6 de septiembre 2025 - 10:30

La famosa marca de ropa italiana que está al borde de la quiebra y cierra 500 locales en el mundo: qué pasará en Argentina

La marca tuvo que tomar decisiones drásticas por su pésima situación financiera. El cierre de sucursales en todo el mundo tomo a todos por sorpresa.

Benetton no pudo adaptarse a las exigencias de un mercado en constante evolución y tuvo que cerrar 500 tiendas. 

Benetton no pudo adaptarse a las exigencias de un mercado en constante evolución y tuvo que cerrar 500 tiendas. 

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La histórica marca de ropa italiana Benetton anunció el cierre de 500 sucursales tras más de seis décadas en el mercado. Durante los años 80 y 90, la compañía supo posicionarse como una de las firmas más influyentes del mundo, reconocida por sus diseños coloridos y campañas publicitarias provocadoras. Sin embargo, el dinamismo de la industria textil terminó por dejarla atrás.

El auge del fast fashion, con gigantes como Zara y H&M, y más recientemente plataformas digitales como Shein y Temu, cambió por completo las reglas del juego. Con precios más bajos, colecciones ultrarrápidas y un modelo de compras online cada vez más extendido, Benetton no logró adaptarse a las nuevas exigencias del mercado.

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Benetton: de la cima a la quiebra

Benetton vivió sus años dorados durante la etapa de mayor expansión global, cuando se destacó con ropa colorida, precios accesibles y campañas publicitarias icónicas como United Colors of Benetton y We, on Death Row, que proponían debates sociales más allá de la moda.

Sin embargo, con la irrupción de la moda rápida, capaz de lanzar colecciones en dos a cuatro semanas, la compañía italiana quedó rezagada al mantener ciclos de producción de hasta 12 meses y mostrarse resistente a la digitalización. La consecuencia fue una crisis financiera con pérdidas crecientes año tras año.

En mayo de 2025, Claudio Sforza asumió como consejero delegado con un plan drástico: reducir gastos, simplificar el catálogo, impulsar las ventas exclusivamente online y acortar los plazos de producción a seis meses. El ajuste se tradujo en cierres masivos de fábricas en Túnez, Croacia y Serbia, y en el traslado de trabajadores del histórico complejo de Ponzano Veneto al de Castrette di Villorba, en Italia.

El personal pasó de 1.100 a 700 empleados hacia fines de 2025 gracias a planes de retiros incentivados. En paralelo, la compañía cerró 500 locales en todo el mundo, reduciendo su red de 3.500 a 3.000 tiendas, con el objetivo de conservar solo los puntos de venta más rentables.

El holding Edizione, controlado por la familia Benetton, acompañó la reestructuración con una inyección de 260 millones de euros a fines de 2024 para sostener la operación. El plan corporativo comunicó a los sindicatos que la meta era regresar a beneficios entre 2026 y 2027, luego de dos años consecutivos de pérdidas. En 2024 la facturación cayó a 917 millones de euros, un 16,4% menos que en 2023, reflejo del retroceso frente a la moda rápida y el impacto del consumo digital.

La estrategia de Sforza también implicó una reorganización estructural: escisión de filiales, reducción de colecciones, simplificación del portafolio y un fuerte impulso a lo digital. En 2025 el comercio electrónico representaba apenas el 13% de la facturación, con la meta de elevarlo al 25% en el corto plazo. Para la dirección, este canal resultaba clave para recuperar competitividad y responder a los nuevos hábitos de consumo.

Los reportes de la industria coincidieron en que la crisis de Benetton reflejó un modelo de negocios desfasado: lenta adaptación al e-commerce, procesos productivos extensos y una pérdida de conexión con los consumidores jóvenes, en contraste con los gigantes de la moda rápida que dominan las redes sociales y los influencers.

Con más de 3.000 locales todavía en operación, la compañía busca ahora conservar su presencia internacional mientras ajusta costos y avanza hacia un modelo digital que le permita sobrevivir en un mercado dominado por la inmediatez.

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