La escultura «El ojo que llora», construida en memoria de las
víctimas del terrorismo en Perú, sufrió pintadas por parte de
simpatizantes del ex presidente Alberto Fujimori.
Lima (EFE) - Los juicios contra Alberto Fujimori serán públicos, con garantías constitucionales para el acusado y rodeados por fuertes medidas de seguridad para evitar poner en peligro la integridad de los magistrados. En una conferencia de prensa, el presidente del Poder Judicial de Perú, Francisco Távara, anunció que se «actuará con autonomía e independencia, sin aceptar ningún tipo de presiones».
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Távara garantizó el respeto escrupuloso «al debido proceso, la presunción de inocencia y el principio de publicidad de los juicios».
Asimismo, demandó al Instituto Nacional Penitenciario (INPE) una sede «idónea para un adecuado juzgamiento, que dé seguridad a la integridad personal al ex presidente Fujimori como a los magistrados». En este sentido, propuso la Base Naval del Callao, donde precisamente están recluidos el que fuera el brazo derecho de Fujimori, Vladimiro Montesinos, y el fundador de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán.
Por su lado, el presidente peruano, Alan García, prometió que su gobierno actuará «sin odio, ensañamiento y venganza», en sus primeras declaraciones públicas desde que la Justicia chilena decidiera el viernes la extradición de Fujimori. «Eso es lo que el pueblo peruano espera de su gobierno, que no abuse de su posición para mancillar o vejar al adversario caído y acusado de múltiples delitos», manifestó García.
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