Cuál es el secreto para mitigar el riesgo reputacional

Formar negocios con actores honestos es una acción inteligente que potenciará a largo plazo el valor de la marca y el reconocimiento social de su organización.

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Para nadie es un secreto que el mundo está lleno de estrategias de marketing cimentadas en la superficialidad de un producto o servicio. Sin embargo, en los últimos años, los patrones de consumo indican que la reputación de las marcas es hoy una prioridad para las empresas, personas, clientes o usuarios que tienen intenciones de vincularse con otras organizaciones.

Desde Kroll hemos sido enfáticos sobre el riesgo que representa el llamado contagio reputacional, que es el deterioro de la imagen de una marca a raíz de su relacionamiento con otras organizaciones involucradas en situaciones fraudulentas o, al menos, controvertidas desde los estándares éticos de la comunidad empresaria internacional. En América Latina el ejemplo más claro es el de la constructora Odebrecht, que acabó con la reputación de numerosas compañías, empresarios, y de reconocidos políticos e, inclusive, presidentes de la región.

Para evitar que su empresa sea víctima de un escándalo de corrupción como el de Odebrecht, y para construir una reputación que llame la atención de los consumidores, el primer paso estratégico es prestarle más atención a los procesos de due diligence, los cuales permiten conocer de manera minuciosa los antecedentes de una persona o entidad que busca establecer relaciones comerciales con nuestra organización. Este mecanismo de verificación también tiene impacto en la sostenibilidad financiera de las compañías porque ayuda, por ejemplo, a visualizar la viabilidad económica de un inversor interesado en ser accionista.

Vale la pena mencionar que para lograr un proceso de due diligence exitoso, es necesario incorporar un equipo comprometido con la cultura de la transparencia y que tenga como objetivo asegurar que la organización desempeñe sus labores de manera legal, convirtiendo este fin en una política de obligatorio cumplimiento para toda la fuerza laboral.

Es vital, además, que una marca fortalezca su reputación a partir del establecimiento de alianzas estratégicas con agentes que consoliden sus acciones desde la normatividad legal. Lo anterior, además de brindar tranquilidad, permite establecer ecosistemas de negocio justos y competitivos alejados de actividades de fraude, estafa, entre otros.

En materia de productividad, quiero destacar que las compañías que se esfuerzan por mantener su reputación también logran estimular a sus consumidores a partir de estrategias de marketing que visibilizan los valores innatos de la compañía, como la transparencia y la legalidad. En definitiva, formar negocios con actores honestos es una acción inteligente que potenciará a largo plazo el valor de la marca y el reconocimiento social de su organización.

(*) Director ejecutivo de Kroll en Argentina

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