La preocupación por el planeta cada día tiene más adeptos y son miles las personas que buscar aportar soluciones para mejorarlo. Anna Makosinski creó una linterna que se activa con el calor de las manos, revolucionando el campo de la recolección de energía. Gracias a este invento, da charlas para motivar a millones de personas a contribuir con el planeta.
No podía estudiar de noche porque no tenía luz e inventó una linterna que se enciende con el calor de las manos y hoy es multimillonaria
Una joven canadiense creó una linterna que se enciende con el calor de las manos, amasa millones y se destaca como una innovadora sub-30.
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Anna se ha consolidado como una de las emprendedoras sub-30 más destacadas del planeta. A pesar de su habilidad para las ciencias duras, la joven estudia Lengua y Literatura inglesas con la que pretende explicar su pasión por ayudara al planeta. "La forma en que soy activista es creando soluciones para ayudar a los demás y siendo capaz de comunicar lo que he creado a través de mis habilidades para hablar", enfatizó.
La historia de Anna Makosinski, la joven canadiense que creó la linterna que funciona con el calor de las manos
Anna tuvo un infancia alejada de las consolas de videojuegos, teléfonos celulares o computadoras para jugar. A cambio, sus padres e dieron una caja de herramientas para que ella misma buscara la forma de divertirse. Lejos de enojarse, la niña pasaba horas tratando de buscar soluciones a los problemas que encontraba en sus juguetes tradicionales.
Así, al llegar a la escuela secundaria Makosinki tenía grandes habilidades en el área de las ciencias duras que le gustaba combinar son su pasión por las la literatura y el medio ambiente. Su interés en métodos alternativos de recolección de energía surgió cuando una amiga de Filipinas le comentó que tenía dificultades para estudiar por la noche debido a la falta de luz. Inspirada por esta situación, Anna desarrolló una linterna que se enciende con el calor de la palma de la mano, invirtiendo solo 26 dólares y obteniendo 50 mil como recompensa al ganar la Feria de Ciencias de Google.
"Mi diseño es ergonómico, eficiente desde el punto de vista termodinámico y solo necesita una diferencia de temperatura de cinco grados para funcionar y producir un brillo equivalente a cinco velas”, cuenta feliz Anna en cada charla que brinda para ayudar al planeta.
Esta combinación de ciencia y arte ha sido fundamental en su vida y carrera, promoviendo el aprendizaje interactivo y la búsqueda de soluciones creativas. Anna también es una defensora de la incorporación de las mujeres en las ciencias y ha sido destacada por 'Time' como una de las 30 personas menores de 30 años que están cambiando el mundo.
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