Inteligencia Artificial y su impacto en la empleabilidad: ¿fin del trabajo o nuevas oportunidades laborales emergentes?

¿Los humanos serán reemplazados por las máquinas? ¿Será una nueva oportunidad para los empleos? ¿Qué se viene a nivel tecnológico e industrial?

IA está cada vez más presente en nuestro día a día. 

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Para poder analizar el impacto de la Inteligencia Artificial (IA) y otras tecnologías emergentes en la empleabilidad de las personas es importante asumir la transformación progresiva del mercado laboral, que ya se está produciendo y es inevitable.

En paralelo, también es fundamental asimilar la necesidad de adaptación y aprendizaje continuo, que será cada vez más determinante e incluso excluyente para poder desarrollarse en cualquier posición. Especialmente en el sector industrial.

La clave pasa por entender que, en las tareas susceptibles de ser automatizadas, los seres humanos serán reemplazados por la tecnología o por máquinas. Es una dinámica que ya comenzó y que tiene un curso trazado, por el cual se transita a alta velocidad.

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En este proceso, se escuchan voces que hablan de la desaparición masiva de ocupaciones y eventualmente un fin del trabajo humano. Como si la IA fuera al empleo lo que el meteorito a la extinción de los dinosaurios. Este tipo de expresiones generan preocupación en muchas personas, que sienten amenazado su modo de ganarse la vida.

Ante estas expresiones agoreras, lo recomendable es detener la pelota y reflexionar. Revoluciones industriales de alta magnitud hubo al menos cuatro, y en todos los casos, en simultáneo a la desaparición de algunos empleos se generaron nuevas oportunidades. Por supuesto, la clave siempre residió y aún reside en aprovecharlas. Y buena parte de la posibilidad de lograrlo está en la capacidad de adaptación, donde la capacitación continua juega un rol determinante.

La mirada positiva frente a este fenómeno existe, y está sustentada tanto en la experiencia histórica del desarrollo del mundo, como en los movimientos del mercado laboral actual.

¿Desaparición de trabajos o reconversión laboral?

Es importante precisar a qué nos referimos cuando se habla de la desaparición de un puesto de trabajo en el escenario actual, dado que si una posición sufre ciertas mutaciones producto de la implementación tecnológica, no necesariamente quiere decir que esa función vaya a desaparecer, sino que se transformará.

Es muy importante aclararlo para que las personas nos posicionemos desde una perspectiva de protagonismo, que abrace el cambio, y no desde el temor a lo que vendrá.

En paralelo, y como decíamos al principio, la buena noticia es que efectivamente se están creando nuevas funciones y puestos laborales, al igual que en las revoluciones industriales anteriores. Entonces, cambiaría la expresión 'destrucción de puestos de trabajo' por 'reconversión laboral'.

En este sentido, quienes cuenten con las capacidades para poder intermediar con las máquinas, elevarán sus niveles de empleabilidad. Al igual que las personas que continúen capacitándose en forma constante (e inclusive reconvirtiéndose), para adaptarse a un mundo y un sistema productivo en constante cambio.

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¿Cuáles serán las tareas que serán reemplazadas por las máquinas?

En general, los analistas coinciden en que las tareas que más tempranamente serán reemplazadas por robots, IA u otros tipos de automatismos, son aquellas que constan de un elevado número de repeticiones con bajo grado de análisis/creatividad por parte del ejecutor.

Dentro de estas tareas no solamente se encuentran las físicas/mecánicas que podrían ser realizadas por robots, sino también aquellas consistentes en procesar información, efectuar interacciones basadas en árboles de decisiones, controles de inventario, cobranzas, entre otras.

A nivel industrial, la incorporación de la robótica reemplaza algunas funciones operativas. Sin embargo, se requerirá de personas que interactúen con ellas y conozcan la tarea que deben desempeñar las máquinas.

La IA generativa avanzó un poco más, con su capacidad para poder desarrollar tareas más creativas. Incluso la elaboración de modelos de negocio y la programación informática. Pero la intervención del humano, guiando a las máquinas para cumplir funciones y lograr objetivos, continuará siendo determinante.

Si bien las actividades reemplazables suelen estar presentes con más protagonismo en las posiciones de la base de la pirámide de las organizaciones, hay funciones ubicadas en otros segmentos de la pirámide que también experimentarán el mismo proceso.

El secreto es no competir con las máquinas –una carrera perdida desde el inicio- sino integrarnos y aprovecharlas, para optimizar nuestro tiempo y ser más productivos.

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En este sentido, los nuevos empleos estarán asociados a la capacidad de interactuar con la tecnología, gestionar proyectos complejos y liderar equipos. Quienes se adapten de mejor manera a este contexto, tendrán la posibilidad de evolucionar y transformarse, independientemente del lugar de la pirámide en el que se encuentren.

En este punto es importante destacar que en términos de selección laboral, las habilidades digitales básicas, como la alfabetización informática, y la competencia en el uso de herramientas de productividad, pasarán a ser casi un commodity en el corto plazo. No tenerlas desarrolladas pasará a ser excluyente en forma transversal para una gran cantidad de trabajos (en el mediano plazo).

De allí, que sea fundamental capacitarse en forma constante, adquiriendo esas competencias digitales, y desarrollando habilidades blandas críticas como la agilidad, la flexibilidad, la resiliencia, la comunicación, la adaptabilidad, el pensamiento crítico y la resolución de problemas.

Así, los riesgos disminuirán y estaremos más preparados para adaptarnos o reconvertirnos frente a los cambios inevitables del sistema productivo, donde la tecnología y la automatización desafían constantemente la forma en que trabajamos.