El mercado de la cerveza artesanal también conocidas como "independientes" en Argentina atraviesa un proceso de transformación. Después de varios años de crecimiento sostenido, la caída del consumo y el aumento de los costos empujaron a muchas fábricas a revisar estrategias y ajustar precios.
Cervezas artesanales: cuáles serán tendencia este verano, precios y cómo sigue el consumo
Las también llamadas cervezas "independientes" ganan espacio y apuntan a una temporada con nuevos estilos. Con propuestas locales en expansión.
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Los bares cerveceros se preparan para la temporada alta, con una oferta centrada en estilos livianos y de alta rotación
Los productores coinciden en que el verano será decisivo para reactivar las ventas y consolidar la preferencia por las cervezas livianas, refrescantes y de menor graduación alcohólica.
En reacomodamiento
Eduardo Page, de Hormiga Negra, explicó que “el mercado de la cerveza independiente atraviesa un proceso de reestructuración que parece no tener fin”. Señaló que durante 2025 varias fábricas redujeron operaciones o trasladaron su producción a terceros. “Dos grandes jugadores cerraron sus plantas y comenzaron a producir en otras fábricas del mismo segmento. Es un fenómeno que refleja una etapa de maduración y una revisión general de costos, precios y competencia”, precisó.
En ese reacomodamiento y por lo investigado por Ámbito el proceso de reestructuración también alcanzó a algunas de las marcas más reconocidas del sector: Peñón del Águila trasladó su producción a Antares, mientras que Temple comenzó a elaborar en las instalaciones de Ortuzar, en una estrategia de optimización de costos y recursos dentro del segmento artesanal.
Precios y consumo
Según Page, el público también cambió su comportamiento de consumo. “Las cervezas tradicionales o sus equivalentes vuelven a ganar protagonismo en los días de verano: lagers, blonde ale y cream ale son las que brillan en esta temporada”, detalló. Las cervezas más alcohólicas, costosas o con perfiles complejos pierden espacio frente a las más simples y refrescantes.
El especialista subrayó que “la mayoría de los consumidores sigue fiel a la lager tradicional, sin conocer o interesarse por propuestas más elaboradas como cervezas lupuladas o de guarda”. Este año, los estilos de alta tomabilidad, carbonatación elevada y perfil sensorial neutro, con notas cítricas o florales leves, serán los protagonistas.
El precio promedio de una pinta de cerveza artesanal ronda entre $5.000 y $7.000, según la zona y el tipo de bar. En cervecerías de barrio se consiguen opciones desde $4.500, mientras que en locales de mayor tránsito turístico o costero los valores se acercan a $7.000.
Page indicó que los precios “subieron menos que la inflación, empujados por un consumo retraído y un mercado en recesión”. También aclaró que “las fábricas intentaron sostener la rentabilidad sin trasladar todos los aumentos al consumidor final”.
En los últimos doce meses la demanda cayó alrededor del 20%, con picos del 30% en los meses de otoño e invierno. Sin embargo, los productores esperan una recuperación en diciembre y enero. “Las fábricas que enfoquen su producción en cervezas de baja graduación alcohólica, alta tomabilidad y perfil refrescante tienen grandes chances de destacarse esta temporada”, afirmó.
Las cervezas más vendidas
Para Martín Boan, sommelier y juez internacional de cervezas y director del Centro de Cata de Cerveza, el consumo empieza a mostrar signos de recuperación. “Después de uno de los inviernos más difíciles, la cerveza enfrenta una etapa de reacomodamiento. Hay que salir a buscar al cliente, cuidar el producto y acompañar al consumidor con precios razonables”, señaló.
Boan indicó que las cervezas lupuladas siguen al frente del mercado artesanal. “Son las más elegidas, con infinidad de variantes desde las más amargas y secas, como la West Coast IPA, hasta las más frutales y suaves como la NEIPA (New England IPA). En todas, el lúpulo es el protagonista y aporta aromas florales, cítricos y tropicales”, explicó.
