La discusión que no es ideológica, es aritmética. En la Argentina, el mercado está dominado por el sector público. No por un partido u otro, sino por la composición real de lo que más se negocia y de dónde se canaliza el ahorro.
Un mercado demasiado estatal: por qué Argentina necesita más "empresa" y menos "Tesoro"
Por monto y por flujo, el Estado explica la mayor parte de la actividad local de renta fija, mientras que la renta variable doméstica sigue siendo chica y muy apalancada en CEDEARs, pese a la recuperación de volumen de las acciones locales en 2024.
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Es necesario un rediseño del mercado.
En 2024, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires dejó asentado que los títulos públicos fueron el mayor monto operado del año. Incluso detalla el total negociado en esa clase de activos.
En paralelo, los fondos comunes, termómetro de cómo ahorran familias y empresas, concentraron su patrimonio en instrumentos de muy corto plazo y deuda: 56% en Money Market y 26% en Renta Fija (82% entre ambos) al primer semestre de 2024/2025.
Cuando miramos el flujo diario, predominan papeles del Estado; cuando miramos hacia dónde va el ahorro colectivo, predominan carteras cargadas de deuda pública.
¿Cuánto pesa el Estado y cuánto el privado?
No existe una torta única oficial que consolide cada segmento, pero tres termómetros consistentes cuentan la misma historia:
- Negociación de renta fija: la propia memoria de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires confirma que títulos públicos lideraron el monto operado en 2024. En el MAE, que es el principal ámbito mayorista de deuda, la operatoria de los segmentos CPC creció fuerte, y por diseño allí prima la deuda soberana y de política pública (Tesoro/BCRA).
- Ahorro vía FCI: Money Market (56%) + Renta Fija (26%) = 82% del patrimonio; es decir, el grueso de los fondos está posicionado en instrumentos cortos y públicos.
- Oferta primaria mensual del Tesoro: las licitaciones domésticas en pesos son masivas, compitiendo por la misma liquidez que necesitaría el sector privado. Sólo como muestra, el Tesoro adjudicó $5 billones en abril, $9 billones en julio y $6,6 billones en septiembre en distintas rondas de 2025.
Con estos tres puntos, es prudente afirmar que, por monto y por flujo, el Estado explica la mayor parte de la actividad local de renta fija, mientras que la renta variable doméstica sigue siendo chica y muy apalancada en CEDEARs, pese a la recuperación de volumen de las acciones locales en 2024.
Cada cambio de timón (electoral, regulatorio o de expectativas) pega directo en paridades y tasas. El resultado es un mercado que debería ser “fijo” en sus bonos, pero se comporta como cripto en momentos de ruido. Esa volatilidad encarece el capital, achica duration y desalienta proyectos productivos.
El espejo de Estados Unidos: profundidad y reglas
Un mercado sano no existe para “rollear” pasivos del Tesoro: existe para financiar empresas. En EEUU, la financiación corporativa vía bonos y acciones convive con Treasuries en mercados profundos y estables; la capitalización bursátil y el stock de deuda muestran la escala de esa arquitectura.
Nueve medidas pro-empresa para cambiar la mezcla:
1) ON PyME 2.0: estandarizar covenants, digitalizar legajos y habilitar self registrations con ventanas de colocación continua.
Qué resuelve: baja tiempos y costos legales; más pymes se animan a financiarse en el mercado.
2) Costo neutro: crédito fiscal a primera emisión (ON/fideicomisos) y amortización acelerada de gastos de listado.
Qué resuelve: elimina la barrera de entrada del “costo inicial”; amplía la base de emisores.
3) Recompras & dividendos: marcos simples y previsibles para buybacks y dividend policy que hagan invertible el equity local.
Qué resuelve: vuelve más atractivo el equity local para inversiones de largo plazo; mejora valuaciones.
4) Mercado high-yield local: segmento institucional con disclosure simplificado y plataforma electrónica con price discovery visible.
Qué resuelve: habilita financiamiento a medianas con perfiles no “AAA”; diversifica oferta.
5) Securitización PyME: empaquetar facturas/contratos en fideicomisos estándar con tramos por riesgo.
Qué resuelve: transforma capital de trabajo en un activo invertible; baja costo y atomiza riesgo.
6) Fondos de deuda privada: lineamientos CNV y “safe harbor” impositivo para canalizar ahorro institucional a crédito productivo.
Qué resuelve: canaliza ahorro institucional al crédito productivo sin pasar por bancos; amplía plazos.
7) Mandatos de largo plazo: habilitar a aseguradoras/fondos previsionales cupos razonables a instrumentos privados locales bajo criterios de idoneidad.
Qué resuelve: crea demanda estable de largo plazo, baja tasa y extiende duration para el sector real.
8) Pipeline de equity: programa público-privado para IPOs/Follow-Ons, con matching entre emisores, colocadores y family offices locales.
Qué resuelve: repone “mercadería” en la góndola de acciones; profundiza el mercado y atrae capital.
9) Estabilidad por ley: cláusulas de no regresión regulatoria por 4 años (un ciclo político completo) y evaluación de impacto ex-ante.
Qué resuelve: baja el riesgo político/regulatorio; mejora previsibilidad y costo de capital.
¿Qué ganamos si el privado lidera?
- Menos tasa y más plazo para el financiamiento productivo.
- Más inversión y empleo formal en pymes y medianas.
- Menos dependencia bancaria y del Presupuesto para crecer.
- Un mercado más estable: con más emisores privados y flujos diversificados, cada shock político pesa menos en precios.
Si queremos un mercado que financie crecimiento y no sólo refinancie al Estado, tenemos que mover la palanca: menos peso relativo del Tesoro y más protagonismo empresarial. No es ideología, es diseño de mercado.
¿El resultado? Tasas más bajas, plazos más largos y un país que invierte más y mejor.
* CEO de Sailing Inversiones
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