25 de septiembre 2007 - 00:00

Manifestaron contra el gobierno militar 300 mil birmanos

Una agresión que los monjes recibieron de manos de soldados fue el puntapié inicial deestas marchas, que se repiten desde hace más de una semana. Con el correr de los díasse fue sumando el resto de la población y se convirtieron en un repudio general a la juntamilitar que gobierna el país desde hace 45 años.
Una agresión que los monjes recibieron de manos de soldados fue el puntapié inicial de estas marchas, que se repiten desde hace más de una semana. Con el correr de los días se fue sumando el resto de la población y se convirtieron en un repudio general a la junta militar que gobierna el país desde hace 45 años.
Rangún (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - Más de 300.000 personas, encabezadas por monjes budistas, marcharon ayer por la capital de Myanmar, en la mayor demostración de los últimos 20 años contra la junta militar, que amenazó con «tomar medidas» si no finalizan las manifestaciones que se desarrollan desde hace una semana.

«Si los monjes incumplen las reglas y normas que estipulan las enseñanzas budistas, tomaremos medidas conforme a las leyes vigentes», afirmó el ministro de Religión, el general Thura Myint Maung. La advertencia del régimen tras ocho días de movilizaciones se produjo después de que el ministro se reuniera con responsables religiosos, según la televisión estatal.

En respuesta a una agresión que los monjes sufrieron en manos de soldados y a la negativa de la junta militar a disculparse por el maltrato, la Alianza de Todos los Monjes de Birmania convocó a una protesta nacional que fue secundada por activistas democráticos y decenas de miles de ciudadanos dispuestos a airear en público su descontento por primera vez tras varias décadas de represión.

Unas 100.000 personas marcharon por las calles del centro de Rangún, una cifra similar en Pakokku y unas 120.000 en Mandalay, según testigos citados por diversos emisoras de radio y otros medios de la disidencia.

  • En otras ciudades

    También se celebraron manifestaciones en ciudades como Masoeyein, Mya Taung, Bago, Monywa y Masoeyeih, que transcurrieron de forma pacífica, con los monjes entonando el salmo del «metta sutha» sobre la bondad.

    La junta militar, que preside el general Than Shwe y que guarda un silencio poco común sobre lo que está ocurriendo en las calles de la empobrecida Birmania, tenía previsto mantener una reunión de urgencia en Napydaw, la nueva capital del país y la fortaleza que ingenieros norcoreanos construyeron a unos 400 kilómetros al norte de Rangún, indicó radio «Mizzima».

    La jornada de protestas multitudinarias había sido precedida de una orden emitida a primeras horas de la mañana por la jerarquía de la institución budista de Birmania, sometida al control gubernamental, a todos los monjes para que regresasen a sus monasterios y pusiesen fin a la sucesión de protestas contra la Junta Militar.

    Las manifestaciones multitudinarias de ayer, otra jornada en la que las fuerzas de seguridad apenas se dejaron ver, se produjo un día después de que unas 20.000 personas, de nuevo encabezadas por monjes, marcharan por el centro de Rangún mostrando abiertamente su apoyo a la líder opositora y premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde junio de 2003.

    Tras muchos años de absoluto confinamiento, Suu Kyi apareció el pasado sábado en el umbral de su casa para rendir tributo a los monjes y a varios centenares de ciudadanos que sobrepasaron la barrera policial que impide a la gente acercarse a la vivienda de la líder de la Liga Nacional por la Democracia (LN), la única formación que resiste a la fuerte presión del régimen.

    En Birmania no se celebran elecciones legislativas desde 1990, cuando Suu Kyi, al frente de la LND, consiguió una victoria abrumadora que nunca ha sido reconocida por los generales que rigen el país con mano dura desde 1962 (ver aparte).

    Las marchas pacíficas de los monjes comenzaron la semana pasada para reclamar disculpas al gobierno por la agresión a varios bonzos, pero con el paso de los días se han convertido en manifestaciones para exigir libertad y mejoras sociales. La Asociación de Presos Políticos de Birmania denunció ayer la detención de 218 personas por participar en la primera oleada de marchas, que arrancaron el pasado 19 de agosto.

    Ayer, Alemania expresó su «simpatía por las personas que se están manifestando de forma pacífica». Asimismo Reino Unido, España y Francia advirtieron a la junta militar.

    El secretario general de Naciones Unidas aunó ambos mensajes: Ban Ki-moon «elogia el acercamiento pacífico que utilizan los manifestantes para presionar y llama a las autoridades de Birmania a seguir mostrando moderación». Igualmente, el Dalai Lama, líder espiritual tibetano y autoridad moral del budismo, mostró su «pleno apoyo» a los monjes e hizo un alegato de «no violencia». Por su parte, el presidente George W. Bush anunciará hoy en la ONU nuevas sanciones de Estados Unidos contra Birmania.
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