“Sorprendente”. En una escala de 1 a 10, 12”, resumió Donald Trump su encuentro con Xi Jinping. El primer paso lo dio Xi al iniciar su discurso en la cumbre asiática diciendo: “El desarrollo y la rejuvenización de China no son incompatibles con el objetivo del presidente Trump de “Hacer Grande Nuevamente a América”. Más tarde, al terminar los encuentros, el estadounidense le contestó definiéndolo como “un gran líder de un gran país”.
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"Pax Precaria": Donald Trump y Xi Jinping se ven las caras
El acuerdo que acaban de lograr pone en impasse a una guerra que nos perjudicaba a todos. Nada se solucionó de fondo, y claramente hubo un ganador, pero -casi- todos debemos celebrarlo.
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Reunión de Trump y Xi Jinping: uno a uno, todos los temas del encuentro
La actitud corporal lo dice todo (que el lector saque sus propias conclusiones de la reunión entre Donald Trump y Xi Jinping).
Finalmente, como indicaba la racionalidad, la reunión entre los dos mandatarios se hizo, a pesar de las recurrentes amenazas y sugerencia del rubio que no se verían las caras.
Tras una hora y cuarenta minutos de verse las caras -mucho menos de lo que se esperaba lo que sugiere que solo se habló de lo que se había acordado de antemano; Trump había deslizado que podrían llegar a cuatro horas-, cada uno se lleva un pan para su casa, lo que les permite cantar victoria, aunque aquí hubo uno que resignó más que el otro.
“Dicen que Donald es un algo más que aceptable jugador de ajedrez y Xi de Go. Mientras en el juego del caballito siempre existe la posibilidad de terminar en “tablas” (arriba del 55% entre profesionales) y muchas veces es deseable, con el Weiqui la posibilidad fáctica de que no haya un ganador ("jigo") es nula” comentábamos en una columna anterior.
Lo que no dijimos es que mientras un buen partido de ajedrez (entre profesionales) se finiquita normalmente en 40-60 jugadas, no más de 2 o 4 horas, uno de Go lleva de 250 a 300 movidas (las fichas se colocan y quedan fijas si no se comen) lo que significa de 4 a 6 horas, y en algunos casos (byo-yomi) de 8 a 10 (Récords: ajedrez, 20 horas, 15 minutos, Nicolic vs. Arsovic, Yogoslavia, 1989; Shiusai vs. Seigen, 40 horas en 14 sesiones que fueron entre el 16/ de octubre y 4 de diciembre de 1938, Japón)
Lo acordado
“Todo lo de las tierras raras ha sido acordado”, esa barrera se ha ido, no hay ningún obstáculo en absoluto con las tierras raras” alardeó Trump.
En su comunicado los chinos ni hablaron del asunto, aunque luego de la reunión el Ministerio de Comercio anunció que suspendería los controles impuestos a su exportación (desde el 9 de octubre, si había alguna chance que las tierras o semiconductores se utilizaran en la industria militar, se frenaba su exportación), a cambio de la suspensión del 50% de los controles a la importación que aplicaba los EEUU ¿Cuánto dura el acuerdo? Un año y solo se refiere a cinco elementos.
“(Xi) va a trabajar duramente para frenar el flujo (de fentanilo). Pienso que veremos que se toman algunas acciones reales”, sostuvo el norteamericano. Lo del fentanilo era/es uno de los problemas que más preocupaban a Trump. De hecho, fue la causa de las tarifas del 10% que impuso a los productos chinos, el 4 de febrero (elevadas al 20% el 10 de marzo), iniciando su campaña tarifaria.
Por un lado, Washington redujo de 20% a 10% las tarifas que aplicó por la falta de controles de Beijing a la circulación de los precursores químicos del estas drogas, mientras el Ministerio de Comercio confirmaba que apretaría las clavijas en este asunto.
Con esto, en la práctica las tarifas impuestas a China se retrotraen al nivel que tuvieron antes del “Liberation day”, 47% (la carga China es de 32%). En teoría cualquier cosa arriba del 30% implica un freno al comercio internacional, pero en esto los chinos tienen más margen para absorber los costos que los norteamericanos.
Lo que queda pendiente es la “fase uno” del acuerdo que celebraron Trump y XI durante el primer mandato del yanqui -los chinos debían importarles productos por u$s 200.000 millones anuales. Si bien se anunció e inmediatamente se activaron algunas compras menores de productos agrícolas norteamericanos, es especial de soja, la realidad es que esto no será significativo.
Los chinos están abarrotados de soja, se estima que para fin de año sus reservas llegarían a 43.86 toneladas métricas, el 36% del stock mundial o más de dos años de lo que le compraban tradicionalmente a los EEUU (donde deja esto a Brasil -el 93% de sus compras fueron a Brasil- y a la Argentina, es otra cuestión).
Otra de las cosas que se acordaron fue que en seis meses -en algún momento de abril- Trump visitaría Pekín, esperando que su contraparte “esté viniendo en algún momento luego de ello. Sea en Florida, Palm Beach o Washington D.C.”.
Si bien se ha sacado alguna foto arriba de un carrito (con Barack Obama en 2013 y Vladimir Putin en 2016) , Xi considera al golf como algo corrupto, extravagante y burgués, cerrando mas de 100 campos de golf desde e instalando un líneas telefónica para denunciar a cualquier oficial del gobierno que seas visto jugándolo.
La inteligencia artificial no escapó a lo charlado, “No conversamos sobre Blackwell (el B30A es el chip estrella de Nvidia) Pero un montón de chips, saben, un montón de chips. Y eso es bueno para nosotros”, deslizó Trump.
China vuelve a acceder a los Chips H20, un diseño empobrecido especialmente para el caso chino, de manera de no disparar las restricciones vigentes. El problema es que ante las medidas impuestas, los orientales vienen avanzando a pasos agigantados en la producción y desarrollo de sus propios procesadores de IA.
“Hablamos largamente sobre ello, y ambos vamos a trabajar juntos a ver si logramos algo” sostuvo Trump en referencia a la guerra entre Rusia y Ucrania. Claro que después agregó: “Las dos partes están empantanadas en la lucha, y a veces debes dejarlos pelear, creo. Una locura”.
Según el comunicado chino, Trump se mostró “muy entusiasmado para solucionar varios conflictos regionales” agregando que China también estaba promoviendo la paz en varios conflictos. Claro que de sanciones, suspender las importaciones de petróleo y otros productos rusos, de Taiwán, de la persecución a los Uigures o a los lideres católicos, ni se habló.
Es claro que la estrategia oriental de tomar represalias únicamente en respuesta a las acciones norteamericanas dio sus frutos.
Lo que mejor refleja las conclusiones de la reunión fueron las palabras de Xi “Hoy el mundo enfrenta muchos problemas difíciles. China y los EE.UU. pueden sobrellevar juntos su responsabilidad como países principales y trabajar juntos para lograr cosas mas grandes y concretas para el bien de nuestros dos países y todo el mundo”. Por primera vez vemos a los chinos poniéndose en pie de igualdad con los norteamericanos.
Sea uno u otro el ganador, Trump evitó el peor de los escenarios y esta Navidad los estantes norteamericanos estarán llenos de juguetes chinos.






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