18 de septiembre 2008 - 00:00

Más tensión: pese al diálogo, fuerzas de Evo cercan y amenazan Santa Cruz

Simpatizantes del gobierno izquierdista de Bolivia esgrimieron armas y palos cerca de SantaCruz de la Sierra, el epicentro de la oposición autonomista. El fantasma de la violencia sigueplaneando en ese país.
Simpatizantes del gobierno izquierdista de Bolivia esgrimieron armas y palos cerca de Santa Cruz de la Sierra, el epicentro de la oposición autonomista. El fantasma de la violencia sigue planeando en ese país.
La Paz (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - El gobierno de Bolivia y sus opositores regionales iniciarán hoy en Cochabamba el esperado proceso de diálogo sobre la crisis del país. Sin embargo, a pesar de los intentos de pacificación, seguidores armados del presidente Evo Morales estrechaban anoche un cerco sobre la ciudad de Santa Cruz, cabeza de la oposición, para que se devuelvan las instituciones estatales tomadas por los autonomistas y para exigir la renuncia de su prefecto (gobernador), el opositor, generando temores de que se desate un enfrentamiento.

Morales había decidido de forma sorpresiva llamar a los prefectos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Chuquisaca para comenzar el diálogo ayer mismo, pero problemas logísticos impidieron adelantar el encuentro.

En sus primeras declaraciones luego del preacuerdo alcanzado el martes, Morales vertió críticas contra sus opositores y, sobre todo, contra la Iglesia Católica, una de las instituciones que actuará como «facilitadora» del diálogo.

  • Iglesia

  • «Lamento mucho que el cardenal Julio Terrazas defienda a la gente que está detrás de los intereses del imperio y no al pueblo», aseguró Morales en su discurso, en el que también pidió que las iglesias Metodista y Evangélica se incorporen a la mediación.

    El líder indígena también introdujo cambios sobre la metodología de trabajo fijada en el preacuerdo y propuso negociar a tiempo completo, a puerta cerrada y sin parar hasta que se concreten los pactos definitivos para no prolongar durante un mes o más las conversaciones, como sugiere el texto del entendimiento marco. En ese sentido, voceros gubernamentales adelantaron al sitio Web de la Red Erbol que se tratarán, entre otros asuntos, el mejoramiento de los ingresos regionales del Impuesto Directo a los Hidrocarburos, las autonomías y la nueva Constitución Política del Estado (CPE) propuesta por el gobierno central.

    Además de Morales y los prefectos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Chuquisaca, hoy llegarán a Cochabamba los delegados de los organismos internacionales y entidades que actuarán como testigos del proceso de diálogo. Entre ellos figuran la Iglesia Católica, la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), Naciones Unidas, la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos (OEA), en este caso, representadaal más alto nivel por su secretario general, José Miguel Insulza.

    Mientras se concreta el diálogo, las bases de Morales seguían movilizadas en el departamento de Santa Cruz para cercar su capital. Unos 5.000 campesinos bloqueaban el puente sobre el río Yapacaní, cien kilómetros al norte de la ciudad de Santa Cruz, y no permitían el paso de vehículos desde 15 kilómetros al Norte y otros tantos al Sur.

  • Exigencias

    Estos «marchistas», como se definen ellos mismos, piden la devolución de las instituciones estatales tomadas por los autonomistas en Santa Cruz y añadieron ayer una nueva reivindicación: la renuncia inmediata e irrevocable del prefecto regional, el opositor Rubén Costas, quien goza en su región de un apoyo de 70%. «Aquí no va a haber diálogo», aseguraron algunos de esos campesinos, al advertir que no pararán hasta derrotar «a los corruptos», aunque lo pida el mismo Morales.

    «Hay cientos de campesinos en La Guardia, otros en El Torno y así sucesivamente en Yapacaní, en San Julián (...) esperando para ingresar a la ciudad armados a tomar la Plaza 24 de Septiembre, y todas las instituciones. Si se ejecuta el plan, va a ser una matanza», aseguró un testigo.

    Nada indica que Morales vaya a desmovilizar a sus bases a pesar del inicio del diálogo. Ayer el presidente selló un pacto con los líderes sindicales y movimientos sociales para que encabecen «las luchas» contra los grupos oligárquicos, terratenientes y «pro yanquis» del país.

    Los temores de un choque entre ambos bandos tiene un antecedente reciente: el jueves pasado 30 personas murieron, 70 resultaron heridas y al menos 100 aún se encuentran desaparecidas. La mantanza habría sido llevada a cabo por opositores de extrema derecha que dispararon a un grupo de campesinos que estaban marchando hacia Cobija, la capital de Pando. Por estos disturbios, y la creciente inestabilidad política, la Unasur llamó a una cumbre urgente para respaldar la democracia y la institucionalidad de Bolivia. Fortalecido, el gobierno de Morales detuvo el martes al prefecto de la región, Leopoldo Fernández, quien ahora se encuentra confinado en un lugar no aclarado.
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