13 de agosto 2022 - 00:00

Inflación: BCRA se pone hawkish por primera vez en tres años

Aun habiendo entrado en modo hawkish, resta ver si las medidas del BCRA contra la inflación son suficientes para calmar expectativas que estaban desbordadas.

El BCRA ha dado el primer paso para combatir la espiralización de la inflación, pero el fuego lejos está de ser controlado.

El BCRA ha dado el primer paso para combatir la espiralización de la inflación, pero el fuego lejos está de ser controlado.

Gentileza: Barings

El jueves pasado, un par de horas antes de que el INDEC dé a conocer el dato de inflación más alto en dos décadas, el Banco Central aplicó el mayor ajuste de tasas de interés en tres años. Seguramente, más preocupado por los datos de alta frecuencia de la primera semana de agosto, que por el dato puntual de julio, la autoridad monetaria intentó shockear al mercado con una suba de 950 puntos básicos (pbs). Este brusco ajuste monetario, que es el mayor desde las PASO 2019 (cuando el dólar saltó 23% en un día el BCRA subió 1.110 bps la tasa), llega apenas dos semanas después de un ajuste de 800 pbs el 28/07 y acumula 1.750 pbs.

Concretamente, el BCRA subió la tasa de LELIQ (política monetaria) de 60% a 69,5% de TNA (79,8% a 96,8% de TEA), de igual manera que elevó la de Pases Pasivos a un día de 55% a 64,9% (73,2% a 90,5% de TEA). Este brusco ajuste de tasas redundó en mayores remuneraciones para los depósitos del sistema financiero. La tasa de plazo fijo para Personas Humanas saltó 850 pbs y pasan a estar remunerados a una TNA de 69,5% desde 61% (TEA de 81,3% a 96,6%). Por su parte, la BADLAR tuvo un menor incremento, de 700 pbs, pasando de 54% a 61% (TEA de 69,6% a 81,3%).

¿Cuál es el rationale detrás de este incremento?

Los datos de alta frecuencia de la primera semana de agosto mostraban que lejos de desacelerarse, la inflación se tomaba velocidad, superando el 9% mensual e incluso relevamientos privados mostraban que superaba el 3% semanal o 13,5% mensualizado (no es apropiado hacerlo ya que es la de mayor estacionalidad dentro del mes). Probablemente, la autoridad monetaria comenzó a sentir que la dinámica inflacionaria estaba yéndosele de las manos y salió, correctamente, a sostener la demanda de dinero con la única herramienta que tiene en sus manos: remunerar mejor a los depositantes en pesos.

No obstante, aun habiendo entrado en modo hawkish, resta ver si es suficiente para calmar expectativas inflacionarias que estaban desbordadas. Vale recordar que los analistas consultados por el BCRA en el REM de julio aumentaron en nada menos que 14,2 puntos porcentuales su expectativa de inflación anual para 2022 (de 76% a 90,2%) y pusieron un piso a la inflación mensual de lo que resta del año de 5%, subiendo desde 4,2%. Asumiendo que estos analistas mantienen su estimación de 6% mensual para agosto, a pesar de la aceleración que muestran los datos de alta frecuencia, la tasa de interés real anual a un mes vista para un plazo fijo minorista aumenta de -11,5% a -2,3%, quedando en el nivel menos negativo desde noviembre 2021. En tanto, la tasa real de la BADLAR pasa de -13,9% a -9,9%.

Si bien siguen siendo rendimientos negativos, en la cabeza de Miguel Pesce podrían resonar como suficientes para mitigar la suba las expectativas inflacionarias. No debe soslayarse que, bajo este mismo cálculo, la tasa de interés real para el depositante retail era -22% anual hace tan sólo dos semanas. Era (fue) combustible más que suficiente para que siga acelerándose la velocidad de circulación del dinero (caída de la demanda de dinero). En otras palabras, no había ningún incentivo a quedarse en pesos ante tamaña remuneración negativa, por lo que los agentes huyeron del peso hacia bienes y dólar (aceleración de la inflación y suba de CCL). Más vale tarde que nunca.

El BCRA ha dado el primer paso para combatir la espiralización de la inflación, pero el fuego lejos está de ser controlado. Es factible que esta violenta suba de tasas de interés no sea la última. Servirá para contener el desboque de las expectativas, pero no para apaciguarlas del todo. De confirmarse la aceleración inflacionaria que anticipan los relevamientos de alta frecuencia de agosto, probablemente las expectativas sean una vez más revisadas al alza, por lo que la autoridad monetaria no tendría opción que seguir subiendo la tasa. El sentido es el correcto pero la magnitud podría ser insuficiente todavía. La autoridad monetaria tiene que aprender de lo vivido en el último mes y anticiparse a los hechos. Como se dice en el mercado, deberá dejar de “correrla de atrás”.

Team Leader de Macroeconomía de PPI.

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