"La tasa deberá instalarse uno o dos escalones por debajo de 4,75% actual"
El periodista dialoga con el experto en mercados internacionales, personificado como Gordon Gekko de la película «Wall Street», unos días después del fuerte recorte en la tasa de corto plazo anunciado por la Reserva Federal. En ese sentido, el analista opina que la Fed cumplió con su función de «velar por la salud de la economía». Para que el paraíso dure, la tasa deberá instalarse uno o dos escalones por debajo de 4,75% actual», asevera.

Gordon Gekko
G.G.: Un punto debería resultar claro: usted puede combatir como quiera. Lo que no se tolera es perder la guerra.
P.: Y, por lo visto en los mercados, el cambio de actitud funcionó...
G.G.: Nos estábamos ahogando en una taza o, mejor dicho, nos asediaba una sequía tremenda que la Fed arregló con dos vasos de agua mineral...
P.: No parece una genialidad y, sin embargo, el alivio que se observa es tremendo...
G.G.: Basados en un conjunto de respetables principios morales, los bancos centrales se habían comprometido a no recargar la cantimplora a un precio por debajo del costo. Fue una experiencia interesantemientras duró. A decir verdad, la decisión de suspender el ensayo revela una fragilidad más que preocupante. No hay mucho que festejar. Es como si, de repente el mundo, a una tasa de 5,25%, no tuviera otro destino que sucumbir...
P.: Pero se convierte en un paraíso cuando el dial sintoniza 4,75%...
G.G.: Correcto. Sin embargo, para que dure, deberá instalarse uno o dos escalones más abajo.
P.: ¿Cree que la Fed volverá a recortar las tasas de interés?
G.G.: Pienso que sí. La receta que funcionó en tiempos de Greenspan era muy simple. Tres retoques de tasas, un cuarto de punto cada uno. El último, aunque pudiera parecer innecesario a simple vista, hay que asegurarse de que la tormenta se deja atrás. Aquí se arrancó tarde. Por eso, el medio punto. Igual convendrá remacharlo.
P.: Volvimos a abrevar en las artes de Greenspan...
G.G.: Si había una línea de rescate, un put de Greenspan, lo que ahora hemos observado es el put de Bernanke... Y, contra mi expectativa, a un precio de ejercicio no muy distante.
P.: Esta vez se disparó cuando el riesgo sobre la economía era más evidente. Después de todo, se esperó que las estadísticas mostraran un principio de destrucción de empleos netos...
G.G.: Una intervención cardíaca, puede anticiparse o realizarse de urgencia. Pero no deja de ser una operación al corazón. La Fed, por mandato, debe velar por la salud de la economía. De ahí surge la obligación de movilizarse en rescate. El activo subyacente en el put de la Fed no es una canasta de acciones. Lo que se busca preservar es la salud de la economía. Pero, como ambos están correlacionados, la Bolsa viaja como polizón en la misma ambulancia...
P.: ¿Cree que la crisis ya terminó, que fue sólo un malentendido?
G.G.: Una crisis de liquidez se arregla suministrando liquidez. Esto no es tan sencillo si usted carece de una fábrica de liquidez real, como bien se sabe en América latina. Pero EE.UU. administra la principal, que es la Fed. Cuando usted observa los efectos de una baja de medio punto sobre las expectativas de los mercados de todo el mundo, se da cuenta del verdadero rol que tiene el dólar. Un día antes, China subió por séptima vez en el año sus tasas de interés y no les importó ni a los propios chinos. La política monetaria del dólar, aun con la divisa cotizando por los suelos, impulsa o detiene el ritmo de la respiración mundial...
P.: ¿La respuesta sería sí? La crisis terminó o lo hará cuando se ajusten los remaches de la baja de tasas. Considerando las molestias, uno debe concluir que estuvimos ante un caso de mala praxis por parte de los bancos centrales, sobre todo del Banco de Inglaterra. El debate sobre el riesgo moral fue una costosa pérdida de tiempo...
G.G.: No es verdad. Si usted arregla las crisis de liquidez en el acto, es obvio que tendrá más crisis en el futuro. ¿Qué sentido tendría conservar activos líquidos en un portafolio? ¿Si no rinden nada, o muy poco, y cuando uno los necesita basta con tocar el timbre en el Banco Central? Se precisaba una cuota de turbulencia para apreciar la dimensión de los riesgos. Y se requiere todavía que el sistema reduzca su nivel de apalancamiento y su exposición en varios frentes.
P.: Termina una crisis y, como dijo Mervin King, plantamos la semilla de la próxima.
G.G.: Ni siquiera. Los problemas crediticios que esta crisis dejó a la luz -que asomaron en febrero y marzo- son todavía pequeños; pero, con seguridad, serán mucho mayores el año próximo y el siguiente. Es inexorable: hay préstamos que son endiabladamente malos. Mire, las pérdidas efectivas de un conjunto diversificado de hipotecas subprime de 2005 y 2006 no superaban 0,3% a julio. Sabiendo que la cosecha subprime de 2000 (pese al boom inmobiliario) acumuló 5% de incobrables, es difícil pensar que el agujero final no totalizará 10%. Ese tema no se arregla con liquidez. Usted va a necesitar más capital. O, caso contrario, los próximos episodios serán de insolvencia y no un mero estrangulamiento por iliquidez.
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