5 de enero 2007 - 00:00

Hugo Chávez renueva el entorno para afianzar su proyecto socialista

JorgeRodríguez,el nuevovicepresidentedeVenezuela,durante unaconferenciade prensaen marzo de2006 enmomentosque ocupabalapresidenciadel ConsejoNacionalElectoral(CNE).
Jorge Rodríguez, el nuevo vicepresidente de Venezuela, durante una conferencia de prensa en marzo de 2006 en momentos que ocupaba la presidencia del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Caracas (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - El presidente reelecto de Venezuela, Hugo Chávez, reemplazó ayer a los tres hombres fuertes del gabinete en el inicio de su nuevo mandato 2007-13, que apunta a reformar la Constitución, unificar su movimiento e instaurar un proyecto socialista.

Sorpresivamente, en una llamada que hizo al programa nocturno «Contragolpe», Chávez anunció la noche del miércoles la designación de Jorge Rodríguez como nuevo vicepresidente, en reemplazo de José Vicente Rangel, y del diputado Pedro Carreño como ministro de Interior y Justicia en lugar de Jesse Chacón.

Asimismo, el presidente de la Comisión de Finanzas del Parlamento de Venezuela, Rodrigo Cabezas, anunció que fue designado ministro de Economía, en sustitución de Nelson Merentes, quien ahora será el presidente del Banco Central de Venezuela.

Todos estos cambios son para «entrar de lleno a nuevas luchas contra la corrupción, el burocratismo y (a favor de) el desarrollo económico rumbo al socialismo», dijo Chávez al interrumpir el programa de entrevistas de la estatal VTV.

Los desplazamientos son parte de un conjuntode decisiones que corresponden a «un ajuste y refrescamiento del equipo de gobierno», explicó Chávez. «Estoy decidido a hacer una revisión general», proclamó. En cuanto a la reforma constitucional, Chávez no dio detalles, aunque expresado la posibilidad de que incluya la reelección indefinida.

El mandatario, en el poder desde hace 8 años y reelecto con 63% de los votos válidos el 3 de diciembre, dijo que Chacón y Rangel, ambos pesados del chavismo, seguirán «trabajando con la revolución», pero no precisó su destino. Estos y otros nuevos ministros tomarán el mando antes del 10 de enero -dijo Chávez-, cuando jurará como presidente reelecto ante la Asamblea Nacional.

El cambio más llamativo fue el relevo del vicepresidente saliente de 76 años, quien fue canciller y ministro de Defensa de su gobierno iniciado en 1999. Chávez dijo que remover a Rangel fue difícil: «Por el respeto que yo le tengo, que es como el de un hijo a un padre, y por todo lo que ha ocurrido en estos ocho años». Reveló además que le escribió una carta «emotiva» de su puño y letra.

  • Cruda tarea

    Rangel fue el civil de mayor influencia en el gobierno desde que fue nombrado número dos tras el golpe de abril de 2002 contra Chávez, para la cruda tarea de tender puentes de diálogo y apagar los fuegos de la conspiración.

    Cuando Chávez, siendo teniente coronel del ejército, salió de prisión en 1994, dado de baja por un golpe fallido en 1992, Rangel, abogado y periodista, fue el primero en entrevistarlo.

    Sobre el nuevo número dos de su gobierno, Jorge Rodríguez, Chávez acotó que dejó la vicepresidencia en manos «de una excelente persona». Rodríguez, médico psiquiatra e hijo de un líder de izquierda asesinado, fue presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) cuando se celebró el referendo revocatorio que Chávez ganó en 2004 y fue relevado en ese puesto en 2006 por Tibisay Lucena.

    El nuevo ministro del Interior, Pedro Carreño, es un militar al igual que el saliente Jesse Chacón, y ha sido diputado de la Asamblea Nacional por el oficialismo.

    Los primeros lineamientos del nuevo período presidencial incluyen la construcción de un partido único del chavismo que «debe ser conformado desde las bases».

    Chávez prometió que la bandera del socialismoy el partido único no puede convertirse en «una dictadura del proletariado, ni de la élite política tiene que haber democracia interna».

    El presidente decidió emprender los cambios más dramáticos en pleno boom petrolero y cuando aún resuenan los ecos de su sonora victoria, reconocida por la oposición la misma noche electoral.

    «El partido único tiene dificultades, pero Chávez forzó la barra para buscar determinaciones prontas de sus aliados y poner en aprietos a quienes quieren mantener su identidad», dijo Carlos Correa, académico y director del organismo ciudadano Espacio Público.

    La idea de construir el partido único «no está del todo acabada y algunos dicen que decretarlo sin la definición del socialismo del siglo XXI es como poner los bueyes delante de la carreta», apuntó el profesor de la Universidad Católica.
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