1 de septiembre 2019 - 00:01

El coaching como herramienta para emprendedores

Existen 2 aspectos  que el coach debe tener muy en cuenta para desbloquear las trabas del emprendedor.

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Ser emprendedor es una forma de ser en el mundo. Es quien se atreve y organiza su actividad laboral para avanzar, porque ve luz al final del túnel, sintiéndose capaz de alcanzarla.

Pero me pregunto, ¿necesitan coaching los emprendedores? Creo que sí, que es de gran ayuda para todo emprendedor, dado que tiene por objeto facilitar la transformación del observador de la realidad que está transitando. Muchas veces, como emprendedores, observamos la realidad con una mirada acotada y empobrecida, y nos estancamos en nuestros proyectos por temores y limitaciones. En esas circunstancias necesitamos un coach para que nos ayude a despertarnos y llamarnos a una mayor consciencia de la vida y de nuestras posibilidades. El coach es como un despertador que nos anima a buscar caminos para superar nuestros obstáculos y descubrir nuevas posibilidades, tomando consciencia que “no hay cuestiones agotadas, sino hombres agotados en las cuestiones”, como decía Santiago Ramón y Cajal.

Como emprendedores muchas veces ponemos nuestro piloto automático y avanzamos en un estado de semiconsciencia, hasta que de golpe nos chocamos con dificultades que nos bloquean y desaniman.

En mi experiencia he llegado a la conclusión que existen 2 aspectos que el coach debe tener muy en cuenta para desbloquear las trabas del emprendedor:

1) Escuchar sin filtros mentales y con la mayor fidelidad posible lo que está necesitando el emprendedor. Esta escucha incluye la observación de su lenguaje, emocionalidad y corporalidad, como también sus circunstancias y el contexto en el que se desenvuelve.

Una de las puertas que suelo explorar en mi escucha son los aspectos emocionales que detecto en el emprendedor. Recuerdo que en una oportunidad una emprendedora que me había derivado INICIA, tenía dificultad para lograr estabilidad en los trabajos que encaraba.

Permanentemente se auto boicoteaba cuando tenía que enfrentar un desafío, hasta que descubrió que esta inestabilidad se gestaba porque buscaba llamar la atención a sus padres para que la protegieran en el infortunio, pidiendo ser solventada económicamente, tal como ellos lo hacían con sus otras hermanas. Su conducta obedecía a no sentirse valorada de la misma forma que sus hermanas.

Finalmente descubrió que sólo podría salir de ese círculo vicioso, si asumía su vida con madurez, dejando de lado su actitud adolescente de desvalida, transformando su actitud de víctima en una de autovalía.

2) Despertar al emprendedor es la segunda tarea del coach. Una vez que logro comprender el mundo del emprendedor y sus dificultades, debo ayudarlo a que descubra sus riquezas y posibilidades.

Como dice Proust, “la auténtica exploración no es la busca de nuevos territorios, sino la que aprende a ver con nuevos ojos.”[1] Esta tarea artesanal del coach deberá ir facilitando al emprendedor el descubrimiento de una visión de futuro que le atraiga y llene de entusiasmo, y en definitiva le despierte vida en su interior, para que, desde este fuego, renazca su espíritu emprendedor.

Ayudar a que los emprendedores aprendan a aprender, y a crecer de una manera integral es el trabajo que hacemos en la organización.

(*) Coach y Director del Programa de Coaching de INICIA

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