Quién es quién en la carrera electoral a la Casa Blanca
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A favor: su condición de único aspirante del sur y la experiencia acumulada durante las primarias de 2004, donde se mostró como el « candidato de los pobres». Tiene 53 años.
En contra: su vinculación a John Kerry y su escasa visibilidad como candidato a vicepresidente; su percepción como excesivamente blando en temas como Irak.
A favor: su experiencia internacional, su condición de secretario de Estado en las sombras y la prominencia ganada como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Tiene 64 años.
En contra: su falta de carisma más allá de Delaware y la experiencia fallida en las presidenciales del 88, cuando fue acusado de plagiar un discurso del laborista británico Neil Kinnock (fue vencido en la contienda por Michael Dukakis). Votó a favor de la invasión de Irak, aunque poco a poco fue afilando sus críticas hacia Bush.
A favor: fue el primero en lanzarse a la contiendapor la Casa Blanca y lo avala su condición de hijo pródigo del estado más decisivo en las primarias, después de New Hampshire. Tiene 56 años.
En contra: aunque es uno de los más destacados gobernadores demócratas, no es un rostro excesivamente conocido en muchos otros estados. Su volantazo tardío en el tema de Irak y lo caras que le pueden costar declaraciones como ésta: «No creo que estemos perdiendo la guerra; esto parece más bien un empate».
A favor: es el candidato con más experiencia internacional. Fue embajador en la ONU, secretario de Energía con Clinton y ha encabezado delegaciones diplomáticas a una veintena de países en Latinoamérica, Africa y Asia. Su condición de candidato hispano sin ser percibido como tal («en México me llamaban gringo, en Boston me llamaban Pancho»). Habla español y francés. Tiene 59 años.
En contra: no es carismático ni conocido fuerade su patria chica de Nuevo México (se especula con que podría ser el candidato perfecto a vicepresidente en el vagón de Hillary, dada su conexión con los Clinton).
A favor: sus posturas de centroizquierda ( apoyo a los sandinistas y a Chávez) le han hecho ganar terreno entre los progresistas del partido. Su propuesta para fijar un techo máximo de soldados en Irak, en competición abierta con Hillary, ha sido otro paso en ese sentido. Tiene 62 años.
En contra: le falta llegada popular y su perfil de político burócrata (estuvo al frente del comité nacional del Partido Demócrata).
A favor: al ser un «outsider», no tiene nada que ganar ni que perder, sino dar voz a las bases progresistas del partido. Acérrimo detractor de la guerra, ha sido el primero en alertar contra la escalada militar de la Administración Bush hacia Irán.
En contra: la experiencia frustrada de las primarias de 2004, donde aguantó hasta el final, pero fue siempre en el furgón de cola.
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