En Francia, uno de los mayores productores vitivinícolas del mundo, arrancará la semana próxima la temporada de ferias internacionales de vinos. La Vinexpo París será el punto de partida para el recorrido de las bodegas argentinas que buscan generar negocios en el exterior con el objetivo de evitar que las exportaciones de vinos continúen cayendo como sucedió en 2023.
Arranca la época de ferias internacionales de vinos: la estrategia de las bodegas argentinas para recuperar mercados
El primer paso es París, la semana próxima. Y siguen Alemania, China, Hong Kong y Brasil. Buscan sostener exportaciones de vino, que cayeron 23,3% en 2023.
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VINOS. Argentina en Vinexpo París 2023. Este año la cantidad de bodegas nacionales llegará a 12, contra 8 del año pasado.
La agenda de la industria indica que en los meses siguientes los escenarios donde los bodegueros de nuestro país intentarán conquistar nuevos clientes serán las ferias de Alemania, China, Hong Kong y Brasil.
La feria parisina se desarrollará entre el 12 y el 14 de este mes y marca el inicio del cronograma de ferias internacionales en las cuales Wines of Argentina (WofA), entidad encargada de la promoción del vino argentino en el exterior, engloba a un grupo de participantes nacionales bajo la marca paraguas del Vino Argentino.
En este caso agrupará a 12 bodegas, superando en un 50% la participación del año pasado cuando hubo 8 bodegas en París: Bodegas Bianchi, Bodega Lagarde, Cavas de Weinert, Cielo y Tierra, Doña Paula, El Porvenir de Cafayate, Familia Zuccardi, Finca Flichman, Gauchezco, Pascual Toso Wines, Rossell Boher y Susana Balbo.
“En línea con las temáticas del programa de la feria y con los desafíos actuales del sector, este año las promociones hacen foco en el compromiso de nuestras bodegas con la producción de vinos premium a partir de prácticas sustentables. Y por supuesto, con nuestro Malbec como caballito de batalla”, explicó a Ámbito la gerente general de WofA, Magdalena Pesce, respecto de la participación en Vinexpo París.
Un recorrido con varias paradas
Como sucede también con otras ferias, la participación argentina se extiende también a bodegas que participan con stand propio y otras que lo hacen dentro del pabellón que contrata el Consejo Federal de Inversiones (CFI), que suele concentrar a muchas pequeñas bodegas de diversos puntos del país que cuentan con apoyo de sus gobiernos provinciales para asistir.
El calendario exacto de ferias internacionales para el ciclo 2024 incluye la participación en ProWein Düsseldorf (10 al 12 de marzo); China Food & Drink Fair en Chengdu (20 al 22 de marzo) y Vinexpo Hong Kong (28 al 30 de mayo). En el caso de América Latina, ProWine Sao Paulo (1 al 3 de octubre) marcará la agenda del trade regional en la segunda mitad del 2024.
De todos modos, la más convocante para los argentinos en la actualidad es ProWein, en Alemania. Es la mayor puerta de ingreso al mercado europeo y la que concentra mayor cantidad de participantes de todo el globlo.
El año pasado, hubo 135 bodegas nacionales presentes: 72 nucleadas en el stand institucional de WofA; 40 en el stand institucional del CFI y 23 que se presentaron de manera independiente. Un total de 3.027 etiquetas únicas fueron transportadas desde nuestro país, que representan 8.955 botellas (746 cajas x 12) y equivalen a 12.497 kilogramos. A estas cifras deben sumarse todas aquellas etiquetas y botellas que fueron enviadas de manera particular.
Hubo 8 provincias productoras: Mendoza, San Juan, La Rioja, Salta, Tucumán, Neuquén, Río Negro, y Chubut.
Además, el pabellón institucional de Wines of Argentina midió 500 m2 y por primera vez incorporó formatos diferenciales de participación en función de las necesidades de las bodegas, incluyendo un espacio para la Cámara Argentina de Vinos a Granel.
Vinos, entre el glamour y la crisis
Pero el glamour de las ferias internacionales no se condice en este momento con la situación complicada que atraviesan las bodegas argentinas para vender sus vinos en el exterior.
Las ferias sirven para buscar clientes, pero nadie va a probar suerte o a ver qué pasa, sino que lo hacen con una agenda previa que se arma con una plataforma de matchmaking, con varios meses de anticipación. En el caso de las bodegas que viajan con WofA ese trabajo arrancó en noviembre del año pasado. Los costos de participar en las ferias son altos para los argentinos y por eso asumen una agenda proactiva que permita aprovechar bien el tiempo.
