23 de junio 2021 - 00:00

"Vialidad": contratos de Báez coincidían con su facturación

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Imagen: Wikipedia

En una nueva audiencia del juicio oral por el presunto direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz, el Tribunal Oral Federal N°2 retomó el testimonio de Martín Miguel Casanovas, inspector de la Dirección Regional de Mar del Plata de la AFIP, bajo la órbita de Jaime Mecikovsky.

Al igual que sus colegas del organismo recaudador, Casanovas relató las inspecciones por facturación apócrifa a empresas con algún tipo de relación comercial con el Grupo Austral Construcciones S.A.

Uno de los puntos más resonantes de su extensa declaración fue la mención a la utilización de publicaciones periodísticas para justificar informes de fiscalización de las empresas de Báez. Ante la consulta de una de las partes, Casanovas reconoció que en algunos de los análisis de la AFIP sobre la supuesta facturación falsa utilizaron material periodístico “como un indicio accesorio”. “¿Recuerda que hayan vertido informaciones periodísticas en los informes?”, interrogó el defensor Mariano Fragueiro Frías. “Como reseña, sí. Es posible que hayamos profundizado algo surgido de alguna reseña periodística”, admitió el contador, quien explicó que es una metodología utilizada según el “estilo” de cada auditor.

Pero lo más sobresaliente del testimonio giró en torno a la relación entre la facturación apócrifa y el supuesto direccionamiento de la obra pública para beneficiar a Báez. Ese nexo hasta el momento no sólo no fue probado sino que, con la declaración de Casanovas quedó aún más lejos de establecerse. Es porque el inspector reconoció que al analizar los contratos de obras de Austral Construcciones S.A. verificaron que todos se correspondían con las facturas. “¿Analizaron los contratos de obra?”, preguntó una de las defensas. “Sí. Y verificamos que se correspondían con las facturas”, respondió el testigo.

Pero, además, Casanovas reconoció que deberían haber trabajado con un perito ingeniero y no lo hicieron; que no fiscalizaron en profundidad si las obras se hicieron o no; ni si los equipos y maquinarias existían y que basaron la fiscalización impositiva en “supuestos”. Este punto, precisamente, es el que hizo tambalear la hipótesis de la acusación en esta etapa del juicio. Lo que dice el Ministerio Público Fiscal es que las facturas apócrifas fueron usadas para justificar los montos de licitaciones de obras que no se hicieron. Sin embargo, a partir de las pericias y de todos los testimonios anteriores, en este juicio ya quedó asentado que esas obras sí fueron realizadas. Por lo tanto, si las obras se hicieron y sólo se trata de faltas impositivas que ya fueron saldadas por vía administrativa y en el fuero penal económico, esta etapa del debate se aleja cada vez más de los hechos que se investigan. En definitiva, se trata de otra hipótesis que se cae.

En tanto, la defensa del empresario patagónico centró gran parte de sus preguntas en la decisión de fiscalizar dos veces a la firma Austral desde una regional de la AFIP que no se correspondía con el domicilio fiscal de la misma. Mientras las obras de Báez estaban ubicadas en Río Gallegos y su domicilio fiscal en CABA, fue la filial Mar Del Plata la que encabezó las refiscalizaciones. Para Báez hubo una “persecusión” en su contra por parte de los funcionarios de la AFIP que respondían a Jaime Mecikovsky. En este sentido, Casanovas reconoció que viajó personalmente junto a sus dos jefes, Daniel Rojo y Pablo Legardón a Río Gallegos para llevar una cédula de notificación (viaje solventado por la caja chica de AFIP) pese a que en esa localidad había una sede del organismo recaudador que podría haber realizado las actuaciones.

Daniel Rojo está llamado a declarar para la semana que viene, cuando se cumplan dos meses de audiencias centradas en las fiscalizaciones de la AFIP.

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