29 de julio 2009 - 00:33

Honduras: el Gobierno de Micheletti rechazó la propuesta de Arias de adelantar las elecciones

Custodidado. Zelaya, a 30 kms de Honduras.
Custodidado. Zelaya, a 30 kms de Honduras.
El rechazo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Honduras a adelantar las elecciones de noviembre próximo y la petición de empresarios a la esposa del depuesto presidente Manuel Zelaya para que abandone la ciudad donde se aloja complicaron aún más una salida negociada a la crisis política que vive el país.

El adelanto de los comicios, planteado por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, mediador en el conflicto, "violentaría" artículos de la Constitución que prohíben tomar medidas que limiten la participación de los hondureños en la vida política del país, señala la resolución del TSE, difundida por el diario local La Tribuna.

Entre esas consecuencias restrictivas menciona el adelanto del cierre del período de extensión de la cédula de identidad, lo cual dejaría sin derecho al sufragio a miles de jóvenes que cumplirán los 18 años, edad apta para votar, antes del 29 de noviembre, fecha en la que están programadas las elecciones.

El órgano electoral aclara que la decisión sobre un eventual cambio de la fecha de los comicios le corresponde al Congreso, aunque este debe tomar en cuenta su opinión.

Igual, con o sin adelanto de las elecciones, el mandatario venezolano, Hugo Chávez, aseguró que su país "no reconocerá Gobierno alguno que salga de un proceso electoral producto de un golpe de Estado", una posición que comparten varios gobernantes latinoamericanos y organismos internacionales.

En tanto, en Honduras, empresarios de El Paraíso (oriente hondureño) solicitaron a Xiomara Castro que abandone esta ciudad, fronteriza con Nicaragua, toda vez que el toque de queda impuesto desde el viernes está provocando muchas incomodidades y pérdidas económicas.

En una reunión celebrada en la Casa de la Cultura de El Paraíso, moderada por el alcalde, Ovidio Segura, pidieron a la esposa de Zelaya que "comprenda" la situación y aclararon que no la están expulsando del país.

Castro indicó que las personas que la acompañan son unas 60 e insistió en que teme por su vida y la de los seguidores del depuesto mandatario, luego de que denunciara que esta madrugada civiles y policías afectos a los "golpistas" hicieron "disparos" contra su hotel.

En declaraciones antes del encuentro, señaló que su objetivo sigue siendo "llegar hasta (el puesto fronterizo de) Las Manos" a reunirse con su esposo y que sus hijos "se abracen con su padre".

Sin embargo, Zelaya comentó a periodistas en el municipio nicaragüense de Ocotal, desde donde trata de organizar una "resistencia" para regresar a Honduras, que su esposa no quiere estar como él: "expatriado ni asilado a la fuerza".

El depuesto gobernante afirmó que su esposa, sus hijos y su madre, Hortensia Rosales, desean salir de Honduras y regresar acompañados de organismos de derechos humanos, así como de dirigentes sociales, obreros, indígenas y campesinos.

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