10 de junio 2007 - 00:00

Presidente de Afganistán sale ileso de nuevo atentado

El presidente afgano, Hamid Karzai, salió hoy ileso de un ataque con dos obuses que impactaron en un área cercana a donde se encontraba, en una espiral de violencia que se ha recrudecido en las últimas 24 horas en el país con la muerte de al menos 60 personas, la mayoría de ellas talibanes.

Karzai celebraba un acto público ante unos mil espectadores en la provincia de Ghazni, en el centro de Afganistán, cuando dos obuses impactaron en una zona abierta cercana al palacio donde estaba.

El presidente afgano continuó su discurso sin interrupciones y al concluir el acto se trasladó a Kabul, según el gobernador de Ghazni, Mehrajudin Patan.

Aunque Patan aseguró que se escucharon dos explosiones fuera del palacio, el portavoz talibán Qari Mohamad Yousif Ahmadi aseveró que los insurgentes dispararon hasta doce obuses contra Karzai.

Con este incidente culminó una jornada especialmente sangrienta que desde ayer se ha cobrado la vida de al menos 57 talibanes, dos policías afganos y un soldado británico.

En una nueva espiral de violencia en el sur del país, unos 27 talibanes murieron el sábado en una ofensiva conjunta del Ejército afgano y de las fuerzas de la OTAN, que realizaron bombardeos aéreos en el distrito de Shinkay, en la provincia meridional de Zabul.

Horas después de la ofensiva, que permitió a las fuerzas afganas hacerse con una gran cantidad de munición en posesión de los talibanes, los cuerpos de los insurgentes todavía se encontraban en el campo de batalla, según el portavoz del Ministerio de Defensa afgano, el general Zahir Azimi.

Estas intervenciones son frecuentes en la zona meridional de Afganistán, donde está en marcha la llamada "Operación Aquiles", la mayor ofensiva conjunta lanzada por la OTAN y las fuerzas afganas, en la que participan unos 5.500 militares con el objetivo de expulsar a los talibanes del lugar.

También en el sur, en el conflictivo distrito de Sangin situado en el norte de la provincia meridional de Helmand, un soldado británico de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) murió en una emboscada de los insurgentes.

El soldado de la ISAF, fuerza bajo el mando de la OTAN, viajaba en un vehículo militar cuando fue atacado con granadas por un grupo de insurgentes, según el Ministerio de Defensa del Reino Unido.

Unos 2.000 soldados de las tropas de la ISAF y afganas, la mitad de ellos británicos, están embarcados en la "Operación Lastay Kulang" (Mango de hacha, en lengua pashtún) para impedir que los insurgentes controlen el valle de Sangin.

En el sur del país, la zona de influencia más importante de los talibanes donde predomina la etnia pashtun, los combates con el Ejército afgano y las tropas occidentales son constantes.

Pero los enfrentamientos también se han desatado en el noroeste de Afganistán, donde al menos 30 supuestos talibanes y dos policías afganos murieron en combates entre la Policía y 150 insurgentes que asaltaron tres comisarías.

El jefe de Policía de la provincia noroccidental de Badghis, Mohamad Ayub Naizyar, aseguró que los enfrentamientos duraron más de seis horas y se prolongaron hasta las 21.00 hora local (16.30 GMT) en el distrito noroccidental afgano de Murghab.

Sin embargo, un portavoz talibán aseguró que diez policías murieron en los combates y otros tres fueron capturados, mientras que los insurgentes no sufrieron ninguna baja, según un comunicado emitido a través de su página web.

Además, los talibanes reivindicaron la conquista del distrito de Murghab, mientras que el jefe de Policía provincial aseveró que el distrito está bajo el control de las fuerzas gubernamentales.

En lo que va de año han muerto más de 1.700 personas a causa de la violencia en Afganistán, que ha visto cómo se recrudecía con la llegada de la primavera.

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