Los bienes de consumo masivo representan la mayor parte de la oferta del comercio minorista, que a su vez es uno de los motores económicos más importantes del mundo, particularmente en países emergentes donde constituye un pilar fundamental de la economía.
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Estos productos, como alimentos, artículos de limpieza y productos de cuidado personal, que, según Statista, generan el 63,8% de los ingresos minoristas a nivel global, llega al consumidor final a través de pequeños comercios como kioscos, despensas de barrio o autoservicios y supermercados de pequeño y mediano tamaño que en la Argentina identificamos como los “super chinos”. Todo este segmento de pequeños comercios operan con procesos obsoletos, situación que limita severamente su capacidad de competir y afecta la disponibilidad de productos esenciales en las comunidades locales.
Esto, paradójicamente, ocurre en un contexto de expansión imparable del e-commerce: según un informe de GlobalData, el valor total de las transacciones de comercio electrónico se estima que alcanzará los 9,3 billones de dólares para 2027, con un crecimiento anual compuesto del 9,5% desde 2022. Las transacciones de comercio electrónico se incrementaron exponencialmente, llegando a 5,9 billones de dólares en 2022 desde los 2,5 billones en 2016, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 15%. La pandemia de COVID-19 fue un catalizador clave, acelerando el cambio hacia las compras en línea debido a los confinamientos.
En Argentina, el comercio electrónico también experimentó un crecimiento notable. El mercado de comercio electrónico del país, el cuarto más grande de la región LATAM, creció un 87% entre 2021 y 2022. Este crecimiento, junto con las altas tasas de penetración de Internet y telefonía móvil, sugiere un fuerte potencial para una expansión continua. Según la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), en 2023 más de 1,4 millones de nuevos consumidores compraron online por primera vez, elevando el número total de consumidores de comercio electrónico a poco más de 23,247 millones. El volumen total de ventas también reflejó este crecimiento, con más de 489 millones de productos vendidos en 234 millones de transacciones, un aumento del 16% y el 11% desde 2022, respectivamente. La facturación de la industria se disparó un 175% hasta alcanzar un total de 7.800 millones de pesos argentinos (alrededor de 9.000 millones de dólares).
Sin embargo, a pesar de este volumen y expansión tanto del comercio minorista, como de los artículos de consumo masivo y el comercio electrónico, no se ha dado el maridaje esperado entre todos estos fenómenos. En cierta forma, se han desenvuelto en forma relativamente paralela, sin tocarse demasiado y sin articular una cadena de suministro B2B, con proveedores, distribuidores y marcas fabricantes desconectados y dispersos pero sometidos, en conjunto, a los dictados de los actores tradicionales y de mayor tamaño del ecosistema. Así gran parte del comercio de bienes de consumo todavía depende de procesos tradicionales fuera de línea, donde las transacciones en efectivo, la gestión manual de inventario y la falta de visibilidad en toda la cadena de suministro son comunes.
Aunque a simple vista pueda parecer lo contrario, el proceso comercial en su conjunto, a nivel B2B, no se ve afectado por la tecnología del comercio electrónico.
El consumo y el negocio mayorista es enorme, pero es todo offline y es todo con lápiz y papel y correos electrónicos; no hay tecnología involucrada ahí. No ha habido cambios importantes en la forma en que las empresas obtienen, compran y pagan bienes de consumo en todo el mercado, a pesar de los avances en la tecnología del comercio electrónico.
La falta de innovación y la ineficiencia en el espacio del comercio B2B han provocado que los precios de los bienes de consumo se mantengan altos, ya que las marcas, los distribuidores y los vendedores todavía tienen que pasar por la cadena de suministro tradicional fuera de línea, que lleva décadas.
El pequeño comercio tiene, en general, pocas opciones en términos de surtido: trabaja con un menú acotado de distribuidores o tiene que abastecerse en un mayorista bajo el modelo “Cash and Carry”. Tiene que ir físicamente a comprar todo, instalarse ahí, hacer largas colas. Y no necesariamente se está llevando un buen precio. Estos hipermayoristas tienen dinámicas promocionales que a simple vista parecen atractivas y terminan no siéndolo. Encuentran que, por ejemplo, el aceite o el azúcar estaban a un mega buen precio, pero después terminan comprando otros artículos a muy malos precios, para lo cual no terminan con un muy buen precio final para la compra completa.
El comercio electrónico tradicional no lo ayuda: es depredador, controlador y beneficia solo a los grandes proveedores de tecnología que poseen todos los datos e intentan poseer toda la cadena de suministro. Este modelo centralizado está acabando con las pequeñas empresas al restringir el acceso a las herramientas necesarias para impulsar el crecimiento.
El dominio de unas pocas plataformas de comercio electrónico también contribuye al aumento constante de los precios de los bienes de consumo, ya que estas plataformas suelen operar con márgenes elevados e incluso lanzan sus propios productos de marca blanca en categorías con alto volumen o rentabilidad. Este enfoque deja vulnerables tanto a las marcas como a los proveedores, quienes son sistemáticamente excluidos de los beneficios del comercio en línea y obligados a seguir con la obsoleta e ineficiente cadena de suministro fuera de línea o a renunciar al control de todas sus cadenas de suministro para vender en el comercio electrónico.
