11 de diciembre 2025 - 12:35

Quebró Deniro: la hamburguesería de entraña que quedó acorralada por cheques rechazados y denuncias

La Justicia decretó la quiebra de la firma y abrió el proceso para que acreedores presenten reclamos, tras años de conflictos financieros, reclamos de franquiciados y problemas operativos.

Deniro llegó a tener más de 30 locales operativos. 

Deniro llegó a tener más de 30 locales operativos. 

La cadena que alguna vez capitalizó el auge de las hamburguesas artesanales y se presentó como un proyecto distinto en un mercado saturado enfrenta lo que parece ser su capítulo final. El Juzgado Nacional en lo Comercial 27 decretó la quiebra de Deniro Hamburguesería S.A.S. el 25 de noviembre y activó el procedimiento formal que obliga a sus dueños a poner todos los bienes a disposición del síndico designado, Juan Manuel Ausa.

La resolución, publicada en el Boletín Oficial del 5 de diciembre y firmada por la jueza María Virginia Villarroel, fija plazos claves: los acreedores deberán presentar pedidos de verificación hasta el 2 de marzo de 2026, mientras que los informes del síndico serán entregados en abril y junio del próximo año.

La decisión judicial cristaliza un colapso que no sorprende dentro del sector gastronómico ni entre quienes siguieron el derrotero de la marca. Deniro, que alcanzó más de 20 locales en 2022 y superó los 30 en su pico, arrastra un historial de cheques rechazados por casi $5.000 millones según registros del Banco Central y un entramado de conflictos comerciales, acusaciones de estafas, problemas laborales, clausuras reiteradas y un deterioro operativo que la compañía nunca logró revertir. Aun así, mantiene ocho locales activos, que ahora quedan bajo la órbita de la quiebra y deberán adaptarse a las instrucciones del síndico.

De expansión acelerada al colapso

La historia de Deniro comenzó antes de que estallaran los conflictos. En 2007, aprovechando el auge de las hamburguesas artesanales, la empresa apostó por un diferencial gastronómico poco habitual en el fast food argentino: la hamburguesa de entraña.

A partir de allí, ejecutó un plan de expansión intenso basado en franquicias. Su estrategia apuntó a crecer por barrios y no por polos gastronómicos tradicionales, lo que la llevó a multiplicarse en el AMBA y en distintas provincias. En su mejor momento, Deniro figuró entre las cuatro cadenas de hamburgueserías más grandes del país por cantidad de locales.

Para sostener el crecimiento, la empresa montó una planta central en Mataderos que elaboraba panes, medallones y salsas para toda la red. Ese esquema industrial, que la compañía presentaba como garantía de calidad y escalabilidad, se convirtió con el tiempo en uno de los puntos de mayor conflicto.

Mientras la marca aumentaba su presencia, comenzaron a aparecer reclamos de franquiciados y proveedores que cuestionaban el modelo de negocio. Las denuncias describían un esquema de venta de franquicias a valores elevados en dólares, con proyecciones de facturación que no se correspondían con la realidad. La difusión insuficiente, los costos más altos de lo previsto y la falta de soporte operativo encendieron la primera alarma.

deniro 1

En paralelo, los cheques sin fondos se convirtieron en un indicador crítico. Según los registros del BCRA, la empresa acumuló casi $5.000 millones en instrumentos rechazados, un volumen que reflejaba la magnitud de la crisis financiera y que afectó de manera directa a proveedores, operadores y franquiciados.

La planta de Mataderos también quedó en el centro del conflicto. Fue clausurada en múltiples ocasiones por orden de la AGC y la Fiscalía 38, a raíz de irregularidades en su funcionamiento. A ello se sumaron denuncias vecinales por presuntas conexiones ilegales a servicios y reaperturas fuera de los horarios permitidos, incluso con fajas de clausura vigentes. La empresa solía responder que era víctima de persecución, pero el deterioro operativo resultaba evidente.

El fallo del Juzgado Comercial 27 dispuso que los dueños entreguen todos los bienes al síndico para asegurar la posesión inmediata del patrimonio. También prohibió a terceros efectuar pagos a la compañía, que serán considerados ineficaces, e intimó al fallido a constituir domicilio en 48 horas.

Los próximos meses estarán marcados por la verificación de créditos y el avance del proceso de liquidación. La caída de Deniro resume un patrón que se repite en el sector gastronómico: crecimientos acelerados sostenidos en estructuras débiles, marketing ambicioso, costos crecientes, mala praxis operativa y un mercado cada vez más competitivo.

Dejá tu comentario

Te puede interesar