Entre las más demandadas, destacó la Session IPA, “seca, refrescante y con menor graduación alcohólica respecto de la IPA tradicional”. En tanto, las lagers estilo Pilsener mantienen su espacio entre los consumidores que comienzan a explorar el mundo artesanal. “Representan el primer contacto con la cerveza independiente y hoy hay una oferta más variada, desde versiones clásicas hasta lagers lupuladas más modernas”, agregó.
La Golden Ale también se consolida como un estilo de gran aceptación: “Es una cerveza de color dorado brillante, con notas a cereal y pan, fermentación neutra o frutal y sutil presencia de lúpulo”.
En cambio, las cervezas más alcohólicas como las Stout, Imperial Stout, Scottish o Barley Wine reducen su participación en verano. “Son cervezas más pesadas, que funcionan mejor en los meses fríos”, explicó Boan.
Valores en bares y latas
Según los datos del sector, una lata de 473 ml cuesta entre $3.500 y $4.000 en los estilos más clásicos. Las ediciones especiales o cervezas premiadas pueden superar los $5.000. En bares, las pintas se venden en promedio a $5.000, aunque en zonas costeras o turísticas los valores pueden alcanzar los $7.000.
Boan destacó: “El aumento de precios fue leve, por debajo de la inflación. Los productores prefirieron conservar volumen antes que perder clientes”.
Estrategias y nuevos canales
El cofundador de Jabalina, Rulo Bustillo, explicó que el consumo “bajó muchísimo durante el invierno” y que la actividad depende del clima. “Estamos completamente atados al calor y al movimiento social. Este año fue frío, por eso la expectativa está puesta en el verano y en las fiestas de fin de año”, aseguró.
Bustillo detalló que las variedades más vendidas de su marca son IPA, Blonde y Martelli Pilsen, mientras que las menos demandadas son las Sours y las cervezas de barrica. “Estas últimas nos dieron reconocimiento y premios, pero hoy son un producto de nicho”, explicó.
La empresa también desarrolló nuevas estrategias de comercialización. “Abrimos las puertas de la fábrica con la modalidad Taproom (espacios dentro de las fábricas o cervecerías donde el público puede probar directamente las cervezas producidas en el lugar, en un formato más informal y cercano) para que la gente venga, tome una pinta, coma algo y escuche música en vivo. Además, empezamos a vender en supermercados chinos del barrio, algo que nunca habíamos hecho, y la repercusión fue excelente”, contó.
Bustillo destacó que el precio actual de la pinta en un bar se mantiene entre $5.000 y $7.000, con promociones de Happy Hour en algunos locales. “Tomarse una buena cerveza artesanal en Argentina sigue siendo muy accesible. En otros países cuesta entre cuatro y cinco veces más que una industrial, mientras que acá se consigue al mismo precio o incluso más barata”, apuntó.
Expectativas y un verano clave
Los referentes coinciden en que la temporada 2025/2026 puede marcar un punto de inflexión. “Creo que será una buena temporada, impulsada por promociones y acciones de marketing más efectivas. Las fábricas cuentan con más herramientas para acercarse al consumidor”, estimó Page.
Boan señaló que diciembre suele ser el mes de mayor demanda. “Las cervezas tipo IPA y las livianas de graduación moderada serán las estrellas. La Golden y las lagers frescas van a tener una muy buena recepción”.
Bustillo consideró que “no habrá capacidad ociosa” en la fábrica durante el verano. “Una de nuestras cerveza insignia, elaborada con insumos nacionales y un mes de maduración es una clásica Pilsen que atrae al público más tradicional por su sabor equilibrado y tomabilidad”, comentó.
Con precios estabilizados, consumidores más selectivos y un mercado que busca recomponerse, las cervezas artesanales apuestan al calor para sostener la recuperación. La combinación de propuestas locales, calidad de producto y estrategias de venta directa son las claves para enfrentar una temporada que definirá el ritmo del año próximo.
Boan concluyó: “El verano llega con optimismo moderado. Después de meses de incertidumbre, el mercado cervecero empieza a mostrar señales de madurez. Los consumidores eligen con más criterio y las fábricas afinan su oferta. Si el clima acompaña, la recuperación puede ser sostenida".







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