1 de agosto 2008 - 00:00

La censura de China agita la previa de Juegos Olímpicos

Soldados chinos montan guardia en la Plaza de Tiananmen de Pekín frente al emblema de los Juegos Olímpicos que comenzarán en una semana.Las restricciones a la prensa ponen en evidencia ante el mundo el carácter represivo del régimen.
Soldados chinos montan guardia en la Plaza de Tiananmen de Pekín frente al emblema de los Juegos Olímpicos que comenzarán en una semana.Las restricciones a la prensa ponen en evidencia ante el mundo el carácter represivo del régimen.
Pekín (EFE, AFP, DPA) - China se mostró ayer inflexible sobre su decisión de censurar Internet durante los Juegos Olímpicos, pese a la polémica levantada por ese anuncio. El bloqueo a diversos contenidos, que viola promesas previas sobre una libre cobertura del evento, desató ayer intensas críticas de parte de funcionarios deportivos, periodistas y grupos de derechos humanos.

Varios portavoces gubernamentales confirmaron ayer ese mensaje, mientras que el Comité Olímpico Internacional (COI) se vio obligado a reconocer, molesto, que las autoridades chinas jamás habían prometido realmente una libertad total en la red para la prensa acreditada.

«Estamos determinados a aplicar las reglas», afirmó Liu Jianchao, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores. Poco antes, el portavoz del comité organizador de los Juegos, Sun Weide, había señalado que no se dará marcha atrás sobre el control de Internet. «Sólo unos pocos sitios serán censurados, principalmente porque infringen el Derecho chino», explicó al señalar su esperanza de que «los medios extranjeros puedan respetar las leyes y reglamentos de China».

«Como otros países, China gestiona Internet en función de sus leyes», insistió. «No autorizamos el acceso a sitios que difunden informaciones ilegales o que dañan nuestros intereses nacionales», agregó.

En el centro de prensa principal de los Juegos Olímpicos, que recibirá a unos 5.600 periodistas, varios medios pudieron constatar el bloqueo de las páginas críticas con el régimen comunista de Pekín, tanto pro tibetanas como de organizaciones como Amnistía Internacional (AI) o Reporteros Sin Fronteras (RSF). La Federación Internacional de Periodistas denunció esta censura y rclamó que sea levantada. El acuerdo del COI a las restricciones impuestas a los periodistas es una nueva señal «del serio deterioro» de la promesa de apertura que China hizo cuando fue elegida como país anfitrión para los Juegos, subrayó por su parte la Asociación de la Prensa Australiana.

«Los controles son contrarios al entorno que los anfitriones prometieron y contradicen las garantías del COI en el sentido de que la prensa podrá trabajar igual que durante Juegos anteriores», señaló por su parte una declaración emitida por el club de corresponales extranjeros en China (FCCC).

  • Bloqueo

    El COI se vio obligado a reconocer que las autoridades chinas siempre mantuvieron que ciertos sitios les planteaban problemas. Pero la organización estimaba que China sólo bloquearía el acceso a sitios pornográficos o que amenazara la seguridad nacional, explicó la portavoz del COI, Giselle Davies, de manera juzgada por muchos como poco creíble.

    Respecto de este tema, el vocero del COI, Kevan Gosper, habló ayer en Pekín sobre un supuesto acuerdo entre el régimen chino y los miembros de la organización olímpica. «Parece que hubo un pacto del que yo no fui informado», afirmó poniendo en evidencia a su organización.

    El presidente del COI, Jacques Rogge -que llegó ayer a Pekín, con poco más de una semana de antelación sobre la inauguración de los Juegos (del 8 al 24 de agosto)se había congratulado hace dos semanas por la libertad dada por el régimen a la prensa extranjera. «Por primera vez los medios extranjeros podrán hacer reportajes libremente, transmitirlos libremente en China. No habrá censura en Internet», según Rogge.

    «Era lo que todos pensábamos pero, aparentemente, se halló un acuerdo en otra parte», comentó Gosper, sin dar más detalles.

    Pese a la censura política, Internet se ha desarrollado considerablemente en China, donde actualmente hay ya 253 millones de usuarios, es decir, más que en EE.UU.
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