Con la meta de optimizar la salud y el bienestar colectivo, la tecnología sanitaria de medicamentos involucra todas las herramientas, los procesos y el conocimiento aplicados en cada fase de un medicamento, desde su creación en el laboratorio hasta su consumo por el paciente.
La tecnología para la salud que nos merecemos
Argentina creó recientemente la Agencia Nacional de Evaluación de Financiamiento de Tecnologías Sanitarias. Este organismo tiene como objetivo principal evaluar con rigor científico qué tecnologías farmacológicas son seguras, eficaces y efectivas.
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La ANEFiTS determinará la oportunidad, el modo y uso apropiado de la tecnología para la salud.
En línea con ello, la Argentina creó recientemente la Agencia Nacional de Evaluación de Financiamiento de Tecnologías Sanitarias. Este organismo tiene como objetivo principal evaluar con rigor científico qué tecnologías farmacológicas son seguras, eficaces y efectivas, y qué beneficios pueden generar antes de que se inicie el proceso de registro para su comercialización. Será parte del Ministerio de Salud y trabajará codo a codo con ANMAT.
Según el reciente anuncio la ANEFiTS determinará la oportunidad, el modo y uso apropiado de una tecnología y evaluará todo el andamiaje necesario para su implementación: documentación necesaria, mecanismos, aranceles y criterios de priorización de los procesos de evaluación. La clave estará en la determinación del costo - beneficio de la incorporación de la nueva tecnología. Y aquí se abre un interrogante para los medicamentos de las enfermedades raras que afectan a un porcentaje mínimo de la población pero que aún así, con un costo elevado continúan siendo un beneficio para los pacientes. El desarrollo de este tipo de medicamentos tiene un alto valor social, en tanto mejora profundamente la calidad de vida de las personas que transitan enfermedades atípicas. A nivel global, la población espera que los laboratorios avancen con estos fármacos aún cuando no tengan un retorno de inversión asegurado dada la baja prevalencia de estas enfermedades. El impacto presupuestario es enorme pero el Estado debe jugar un rol fundamental al velar por la salud integral de toda la población.
Si bien aún no conocemos en detalles y con profundidad cómo trabajará este nuevo organismo, el sector espera que la evaluación sea integral y comparativa, que esté basada en evidencia científica y que sea transparente y objetiva. Además, sería muy interesante un abordaje multidisciplinario que aborde aspectos médicos, económicos, sociales y éticos. Y también, que se evalúen y apliquen los conocimientos globales teniendo en cuenta el contexto Argentina considerando los recursos disponibles y las necesidades de la población.
Podríamos comparar esta iniciativa con el NICE, el National Institute for Health and Care Excellence, una organización independiente del Reino Unido cuya función es brindar orientación y asesoramiento a nivel nacional para mejorar la salud y la atención social. Desarrolla varias guías que sirven de asesoramiento para los diferentes actores del sector como: Práctica clínica, Salud pública, Atención social, Estándares de calidad. De este modo, sienta las bases sobre las cuales se toman las decisiones. Cabe destacar que sus intervenciones son independientes, basadas en la evidencia y con un buen uso de los recursos públicos.
Volviendo a Argentina, el Estado tiene un rol clave como impulsor de políticas públicas que impacten a toda la población. Así, establece las prioridades, objetivos y estrategias en materia de salud a través de la formulación de políticas, planes nacionales y programas de salud.
El sector hoy necesita expresamente que se impulse la innovación, que se promuevan los cambios necesarios en la regulación para que la tecnología sea parte intrínseca del sector y que las autoridades contemplen el camino recorrido por una infinidad de actores que desde hace décadas son parte de la transformación.
En el contexto actual donde la tecnología impacta profundamente en la salud, adaptar la regulación es prioritario. Y en el mismo sentido, las alianzas público - privadas son el camino que necesitamos y merecemos construir para democratizar la salud, mejorar la calidad de vida de las personas y promover el bienestar para todos los argentinos.
(*) CEO de Traditum
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