(Alberto Rodríguez Saá, postulante a la presidencia de la Nación al frente de un sector del peronismo, describió con claridad cómo funciona lo que entiende por «pensamiento único» en la política argentina. Lo hizo en diálogo con Fernando Niembro por «La Red».)
PERIODISTA: Usted me dijo que hay algunos mediosque le ponen una barrera. ¿Por qué cree que no lo invitan?
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Alberto Rodríguez Saá: Hay un ninguneo deliberado con la provincia de San Luis, que es provocado por una especie de acuerdo que hay entre el gobierno nacional y los llamados multimedia. Permítame ahora... ¿Tengo 3 minutos?
A.R.S.: Se lo relato brevemente. Se llama «pensamiento único» o «control del pensamiento». Lo inventó el señor Noam Chomsky, Filadelfia, Estados Unidos. El era un chico, casi un adolescente y estaba en el bar, y escuchan por radio que dicen que entran los nazis a París, y ve que todos los parroquianos destapan cerveza, empiezan a tomar festejando la entrada de los nazis a París. El queda asombrado de ver este espectáculo que le resultó inolvidable. Pasan los años o los días o los meses y se produce la entrada de los aliados a la guerra. Entonces se anuncia por la misma radio -la misma situación, los mismos parroquianos- que ahora el ejército norteamericano entraba en guerra e iba a participar con los aliados. Ve Noam Chomsky que destapan botellas y sirven en el bar. Al otro día, liberación de París, entonces Noam Chomsky ve que los parroquianos destapan cerveza y vuelven a tomar, y dice: «¿Qué es esto?», se llama «pensamiento único» o «control del pensamiento» ¿Qué se necesita para que el Estado haga esto? Se necesita una concentración de los medios de comunicación -cualquier parecido con la Argentina es mera casualidad-. Segundo, un incentivo con la publicidad oficial a ciertos medios generalmente concentrados -cualquier parecido con la Argentina es mera casualidad-. También algunos sobres para los programas afines al gobierno, para que presenten el programa oficial -cualquier parecido con la Argentina es mera casualidad-. Luego, un mensaje que considera que va a ser el único, generando un enemigo, endemoniar un enemigo -cualquier parecido con la realidad es mera casualidad-. El último punto que son números, que acrediten que esto es cierto, ahí tenemos las encuestas pagas. Estos tejes y manejes que se llaman «pensamiento único» los ve en algún diario que en vez de con «C» hay que escribirlo con «K». Y ve el gobierno nacional el ninguneo de los medios y cómo van dirigiendo el mensaje. ¿Qué mensaje hay ahora? La elección está terminada, no votés, gana la señora, vea cómo le dan las encuestas, esto ya está, no importa que no debata, no importa que no la podamos ver, no importa que ella ponga la foto mientras los otros ponen la cara, no importa, no votés, resignate, las cosas son así, hay que aguantar cuatro años más. Este es el «pensamiento único», contra esto luchamos.
Dejá tu comentario