23 de diciembre 2021 - 00:00

El cambio exponencial de los intendentes: del viejo ABL al protagonismo indiscutido

Sin dudas, el 2021 terminó de exponer la importancia del rol de los jefes comunales. Del covid a las elecciones pasando por los cargos en el Ejecutivo nacional y provincial. Una figura que crece y se acomoda a futuro.

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“Hace rato que ya no somos los intendentes del alumbrado, barrido y limpieza. Hoy generamos trabajo, salud, educación y nos hacemos cargo de todo aquellos que no se hacen cargo desde más arriba. Y, para colmo, ganamos elecciones”. Las palabras pertenecen a un jefe comunal peronista de la tercera sección. Sin embargo, a esta altura, podrían calzarle a cualquier alcalde más allá de su origen político. Y las razones abundan.

Con la llegada del covid, en marzo de 2020, los intendentes se convirtieron en protagonistas esenciales de la realidad de sus distritos. El combate contra un enemigo aún desconocido los colocó en la primera línea de pelea. Y, desde allí, comandaron todo tipo de acciones para reprimir la llegada de un enemigo impensado.

Su rol en la articulación de acciones sanitarias junto con la Nación y la Provincia fue clave. Y es que, como siempre se dice, el jefe comunal es la primera ventanilla de reclamo del vecino. Atento a las diferentes realidades de cada distrito, los jefes comunales se envalentonaron en la defensa de lo que cada uno consideró necesario. Si hasta al principio armaron barricadas para prohibir el ingreso a los municipios con el simple fin de salvaguardar a la población local.

De aquel comienzo a esta actualidad donde los casos vuelven a aumentar a un ritmo vertiginoso pasó demasiada agua bajo el puente. Sin embargo, todos los jefes comunales pudieron sostener la parada. Y no solo eso. Sino que, con el correr de un año, de por sí cargado, se consolidaron como los grandes protagonistas del 2021. “Nos tendrían que haber puesto en la tapa de la revista Gente”, le dice a este diario entre risas un dirigente de la sexta. Y es que, más allá de la valiosa gestión realizada antes y durante la pandemia, los intendentes pasaron a ser claves en las elecciones legislativas que se llevaron a cabo en agosto y noviembre de este año.

“Ganar perdiendo”

Basta recordar la frase del Frente de Todos sobre “ganar perdiendo” para entender que los jefes comunales fueron, sin dudas, los generadores de la mitad victoriosa de la mención.

Gracias a su aporte, el peronismo bonaerense logró achicar la diferencia de las PASO y lograr algunos triunfos que se trasladaron a las realidades de los HCD en algunos distritos y también a la paridad alcanzada en el Senado bonaerense donde Juntos tenía mayoría.

Claro, los intendentes peronistas se atribuyen la remontada. “Hicimos lo imposible en dos meses, con un gran laburo de territorio. Militando y contándole al vecino todo lo hecho. Pero no solo en lo municipal, sino también desde lo provincial y lo nacional”, le dice el dirigente de la tercera a este medio.

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Los jefes comunales entendieron en este año que hoy más que nunca existe un voto ascendente que, antes, no se daba. Una elección que nace desde la representación municipal y que crece hacia arriba. Cuando, en general, se da a la inversa. “Seguimos siendo la primera cara. La primera referencia. La persona que el vecino más conoce. Y a quienes nos reclaman y también nos agradecen”, agrega.

“Fue una elección muy buena en todo el país, con foco en el Conurbano. Los intendentes peronistas hemos sido fundamentales. Nos pusimos la elección al hombro”, también dijo en su momento el intendente en uso de licencia de Merlo, Gustavo Menéndez.

Fue tan importante la presencia de los intendentes en la remontada que, la acción siguiente, e inmediata, fue plantarse ante el presidente Alberto Fernández y ante el gobernador Axel Kicillof y exigirles que se pronuncien en favor de que se baje la ley que hoy prohíbe las reelecciones en más de dos mandatos consecutivos.

Y pese a que hoy todavía están en puja por conseguirlo, como parte de una discusión en la que también hay interesados de ambos lados que no están de acuerdo, lograron otro de sus cometidos: ser considerados tanto en Nación como en Provincia para ocupar cargos de valor y no solo evadir la actual ley (al no cumplir los dos años de mandato) sino también ganar otra caja de peso para sumar poder en vistas de seguir creciendo en términos políticos.

“Me gusta ser intendente y no voy a dejar de ejercerlo ni un solo día”, remarcó Ariel Sujarchuk, quien pese a haber asumido la presidencia del Ente Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable sigue conduciendo en simultáneo la gestión comunal. “Esta propuesta tiene el desafío de lo fundacional y tiene una actividad muy importante para la Argentina, pero me permite continuar teniendo presencia en el territorio”.

Pegar el salto

Así las cosas, más de 12 jefes comunales pegaron el salto a distintas áreas de los ejecutivos mencionados y volvieron a revalorizar la figura, a veces tan vilipendiada, de los alcaldes.

“Es una manera de reconocer el valor de los intendentes. Algunos gobiernan localidades con más población que algunas provincias argentinas y eso demuestra la capacidad de gestión que tienen. Bienvenida sea la incorporación de los intendentes porque tienen mucha experiencia y capacidad para aportar”, aseguró Alberto Descalzo, a cargo de Ituzaingó.

Pero no se trata de una ecuación que solo le cabe al peronismo. Los intendentes de la oposición también lograron victorias de peso que no solo los reconfirmaron su lugar en ese plebiscito que son las elecciones legislativas sino que además ganaron mayor participación en la mesa de poder provincial y nacional a través de la representación de diversos actores tanto de la UCR como del PRO.

Con este panorama no caben dudas de que los alcaldes de ambos frentes políticos mayoritarios de la actualidad saldrán a dar la pelea que hasta el momento siempre les fue negada: poner a un intendente al frente de la Provincia y evitar el salto habitual desde CABA.

A un año y medio para lo que serán las PASO, desde ambos sectores tienen en claro que en la puja interna de cada espacio habrá un intendente que buscará ser la voz de sus pares y, de una vez por todas, lograr el objetivo postergado de la gobernación. Algo que, como quedó claro en este último año y medio, y que se coronó con el fin del 2021, más que una posibilidad es una certeza.

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