Javier Milei hace su show. Canta como un "rockstar" ante un estadio lleno. El sueño del pibe. Maradona niño haciendo jueguitos en la villa. Milei bailando en el patio del colegio hace más de 40 años como una forma de resistencia.
Javier Milei, genuino o moderado: campaña en modo manta corta, esquirlas de Espert y la ventana abierta para pedir
A dos semanas de ir a las urnas, La Libertad Avanza expone al Presidente, que cambia de tono y de ropa. Lo que agrada a unos, espanta a otros. EEUU sostiene hasta el 26 de octubre. Espert dejó su lugar en la lista pero todavía sigue en la boleta. El peronismo prefiere a Santilli y no tocar la ley de DNU. Gobernadores y Macri llevan menú a la Rosada para ser garantes de la "gobernabilidad".
-
Santilli: "Hace falta reforzar la gobernabilidad para implementar las reformas"
-
Un asesor clave de Milei afirmó que el Gobierno anunciará "un nuevo plan de convertibilidad"

Javier Milei y un show para contener al votante anti sistema y despistar del caso Espert.
Las imágenes del Movistar Arena de Villa Crespo simbolizan varios de los puntos entre los que se debate el Presidente y, en consecuencia, La Libertad Avanza (LLA). ¿Un Milei genuino o uno moderado? El escándalo Espert, la volatilidad de los mercados y el bolsillo flaco de los millones de a pie no dejan margen rumbo al 26 de octubre, cuando el Gobierno se jugará el capital político, el salvataje de los Estados Unidos y, por ende, la gobernabilidad para los próximos dos años de gestión. La campaña entró no solo en modo prueba y error, sino también en modo manta corta.
Es que la moderación post 7-S, reclamada tras la paliza en Buenos Aires, no terminó de convencer a la tropa propia, envuelta en internas que se caldean en la mala. La captación del “voto Bullrich”, como llaman en Casa Rosada a esos 25 puntos prestados de Juntos por el Cambio, cubre una parte, la cabeza (pongamos), pero descubre la otra, los pies (para seguir con el ejemplo). La pregunta que se hacen los estrategas libertarios es: ¿qué pasa si el votante más racional no compra en tan poco tiempo al Milei templado, político, y en el camino se pierde el voto que quiere al Milei desbocado, al rockstar? Se trata de elegir o hacer un equilibrio, con el riesgo de que la manta no cubra ni pies ni cabeza.
Pero son solo estrategias de narrativa de campaña. Se superponen las capas, o las frazadas, y también aparecen niveles. Sería ingenuo no pensar que, en la ingeniería del caos, no se diagramó el show del Movistar -donde el libro “La construcción del milagro” (aún no revelado) fue apenas una excusa- como un desvío de atención para el caso Espert, que tiene al ahora exprimer candidato de LLA en Provincia contra las cuerdas, jaqueado por los vínculos con el narcotráfico. Respaldado, primero; negado tres veces, luego.
Sin embargo, quitarle el cono de luz a “El Profe” para posarlo sobre el Presidente showman no es gratis. En momentos en que en los EEUU espera ver una imagen institucional, un Presidente commoditie, hasta preferentemente random, el agitador que brama un gutural “Demoliendo Hoteles” (perdón, Charly) no se amolda a las necesidades republicanas de justificar el inédito salvataje a un país que besa la lona, pero al que siempre lo salva la campana. La pulseada en Norteamérica, con una polémica creciente, sobre el auxilio del Padre Trump y el Tío Bessent requiere menos histrionismo. Sería más simple para esos hombres dispuestos a sujetar la soga, comprar pesos y habilitar un swap de u$s20.000 millones. Y que tienen, además, sus propias cuitas locales, con un “shutdown” que obligó a bajar las persianas del Gobierno estadounidense de forma temporaria mientras se demoran acuerdos para aprobar la ley de gastos en ese país (para provecho de Milei, no existe algo así en la Argentina, que ya lleva dos años sin Presupuesto).
Está claro, la manta corta no es un problema exclusivo de Milei. Es un problema de la política y de cualquier acto decisorio en general. Siempre que se gana una cosa se pierde otra. Que se recaliente el dólar o que suban las tasas, para tomar un ejemplo del jueves, último día operativo del mercado. Son momentos, son decisiones. Nada nuevo bajo el sol. Tal vez, la particularidad y la urgencia radican en que el Gobierno subirá al ring en dos semanas para exponerse a unas elecciones que marcarán a fuego su futuro. El reloj de arena se dio vuelta. Cualquier falla en el esquema de contención de daños podrá tener consecuencias mayores.
Espert, Santilli y la boleta idealizada
Los rebotes del caso Espert tienen esquirlas en la práctica. En la materialidad de la boleta y en el orden las listas. La decisión del juez Alejo Ramos Padilla de prohibirle a LLA acogerse al decreto que abre la puerta del reemplazo por paridad de género fue revertida por la Cámara Electoral. Algunos especulan, tanto adentro como afuera de la Casa Rosada, que esa batalla judicial para subir a Diego Santilli es otra pifia estratégica.
