Gobierno español: "Proceso de paz con ETA está roto, liquidado, acabado"
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Alfredo Pérez Rubalcaba.
El ministro del Interior proclamó oficialmente la ruptura de un intento histórico para dar una salida negociada y pacífica a 38 años de campaña terrorista de ETA por la independencia del País Vasco, con un cruento balance de unos 850 muertos.
El intento -lanzado tras el anuncio por parte de ETA de un "alto el fuego permanente", el 22 de marzo de 2006- despertó grandes esperanzas en España y el País Vasco para terminar con la violencia.
Rodríguez Zapatero había hecho de esta solución pacífica de la cuestión vasca la prioridad absoluta de su mandato.
Todo parece indicar, sin embargo, que finalmente fracasó en su apuesta, como antes le sucedió al también socialista Felipe González y al conservador José María Aznar, quienes intentaron negociar con ETA en dos anteriores treguas de la organización, en 1989 y 1999.
Este fracaso significa un grave revés para Rodríguez Zapatero, que llevaba personalmente, con un equipo muy restringido de personas de confianza, un delicado proceso que insistía en calificar de "duro, largo y difícil".
Durante nueve meses tuvo que contener la virulenta oposición de la derecha y de importantes sectores de las asociaciones de víctimas del terrorismo, que lo acusaban de estar dispuesto a agitar la bandera de la paz cediendo a las exigencias políticas e independentistas sobre el derecho de la autodeterminación del País Vasco.
Pero es la intransigencia de ETA la que finalmente ha tirado por tierra un proceso que agonizaba peligrosamente desde otoño (boreal) pasado con la potente explosión de una furgoneta cargada con explosivos en el aparcamiento de la terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas.
Entre los miles de toneladas de escombros, los bomberos prosiguieron este martes con la búsqueda afanosa de los dos ecuatorianos desaparecidos, con esperanzas casi nulas de encontrarlos con vida.
ETA no mataba desde mayo del 2003. Pérez Rubalcaba confirmó que el martes y miércoles próximos se reunirá con cada uno de los jefes de los grupos parlamentarios, empezando por el del PP, para buscar una "estrategia común" frente a la nueva situación creada a partir del atentado del sábado.
El secretario de comunicación el Partido Popular (PP, derecha), Gabriel Elorriaga, había denunciado durante la jornada el "error absoluto" del jefe del gobierno, acusándolo de mantener "su invitación a la negociación" con ETA.
El secretario de las libertades públicas del PP, Ignacio Astarloa "exigió" posteriormente que Rodríguez Zapatero pronuncie "una declaración formal de ruptura" con ETA.
El líder de la oposición, Mariano Rajoy, había sido el primero, el domingo, en lanzar el guante, afirmando que sólo había una respuesta al atentado: "Rompo con ETA, aplico la ley con todos los partidos y todos los españoles y voy la darles batalla".
El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, prometió una respuesta judicial "enérgica y contundente" al atentado y adelanto que "sus autores serán detenidos, acusados y condenados", en declaraciones al diario El Mundo.
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