Renunció la cúpula del gobierno búlgaro
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El propio Borisov no dio la cara hoy ante la prensa pero justificó en una carta abierta su dimisión por no poder participar "en un Gobierno en el que la policía pelea con la población".
La oposición socialista, que hoy boicoteó una sesión del Parlamento, declaró a través de su líder, Sergei Stanishev, que mañana estará en la sala y votará contra el Gobierno, igual que el partido de la minoría turca del país.
Ahora, el presidente búlgaro, Rosen Plevneliev, deberá encargar la formación del nuevo gobierno hasta tres veces, comenzando por el partido de mayor presencia parlamentaria (el GERB), luego el segundo (los socialistas), y finalmente a cualquier otra formación.
Tras el previsible fracaso de estos intentos (de siete días cada uno), el presidente disolverá la Cámara, convocará elecciones y designará un Ejecutivo técnico interino encargado de preparar los comicios que podrían celebrarse a fines de abril.
Así, como lo formuló la oposición búlgara, que ha descartado participar en un gobierno antes de celebrar nuevas elecciones, toda la responsabilidad política está en las manos del jefe de Estado, un exministro del GERB, quien deberá elegir el equipo del ejecutivo técnico que tendrá dos meses para organizar los nuevos comicios.
A pesar del anunció de dimisión de Borisov, las protestas callejeras no han cesado, con varios miles de manifestantes en la capital Sofía y en Varna, la segunda ciudad del país.
En Sofía se manifestaron unas 2.000 personas cerca del Parlamento en contra del Gobierno, mientras que cientos de simpatizantes de Borisov expresaron su solidaridad con el primer ministro.
Con una fuerte presencia de agentes, la policía búlgaro evitó choques entre los dos bandos enfrentados.
"Las protestas continuarán porque exigimos reformas de la Constitución que permitan una participación ciudadana de al menos un 50 por ciento en todos los niveles del poder", señaló hoy en su página de Facebook, Yanko Petrov, uno de los organizadores de las manifestaciones, convocadas a través de esta red social.
"Si los partidos políticos se declaran en contra (de esta exigencia), significa que no deben tener un lugar en Bulgaria", concluye el activista en su mensaje.
Las protestas, que originalmente se organizaron en contra de los altos precios de la electricidad y los monopolios, se dirigen ahora también en contra de toda la clase política.
Muchos en Bulgaria culpan a las elites políticas desde la caída del régimen comunista en 1989 de la reinante miseria en el país, que tampoco ha mejorado tras la entrada en la Unión Europea (UE) en el año 2007.
El salario medio ronda los 350 euros mensuales y las pensiones no llegan ni siquiera a los 100 euros al más, con lo que Bulgaria ocupa junto con la vecina Rumanía las últimas posiciones entre los 27 países miembros de la UE.
Tras cinco años de crisis, numerosos gobiernos europeos se han visto forzados a dimitir o han sufrido fuerte derrotas electorales como en el caso de Greca, España, Italia, Portugal o Rumanía.
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