27 de septiembre 2023 - 20:27

La reducción de la jornada de trabajo no genera empleo, genera otros beneficios

El especialista en derecho del Trabajo y políticas públicas de empleo explica porque es muy necesario contraer la jornada de trabajo, pero dejando claro que no es una política que genere empleo, los beneficios van por otro lado.

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No sé de donde sacaron o como llegaron a la conclusión que la contracción o reducción de la jornada de trabajo, muy necesaria para el mercado laboral, genera empleo genuino, esto es falso.

La contracción o reducción de jornada de trabajo tiene como principal y único objetivo, no solo lo tendrá en Argentina, sino lo tiene en todos los países que son ley:

- Mejorar la productividad de determinadas actividades;

- Reducir considerablemente los gastos dentro de la empresa, (papelera, limpieza, servicios);

- Excesivas reuniones improductivas;

- Mas concentración en el trabajo;

- Mas tiempo libre para el bienestar humano, ergo más dedicación al laburo;

- Eliminar progresivamente la industria del juicio y los conflictos laborales;

- Reducir los siniestros laborales, por parte de los empleadores; y de parte de los dependientes;

- Menos bajas por enfermedad, menos stress;

- Desarrollar y ampliar la creatividad y la psiquis humana logrando administrar su tiempo y tener mejores condiciones de vida.

La contracción o reducción de la jornada de trabajo, se lleva a cabo, claro esta, sin recortes salarios ni recorte de los ingresos, lograr un bienestar de mayor autonomía sobre el tiempo de cada uno y sus proyectos personales pasando el mercado del trabajo a una esfera de Cantidad a la Calidad laboral.

Esta situación laboral subyace en una realidad social y a su contracción o reducción se debe a razones de orden cultural, biológico, técnico y humano.

El trabajo o las relaciones laborales como las conoces ya no tienen sentido. La era tecnológica esta acá y debemos adoptarla y mutar hacia el trabajo del futuro donde la inversión en capital humano mediante la capacitación y el incentivo de la calidad de vida, luego de un virus que acecho el mundo entero, hizo que las relaciones humanadas cambiaran.

Según datos de la OIT, los países que tienen una jornada menor y con altos elevados índices de productividad laboral son Holanda, Australia, Noruega, Dinamarca y México.

A nivel mundial, más del 40% de los empleados en relación de dependencia trabajan 40 horas semanales.

Cuando apunto a las razones de orden biológico, me refiero a la necesidad que tiene toda persona que trabaja de contar con un adecuado tiempo de descanso para reponer las energías que le exigen su vida personal y laboral.

Esta técnicamente comprobado que la calidad de trabajo y la capacidad de producción de una persona tiende a disminuir con el trascurso continuo de horas de labor en exceso.

Según esta modalidad, el trabajador tendrá la posibilidad de concurrir a su puesto de trabajo en los horarios convenientes para la empresa, a condición de que se cumpla con una base mínima de horas de trabajo efectivo. Esto permite una mejor administración de las horas de trabajo en función del tiempo libre de los trabajadores (familiar, social, personal) y un aumento considerable en la producción de las empresas. Los resultados experimentales son alentadores, teniendo en cuenta el beneficio social, económico y cultural.

Podemos entender algo “El derecho del trabajo, el mercado laboral, las relaciones laborales son de dos partes”, solo dos: Dependiente: este decidió poner su fuerza física o intelectual a favor de otro, tener un sueldo fijo y cumplir un determinado horario; la otra es el Empleador: este es quien arriesga, quien invierte en los factores de la producción, quien fija las reglas de trabajo. Ambos son laburantes, ambos deben pensar en la producción, el desarrollo, el crecimiento productivo. Toda vez que la clase política, de un lado u otro, ataca o desmerece a una parte y alza a la otra, el trabajo está en riesgo y la sociedad no crece.

La Argentina merece un debate serio, profundo y moderno sobre la necesidad de una modernización del mercado laboral y la adaptación de las normas laborales al mundo en el que vivimos.

Lo que si debemos evitar es que este debate sea licuado y vaciado de contenido al ingresar en la lógica futbolística de la grieta. Pero a la luz de los acontecimientos, hasta el momento ni de un lado ni del otro, parece haber intención de tratar con responsabilidad un tema crucial para nuestro futuro.

Nos encontramos viviendo lo que ha sido denominado la cuarta revolución industrial. Este proceso de desarrollo tecnológico e industrial implica el uso de todos los recursos técnicos y humanos, los cuales desde la pandemia y las mañas practica políticas, se han acelerado notablemente.

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