.
“Nunca me consultaron sobre lo que iban a hacer pero el precio será alto. Si exageraron en sus medidas, no les pasen la factura al gobierno ni a nuestro sufrido pueblo”, afirmó.
Víctimas
En medio de esta pulseada política, el Ministerio de Salud anunció ayer 188 nuevos muertos en un día y subió el número total de fallecidos a 1.924, con 30.425 casos positivos en todo el país.
Los cacerolazos contra Bolsonaro se escucharon en San Pablo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Brasilia y Campo Grande, la ciudad capital del estado de Mato Grosso do Sul del ministro saliente Mandetta, cuya popularidad prácticamente duplica a la de Bolsonaro.
El propio Mandetta había anticipado su salida inminente en una videoconferencia. Consultado sobre si había alguna chance de que continuara en el cargo, respondió: No, no. Ya son 60 días en esta batalla, estocansa”.
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