Fracasó la cumbre entre Rusia y la UE para evitar otro corte del gas
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Medvedev habla en la cumbre de Jabarovsk. La cumbre terminó en buenos términos, pero no resolvió cuestiones de fondo.
Sobre todo, luego del buscado militarmente por la OTAN en lo que el Kremlin considera su patio trasero, en especial por Ucrania y Georgia.
Durao Barroso defendió esa iniciativa con la intención de "reforzar el proceso democrático y desarrollo económico" de esos países.
En cuanto a la energía, un tema sensible para la UE -que depende del gas ruso- tampoco hubo garantías de que no se produzca una nueva crisis.
Barroso dijo estar listo a estudiar las propuestas rusas para un nuevo acuerdo de seguridad energética pero partiendo del respeto de la Carta de Energía que Medvedev reiteró que no ratificará.
El titular de la UE pidió en la conferencia de prensa final que no se repita la crisis gasífera entre Moscú y Kiev que en el invierno (boreal) pasado dejó a los europeos a expensas de las bajas temperaturas.
"Los consumidores europeos no son responsables de una crisis que sólo los ha dañado", afirmó Barroso, que no excluyó mecanismos para evitar ese problema.
"Rusia no dio y no dará alguna garantía. ¿Por cuál motivo debería hacerlo? No hay problemas de nuestra parte. dejemos las garantías a aquellos que deben pagar", respondió Medvedev, en alusión a Ucrania, a la pregunta de los periodistas.
El mandatario ruso puso en dudas además la capacidad financiera de Kiev por el gas ruso, por lo que pidió a Bruselas ayuda a ese país a obtener créditos bancarios para garantizar la provisión.
Moscú no digirió todavía el acuerdo europeo para la reestructuración y el potenciamiento de los gasoductos ucranianos, otra espina en las relaciones bilaterales.
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