Magdalena Pesce también explicó a Ámbito cuáles son los mayores desafíos que enfrentan las bodegas argentinas para insertarse en el comercio internacional de vinos.
“La realidad es que Argentina, salvo empresas grandes que pueden llegar o sostener precios más bajos de la pirámide (que es donde se mueve el mayor volumen de ventas) para el grueso de las bodegas exportar está cada vez más complicado. Argentina juega el partido de la mitad para arriba de la pirámide (vinos de precios medios y altos) porque no podemos competir con vinos de Chile o España, que tienen costos muchísimo más bajos para segmentos entry level. Sólo así cierran medianamente los números”, explicó.
-¿Desde cuándo sucede esto?
-Es una realidad de hace muchos años. Argentina perdió el lugar en las góndolas justamente porque no puede sostener el segmento de precios bajos. Algunas empresas grandes que compiten en ese segmento con vinos propios, o también hacen vinos para terceros, marcas blancas para supermercados, muchas veces sostienen esos negocios menos rentables ahora para no perder el lugar que alcanzaron en algunos mercados del exterior. Y esa menor rentabilidad la compensan con lo que venden en segmentos de vinos más caros.
El año pasado fue terrible para toda la industria. Antes había un mercado interno que traccionaba y te permitía tener un colchón si la exportación estaba mala. O al revés. Pero en 2023 ambos frentes fueron muy complejos. Y además de las complicaciones internas, por la economía o por el clima, los mercados externos tampoco están pasando por un momento fácil.
-¿Qué expectativas hay para el año que empieza?
-Como organización, estamos encarando el 2024 con mucho foco y mucha austeridad, porque nos financiamos con aporte de las bodegas, sin subsidio estatal. Desde las bodegas hay una visión de austeridad y de foco en ciertos mercados. Este no va a ser un año para salir a abrir mercados nuevos, porque puede ser complejo.
¿La aspiración es mejorar las cifras de 2023?
-La estrategia está más enfocada en sostener y mantener esos mercados importantes, como Estados Unidos, Brasil, Reino Unido, México, Perú, Canadá. Los mercados asiáticos están siendo un gran desafío porque China sigue muy golpeada, sigue cayendo. No se espera que tengamos nuevos jugadores en ese mercado este año ni el que viene. Los que ya están van a apostar a sostener sus negocios.
Es toda una estrategia de poner mucha cabeza en las inversiones, con austeridad y sostener los negocios en marcha. El que se cae de la góndola, no entra más. Es la realidad en toda esta industria, sólo que algunas empresas más grandes tienen más espaldas para sostenerse con un colchón que ayude a aguantar hasta que esto cambie. Las más chicas sufren la peor parte. Pero todas están afectadas.
Es un año muy desafiante, al menos hasta que se terminen de acomodar las variables. Pero la esperanza no se pierde, porque el negocio del vino es un negocio a largo plazo. Estamos acostumbrados a que te puede tocar una mala cosecha, un granizo, una helada. Es parte del juego, concluyó Pesce.
Los que pueden y los que no
La producción de vinos embotellados en Argentina está diversificada entre una gran cantidad de bodegas. Sin embargo, son pocas las que alcanzan volúmenes de exportación que sean significativos. Entre las principales figuran el Grupo Peñaflor (con marcas emblemáticas como Trapiche, que recientemente se convirtió en sponsor del Inter Miami, equipo de fútbol donde juega Lionel Messi), Catena, Zuccardi, Luigi Bosca, Trivento, Grupo Avinea (Argento y Otronia), Pérez Companc (Nieto Senetiner), Fecovita, entre otras.
De todos modos, más allá del tamaño, todas sufrieron la coyuntura desfavorable de 2023 para exportar, tanto por las condiciones macroeconómicas del país, como por factores climáticos (helada que redujo la producción anual) y un contexto internacional adverso.
Puesto en cifras oficiales, según el último informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) en 2023 las exportaciones argentinas de vino en botella cayeron 23,3% en comparación con el año anterior: enviaron 151,2 millones de litros contra 197,2 millones de litros exportados en 2022. Tomada en litros la caída es de 46 millones en un año.
En dólares, según el INV el sector exportó en 2023 un total de u$s641 millones, contra los u$s766 millones vendidos en 2022, con una reducción interanual de 16,4%.
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