5 de septiembre 2008 - 00:00

McCain, en su noche soñada: "El cambio ya está llegando"

John McCainespera que sudiscurso deanoche se traduzcaen un avancesignificativo en lasencuestas.
John McCain espera que su discurso de anoche se traduzca en un avance significativo en las encuestas.
Saint Paul (EFE, AFP, Reuters, ANSA, DPA) - El senador por Arizona John McCain coronó anoche una vasta carrera política y militar al aceptar la nominación como candidato presidencial del Partido Republicano, acto en el que ofreció un potente discurso que pretendió proyectar una imagen de líder independiente y reformista y distanciarse de su antecesor, George W. Bush.

Ante más 20.000 delegados e invitados que colmaron el estadio de hockey sobre hielo Xcel Energy Center, McCain dirigió sus primeras palabras a su compañera de fórmula, Sarah Palin. «Estoy orgulloso de haber presentado al país a nuestra próxima vicepresidenta. Ahora estoy impaciente por presentarla en Washington. Y déjenme hacerle una advertencia al Washington derrochador, que no hace nada, que dice 'yo primero, el país después': el cambio está llegando», enfatizó.

«Una y otra vez he trabajado con miembros de ambos partidos para resolver los problemas que tenían que ser resueltos», señaló. «Así es como gobernaré como presidente. Le extenderé la mano a cualquiera que quiera ayudarme a movilizar de nuevo a este país», prosiguió haciendo profesión de fe bipartidaria. «Tengo los antecedentes y las cicatrices para probarlo. El senador (Barack) Obama no», remató y recibió una inmediata ovación de sus simpatizantes.

Luego de criticar a su rival demócrata por su falta de experiencia política, añadió: «El constante rencor partidario que nos impide resolver los problemas no es la causa, es el síntoma. Es lo que pasa cuando la gente llega a Washington a trabajar para sí misma y no para ustedes».

  • Dinastía

    Nacido en 1936, McCain es el heredero de una dinastía que sirvió militarmente a EE.UU. desde la independencia. Héroe de Vietnam, estuvo prisionero durante cinco años, durante los que afirmó haber padecido torturas y aislamiento.

    «Me enamoré de mi país cuando fui prisionero», indicó, tocando una cuerda efectiva. «No lo amaba por las comodidades de la vida que ofrecía, lo amaba por su decencia, por su fe en la sabiduría, la justicia y la bondad de su gente». «Lo amé porque no era sólo un lugar, sino una causa por la que luchar», dijo, recibiendo nuevos aplausos. «No volví a ser el mismo» desde esa experiencia, agregó.

    Todos y cada uno de los oradores que lo precedieron en la tribuna de la Convención, se ocuparon de mencionar las torturas que sufrió McCain y cómo los tormentos afectaron su cuerpo. Fue frecuente escuchar durante los últimos tres días que a Mc-Cain le quebraron los huesos, «pero no su espíritu». Efectivamente, el candidato republicano no puede levantar sus brazos más allá de sus hombros debido a las torturas que le fueron infligidas hace casi cuatro décadas cuando cayó prisionero en Hanoi.

    La Convención giró de principio a fin en torno a la personalidad de McCain, su pasado militar, su patriotismo y su experiencia legislativa, presentándolo como un independiente dentro de su partido. Hasta ayer poco se había hablado durante la reunión partidaria de temas como energía, crisis hipotecaria o seguros médicos, aunque sí de la guerra en Irak, que McCain apoyó y para la cual abogó por más tropas este año.

    Junto al senador por Arizona,-de 72 años (de convertirse en presidente, sería el más longevo de la historia de EE.UU. para un primer mandato) estuvo Palin, que ayer debió desmentir una nueva denuncia, esta vez de un diario sensacionalista y de escasa credibilidad, que la acusó de haber engañado a su marido.
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