Acostumbrado a blindar políticamente a sus ministros en época electoral, el gobierno le quitó esta vez inmunidad política a Nilda Garré, quien deberá brindar esta semana informes detallados sobre la crisis aeronáutica y exponerse a los embates de los senadores radicales.
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Sorprende, entonces, que la ministra de Defensa afronte en plena crisis de los radares y del rompehielos Almirante Irízar a los senadores Gerardo Morales y Ernesto Sanz, jefes de la UCR y principales impulsores de la investigación del caso Greco en el Senado. A partir de este episodio, ni Felisa Miceli ni mucho menos Aníbal Fernández cuando acusó a los radicales de estar detrás del intento de atentado a la residencia Kirchner en Río Gallegos fueron autorizados a rendir informes ante la oposición.
De hecho, la interpelación a Garré ya había dividido al bloque kirchnerista de la Cámara alta. María Cristina Perceval, presidenta de la Comisión de Defensa, buscó preservar a Garré de las críticas opositoras y congeló los pedidos de interpelación presentados tanto en Diputados como en el Senado. Pero en la sesión del miércoles pasado, el jefe del bloque oficialista, Miguel Angel Pichetto, anunció que Garré se sometería a la artillería opositora. Pareció una devolución de gentilezas con la UCR, donde el fusible a sacrificar era Garré. Es que los radicales habían accedido a prestar quórum en una sesión de emergencia para votar la autorización del ingreso de tropas extranjeras para el ejercicio militar Unitas 2007. La falta de colaboración del radicalismo hubiese dejado al oficialismo mal parado ante las fuerzas armadas de Estados Unidos cuyos buques aguardaban autorización para ingresar en aguas argentinas.
Por eso el miércoles, la ministra recibirá a los senadores integrantes de la Comisión de Defensa en dependencias del Regimiento Patricios, para informar y debatir sobre la crisis de los radares y la seguridad en el espacio aéreo argentino.
Pero también los diputados del ARI y del PRO reclaman que Garré brinde explicaciones en el recinto. Uno de los impulsores de la medida es el arista Leonardo Gorbacz, quien sugiere tomar medidas y escuchar en el Congreso la palabra de la funcionaria, «antes de que haya un accidente». Por otra parte, advirtió que existe documentación suficiente que «demuestra que el ministerio incumple con las pautas de seguridad que ellos mismos reconocen como válidas». El pedido de la oposición es para que la interpelación de la ministra sea tratada sobre tablas en la próxima sesión de Diputados.
Tanto el incendio del rompehielos Irízar como la caída del avión Mirage puso en el centro de la escena un debate sobre el estado del material utilizado por los militares y desató una polémica por el presupuesto y el objetivo estratégico que deberían tener las Fuerzas Armadas.
La polémica adquirió un fuerte contenido político, puesto que la relación entre el gobierno y los militares es distante, ante lo cual se registraron fuertes críticas hacia Garré, quien ya había sido alcanzada por la llamada «crisis de los radares», que aún persiste.
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