Justin Floyd, fundador de RedCloud Technology, lo analiza claramente: "Terminamos consolidando todo en muy pocos oligopolios. Amazon, Alibaba y Google son los principales jugadores y esa consolidación, en vez de lograr que la tecnología funcione para mejor, la hicieron para asegurar su posición dominante".
Entonces, ¿qué solución hace falta? El sector de bienes de consumo B2B de Argentina necesita un nuevo modelo de comercio electrónico que digitalice la cadena de suministro minorista de cola larga y ofrezca a los negocios la misma conveniencia y rentabilidad que el comercio electrónico B2C brinda a los consumidores finales.
La solución que necesita el mercado es la del "comercio abierto" (Open Commerce). Este nuevo tipo de modelo de comercio electrónico está diseñado para abrir el mercado y digitalizar las cadenas de suministro tradicionales existentes en lugar de intentar reemplazarlas.
El Open Commerce viene a ofrecer un punto de valor basado en las tres C: Cost, Choice y Convenience (Costo, Elección y Conveniencia). El objetivo es crear un ciclo virtuoso de crecimiento entre oferta y demanda, estructurando un ecosistema que pueda escalar y generar mayor poder de compra para los pequeños comercios. La falta de tiempo y opciones de surtido son desafíos críticos para los pequeños comerciantes. Estos negocios, generalmente operados por una o dos personas, deben encargarse de todas las tareas, desde la reposición de stock hasta la atención al cliente y la gestión de pagos, lo que deja poco tiempo para buscar las mejores ofertas o negociar precios competitivos.
La filosofía del comercio abierto se centra en revalorizar la cadena de suministro a través de la tecnología, logrando mejores precios mediante una mayor competencia y generando mayor poder de compra para los pequeños comercios.
Prefiero citar en extenso a Justin, quien en una entrevista con el sitio especializado CloudTweaks, explicó: “Estamos diciendo: ‘Tenemos cientos de miles, sino millones, de minoristas que quieren comprar de todo, desde talco para bebés hasta copos de maíz de Kellogg's". Con ese poder adquisitivo, podrás ofrecer tus productos a través de nuestra plataforma. Puedes ofrecer mejores descuentos y condiciones a esos minoristas que nunca antes. La razón es que estás tratando a través de una plataforma con muchas, lo que te hace la vida mucho más fácil como productora. Cuando le dices eso a un fabricante, ya sea el director ejecutivo de una gran corporación en Nueva York o un pequeño fabricante en Ohio que hace galletas para bebés, les encanta cómo suena. Eso es lo que quieren oír. Aún mejor, estamos permitiendo que estos fabricantes - lo cual es muy diferente del juego de Amazon- accedan a los datos generados por esos minoristas. Creas dos mundos ideales para ellos. Por un lado, les está brindando todo este poder adquisitivo minorista agregado, lo que les facilita mucho la venta de sus productos. Para ellos es casi como una experiencia de Papá Noel en la vida real”.
Y sigue: “En segundo lugar, le daremos los datos de eso. Tendrá visibilidad completa de quién compra qué, por qué, cuándo, cómo y a qué precio. Cuando ofreces esto a un fabricante de bienes de consumo, es su segundo regalo de Navidad del día. Esto soluciona su mayor problema actual: no tienen acceso a datos de calidad”.
RedCloud ya está haciendo esto posible con su plataforma de comercio abierto inteligente impulsada por la tecnología que conecta directamente marcas, distribuidores, minoristas y vendedores en una sola plataforma. Esta plataforma desbloquea la cadena de suministro y brinda la conveniencia y eficiencia del comercio electrónico a las empresas.
El comercio abierto permite a los usuarios ver instantáneamente dónde está el inventario, los precios a los que se vende el inventario, la demanda de ese inventario, la demanda prevista, los precios previstos, las cantidades y los tiempos de entrega. Cada parte tiene una experiencia visual personalizada: los minoristas ven qué pueden comprar, cuándo, cómo y dónde; los distribuidores ven lo que tienen en sus manos y lo que necesita salir; y los fabricantes ven una visión clara de la cadena de suministro. Esta transparencia ayuda a reducir las pérdidas debidas a distorsiones del inventario al proporcionar datos precisos y en tiempo real para una mejor toma de decisiones.
En un contexto donde se proyecta un aumento en el número de consumidores de ingresos medios a nivel mundial de 1.500 millones en 2021 a 5.000 millones en 2025, mejorar la eficiencia de las cadenas de suministro es cada vez más crítico. Las limitaciones actuales resultan en pérdidas significativas: hasta 19 billones de dólares en pagos no digitales y 1 billón de dólares anuales en ventas debido a la falta de existencias en las tiendas.
Open Commerce se presenta como la segunda generación de comercio electrónico, brindando a las pequeñas empresas un poder adquisitivo superior y una plataforma para competir en igualdad de condiciones. Esta solución no solo mejora la eficiencia y transparencia de la cadena de suministro, sino que también democratiza el acceso a productos y servicios, beneficiando a los consumidores finales.
Country General Manager de RedCloud Technology Argentina
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