Presidente de Afganistán sale ileso de nuevo atentado
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En una nueva espiral de violencia en el sur del país, unos 27 talibanes murieron el sábado en una ofensiva conjunta del Ejército afgano y de las fuerzas de la OTAN, que realizaron bombardeos aéreos en el distrito de Shinkay, en la provincia meridional de Zabul.
Horas después de la ofensiva, que permitió a las fuerzas afganas hacerse con una gran cantidad de munición en posesión de los talibanes, los cuerpos de los insurgentes todavía se encontraban en el campo de batalla, según el portavoz del Ministerio de Defensa afgano, el general Zahir Azimi.
Estas intervenciones son frecuentes en la zona meridional de Afganistán, donde está en marcha la llamada "Operación Aquiles", la mayor ofensiva conjunta lanzada por la OTAN y las fuerzas afganas, en la que participan unos 5.500 militares con el objetivo de expulsar a los talibanes del lugar.
También en el sur, en el conflictivo distrito de Sangin situado en el norte de la provincia meridional de Helmand, un soldado británico de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) murió en una emboscada de los insurgentes.
El soldado de la ISAF, fuerza bajo el mando de la OTAN, viajaba en un vehículo militar cuando fue atacado con granadas por un grupo de insurgentes, según el Ministerio de Defensa del Reino Unido.
Unos 2.000 soldados de las tropas de la ISAF y afganas, la mitad de ellos británicos, están embarcados en la "Operación Lastay Kulang" (Mango de hacha, en lengua pashtún) para impedir que los insurgentes controlen el valle de Sangin.
En el sur del país, la zona de influencia más importante de los talibanes donde predomina la etnia pashtun, los combates con el Ejército afgano y las tropas occidentales son constantes.
Pero los enfrentamientos también se han desatado en el noroeste de Afganistán, donde al menos 30 supuestos talibanes y dos policías afganos murieron en combates entre la Policía y 150 insurgentes que asaltaron tres comisarías.
El jefe de Policía de la provincia noroccidental de Badghis, Mohamad Ayub Naizyar, aseguró que los enfrentamientos duraron más de seis horas y se prolongaron hasta las 21.00 hora local (16.30 GMT) en el distrito noroccidental afgano de Murghab.
Sin embargo, un portavoz talibán aseguró que diez policías murieron en los combates y otros tres fueron capturados, mientras que los insurgentes no sufrieron ninguna baja, según un comunicado emitido a través de su página web.
Además, los talibanes reivindicaron la conquista del distrito de Murghab, mientras que el jefe de Policía provincial aseveró que el distrito está bajo el control de las fuerzas gubernamentales.
En lo que va de año han muerto más de 1.700 personas a causa de la violencia en Afganistán, que ha visto cómo se recrudecía con la llegada de la primavera.
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