Tempe, Arizona (AFP, EFE, Reuters, ANSA, ASN) - El presidente George W. Bush y su contrincante demócrata, John Kerry, volvieron a chocar anoche con fuerza sobre la guerra en Irak, la seguridad nacional y temas domésticos, como la salud, los impuestos y el empleo, en su tercer y último debate televisivo, en un esfuerzo por desempatar la carrera a la Casa Blanca.
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Decenas de millones de televidentes siguieron el enfrentamiento de 90 minutos entre ambos candidatos en la universidad estatal de Arizona en Tempe (sudoeste). Tratando de romper la paridad que revelaron las últimas encuestas, Kerry se mostró en general más punzante, sobre todo en los temas económicos y sociales. Rescató el legado de Bill Clinton, buscó claramente el apoyo femenino e intentó captar el poderoso voto de clase media. Bush, por su parte, defendió lo que considera como logros de su gobierno y buscó mostrarse más confiable y experimentado, sobre todo en seguridad nacional y lucha contra el terrorismo.
«Este presidente, lamentablemente, nos apuró para ir a la guerra y, como resultado, EE.UU. lleva esta carga extraordinaria y no está tan seguro como debería estar», atacó Kerry. «Iremos tras los terroristas. Los cazaremos, los mataremos, los capturaremos, haremos lo necesario para estar seguros, pero trabajando junto a los aliados. Tomé un compromiso con Estados Unidos. Lo haré de la misma forma que Franklin Roosevelt, Ronald Reagan, John Kennedy y otros que lo hicieron con alianzas más fuertes», dijo Kerry buscando sumar al rescatar el legado del recordado mandatario republicano.
«Podemos estar más segurossi permanecemos a la ofensiva contra los terroristas y si expandimos la libertad en el mundo», contraatacó Bush. «Decir que el terrorismo es una 'molestia' es una actitud peligrosa. No creo que así mi rival pueda garantizar la seguridad de EE.UU. a largo plazo», añadió, en referencia a las declaraciones realizadas recientemente por su oponente a la revista dominical de «The New York Times».
Los candidatos fueron consultados también sobre la insuficiencia de vacunas contra la gripe. Al respecto, Bush intentó minimizar el problema invitando a los estadounidenses jóvenes y que gozan de «buena salud» a que no se vacunen. «Yo no lo haré este año», dijo sonriente. Su rival, en cambio, puso en cuestión toda la política de salud de la Casa Blanca. «Yo tengo un plan para ofrecer cobertura a todos los estadounidenses», agregó. «Un plan no es un programa que no se pueda financiar», recordó Bush, quien acusó repetidamente a su rival de ser demasiado liberal e inconsistente en sus posturas, propenso a un excesivo gasto público y a las subas de impuestos, y de estar enrolado en la «extrema izquierda de este país». En tanto, el demócrata machacó sobre el abultado déficit fiscal que acumuló Bush en su mandato (415.000 millones de dólares).
• Pérdida
Ambos fueron interrogados también sobre el desempleo. En este punto, Kerry se mostró más fuerte y recordó que Bush es el primer presidente de las últimas siete décadas en sufrir una pérdida neta de empleos durante su mandato. Pero en temas educativos, el vencedor pareció Bush, quien en dos ocasiones corrigió cifras citadas erróneamente por el demócrata.
Sobre el aborto, Bush volvió a manifestarse en contra, pero se mostró evasivo al preguntársele qué criterio usará al nominar nuevos jueces para la Corte Suprema. Kerry defendió enfáticamente el derecho de las mujeres a abortar, aun cuando se lo interrogó sobre el llamado de obispos de la Iglesia Católica de EE.UU. (a la que pertenece) a no votarlo.
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