18 de junio 2025 - 17:38

Creatividad infantil e Inteligencia Artificial: claves para una educación más equitativa

No sólo se trata de aprender para adaptarse a estos tiempos, sino que, con estos aprendizajes y herramientas emergentes, estamos construyendo el mundo que viene.

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En un contexto global atravesado por transformaciones tecnológicas vertiginosas, resulta imprescindible repensar los pilares sobre los que se construye la educación. La inteligencia artificial (IA), con su potencial disruptivo, comienza a ofrecer respuestas concretas a desafíos históricos del sistema educativo. Uno de ellos —quizás de los más complejos y urgentes— es cómo evaluar objetivamente el potencial creativo de niños y niñas.

Un estudio desarrollado por la Universidad de Georgia (*) aporta evidencia valiosa en esta dirección. El objetivo: diseñar un modelo de evaluación de la creatividad infantil que combine la mirada humana con algoritmos de IA, permitiendo reducir sesgos y ampliar el reconocimiento del talento en todas sus formas. Se analizaron 10.449 respuestas generadas por 387 estudiantes de entre 5 y 11 años, mediante una prueba anónima que evalúa creatividad cuya duración fue de 30 minutos. Los resultados, brindados por el modelo de IA construido, no solo abren nuevos horizontes metodológicos, sino que interpelan de forma directa al enfoque tradicional con el que aún se mide la inteligencia en las aulas.

Una de las conclusiones más significativas del estudio es que los mayores sesgos por parte de evaluadores humanos surgían frente a respuestas consideradas "poco originales", lo cual revela una tendencia a validar únicamente aquellas formas de creatividad que se ajustan a ciertos moldes culturales o lingüísticos. Esta lógica excluye, de forma sistemática, a estudiantes con menor dominio verbal, contextos lingüísticos diversos o estilos de pensamiento no convencionales. En otras palabras: estamos dejando talento afuera.

Desde mi experiencia, este fenómeno no es aislado ni menor. Durante años, la creatividad ha sido evaluada bajo parámetros que privilegian lo predecible, lo normativo o lo lingüísticamente elaborado, sin contemplar la complejidad real del pensamiento creativo. Aquí es donde la IA puede y debe jugar un rol transformador. Su capacidad para analizar patrones de manera objetiva —libre de prejuicios conscientes o inconscientes— permite visibilizar expresiones genuinas de creatividad que muchas veces son invisibilizadas en los esquemas tradicionales.

El estudio también pone de manifiesto la ausencia de métricas consistentes para valorar habilidades blandas —como la innovación, la generación de ideas o el pensamiento divergente— en las infancias. Mientras las ciencias duras cuentan con sistemas de evaluación estandarizados, las competencias más relevantes para el siglo XXI siguen siendo medidas con criterios vagos, fragmentarios o inestables. Esta situación no solo limita el desarrollo integral de los estudiantes, sino que reproduce inequidades estructurales desde los primeros años.

Considero que el aporte más relevante de esta investigación es conceptual: nos obliga a redefinir qué entendemos por creatividad, y a quiénes estamos dispuestos a reconocer como creativos. La IA, aplicada con sentido ético y pedagógico, se presenta aquí como una aliada estratégica para democratizar el acceso al reconocimiento del talento, independientemente del origen, contexto o estilo cognitivo del estudiante.

Lejos de ser una amenaza, la inteligencia artificial puede constituirse en un instrumento poderoso para construir una educación más inclusiva, más sensible a la diversidad y mejor preparada para los desafíos del futuro. Pero esto solo será posible si quienes tomamos decisiones en materia educativa —desde los ministerios hasta las aulas— asumimos la responsabilidad de integrar estas herramientas de forma crítica, reflexiva y con foco en la equidad.

Hoy, el sistema educativo tiene frente a sí una oportunidad real de transformación. Incorporar tecnología no solo como medio, sino como parte del paradigma pedagógico, es un paso necesario para garantizar que cada niño y niña tenga la posibilidad de desarrollar y mostrar todo su potencial creativo.

No sólo se trata de aprender para adaptarse a estos tiempos, sino que, con estos aprendizajes y herramientas emergentes, estamos construyendo el mundo que viene.

CTO y cofundador de IL Consulting.

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