San Pablo volvió a tener una madrugada violenta, con nueve muertos, a tres semanas de la ola de ataques lanzados por el crimen organizado que causó la muerte de más de 190 personas.
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Según la secretaría de Seguridad Pública de San Pablo, nueve personas murieron en siete horas en la ciudad y en el cordón industrial que la rodea, en uno de los casos en condiciones similares a los ataques de las últimas semanas.
En Franco da Rocha, en las afueras de San Pablo, un agente penitenciario fue atacado a quemarropa por un desconocido, que lo baleó en la cabeza cuando llegaba a su trabajo.
En otro ataque, una mujer murió baleada en la cabeza cuando abría el portón del garaje de su casa para que su marido entrara con el automóvil.
Aún no se sabe si el crimen fue un asalto mal resuelto o una "ejecución". Otros tres hombres murieron en un choque armado con policías, agregó la secretaría de Seguridad Pública, mientras otro hombre fue abatido luego de haber asaltado una gasolinera.
Los restantes casos fueron asesinatos aún no esclarecidos en el Gran San Pablo.
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