Máxime cuando el caso se dispara en otras provincias y aparecen los libertarios despechados, aquellos desplazados de la primera hora, con sed de venganza. Uno de ellos, Gastón Alberdi, fundador de La Libertad Avanza junto con Milei, apuntó a las listas libertarias en Santa Fe y Río Negro y denunció vínculos de los candidatos libertarios con el narcotráfico. En Río Negro el caso arde, con denuncias cruzadas. Alberdi reveló irregularidades y reveló reuniones de legisladores y empresarios vinculados a operaciones sospechosas. “Ahí apareció Fred Machado, Cositorto, Romina Diez (primera candidata a diputada de LLA en Santa Fe) y Lorena Villaverde (actual diputada y candidata a senadora por Río Negro), todos inmiscuidos en negocios oscuros, criptomonedas y estafas piramidales”, señaló en diálogo con Cadena 3 Rosario.
Seguir la pulseada de las listas es mantener en agenda al caso Espert y, además, con las cartas ya repartidas, tampoco queda claro quién es el mejor candidato. Buena parte del peronismo, donde también las opiniones se dividen, prefería de hecho a Diego Santilli, hombre del PRO, aborrecido por Milei en las imágenes de archivo. Creen que el diputado tiene pasado (peronista) en el cual escarbar y que hasta les ordena la campaña. Karen Reichardt, en cambio, los desorientaba. ¿Por dónde pegarle sin caer en discursos machistas o incluso misóginos? “Que no se den cuenta que Karen es mejor candidata que Santilli”, rogaban en algunos sectores del PJ. Tampoco sonaba muy convencido Santilli de ponerse al frente de una derrota casi asegurada en la provincia más populosa del país. La renovación de su banca no peligraba y seguía calentita en el segundo lugar de la lista, como también lo estaba en el tercero. Para qué ser el padre de la derrota de un proyecto que nadie sabe si tiene pies de hierro o de barro.
De todos modos, todo apunta a que LLA difícilmente pueda evitar que la cara de Espert aparezca en la boleta única papel (BUP), otro amor de verano libertario. Vendida como ideal cuando en rigor era más funcional, ahora es un búmeran. Pensada para suplir la potencial falta de militancia se arguyó los supuestos menores costos y la mayor transparencia. Ahora el Gobierno enfrenta su propia contradicción respecto al eventual gasto de la reimpresión y la necesidad de un acuerdo con todo el arco político, engullido en la misma papeleta.
Con un Gobierno debilitado, la fiscalización aparece en el centro de la escena. ¿Podrá garantizar LLA con cotización a la baja los fiscales que garanticen el bloqueo de la picardía de la doble cruz anulatoria del voto? ¿Una tropa alquilada, de gurkas del bajofondo del conurbano peronista, será la fiel custodia de las lapiceras libertarias, las de la discordia y la tinta invisible? El sistema de la BUP es transparente, sí, en el sentido de evitar el clientelismo y mostrar toda la oferta, con caritas a todo color. Pero es al mismo tiempo el sistema más fácil de trampear. Lo sufrirán los que tengan menos estructura.
Elección abierta y el momento de pedir
Si bien las lecturas de la elección serán un acto interpretativo (habrá que ahondar en ello), todo indica que la diferencia que el PJ le saque a LLA en provincia de Buenos Aires podrá ser compensada en distritos grandes donde Fuerza Patria tiene poco volumen, como CABA, Córdoba o Mendoza. “Podemos repetir los 14 puntos de diferencia en Provincia, pero Milei puede llegar a ganar el país por un voto”, decía en la semana un jerarca del PJ bonaerense en una mesa de trabajo en el BAPRO.
El PJ mantiene sus pulseadas. Además de la separación de hecho entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner, irreconciliables, aparecen diferencias de miradas. Lo que ocurrió en el Congreso con el retorno al Senado de la ley para restringir el uso de DNU y el rechazo en el proyecto de impuesto a los combustibles es una muestra gratis.
Es que un sector justicialista abona la teoría de que el gobierno de Milei ya entró en el tobogán, y que por ende aprobar una ley que limita el uso de los DNUs “es pegarse un tiro en el pie”. Creen que padecerán esa norma en caso de retornar (suponen que pronto) al Ejecutivo nacional. Por eso, muchos gobernadores fueron a Casa Rosada a negociar el voto para blindar al Presidente, aunque en rigor estaban alineados a la táctica general. Allí los mandatarios, tal como indican los usos y costumbres, se olvidan de las ofensas y piden. Piden rutas, fondos, cargos en directorios de empresas y un largo etcétera. Es el momento de pedir.
Pero, aunque un ala peronista se tomaba casi con gracia que fueran a pasar la gorra para frenar una iniciativa que de todos modos querían dejar en stand by, otros en el PJ buscaban avanzar a fondo. Y llegó la advertencia. “Si ustedes siguen negociando, no sale impuestos a los combustibles”, en referencia a uno de los proyectos consensuados entre los 24 gobernadores. Y así fue.
Todos piden, sin compasión. Abuso al reclamo de “gobernabilidad” que baja desde Norteamérica. Los jefes provinciales saben que pueden subir al avión presidencial. Son ellos o será Mauricio Macri, quien ya volvió con un menú de opciones. Amable, pero sin compasión. Uno de los puntos a mirar después de la cita electoral será sobre qué sector se recuesta Milei y cómo lo digieren las bandas libertarias. Quién tolera a Macri, quién a los gobernadores. Qué piden, también. O, lo que es lo mismo, sobre qué dominios se aprestan a dar el tarascón.
El Gobierno ya admite que deberá ceder con sectores dialoguistas. Incluso, resolver la interna que tiene enfrentamientos a cielo abierto. Saben en Casa Rosada que el reseteo será inevitable, una forma de sobrevivir y de resistir. Como un show en estadio lleno o bailar en el patio del colegio.
Dejá tu comentario