Ante Lula, Cristina negó trabas a las importaciones brasileñas
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La reunión se desarrolló en el Museo de Arte Moderno, donde se lleva a cabo el III Foro de la Alianza de Civilizaciones, en Río de Janeiro, y también participaron los cancilleres argentino, Jorge Taiana, y brasileño, Celso Amorim.
En la antesala de la reunión, Brasil había incrementado las advertencias ante la política del Gobierno.
"Se dice que hay algunas autoridades argentinas que estimularon a algunos supermercados a comprar productos nacionales. Es algo de lo que no gustamos y va a acabar teniendo algún tipo de consecuencias", había advertido Amorim.
Consideró "muy importante que la Argentina comprenda que Brasil es un gran mercado para ellos" y advirtió que "para decir la verdad, estas cosas no son buenas".
Amorim había reforzado así la advertencia de su país de responder con medidas recíprocas si se confirma el freno argentino a la importación que impulsa el secretario Moreno.
La decisión de Moreno de revisar el otorgamiento de permisos sanitarios a todos los productos alimenticios que ingresan en el país quedó parcialmente plasmada en una carta que envió el 23 de abril al director del Instituto Nacional de Alimentos (INAL), pero no fue notificada formalmente como restricción ni a los importadores ni a los socios comerciales del país.
Por eso, Brasil dice que sólo si se comprueban las trabas se aplicarán las correspondientes represalias.
Sin embargo, la noticia de que Moreno intervendría en la importación de alimentos ya provocó cancelaciones de algunos contratos que estaban previstos. Empresarios argentinos confirmaron ayer que el mecanismo instrumentado por Moreno se sigue aplicando para algunos productos.
La Presidenta sostuvo que el encuentro sirvió para "profundizar el intercambio comercial entre ambos países".
Según el canciller brasileño, "se dice que hay algunas autoridades argentinas que estimularon a algunos supermercados a comprar productos nacionales. Es algo de lo que no gustamos y va a acabar teniendo algún tipo de consecuencias".
"Es muy importante que la Argentina comprenda que Brasil es un gran mercado para ellos. Para decir la verdad, estas cosas no son buenas", sostuvo Amorim, en declaraciones citadas por agencias internacionales de noticias.
En ese sentido, el embajador argentino en Brasilia, Juan Pablo Lohlé, minimizó el diferendo en torno al intercambio comercial, al indicar que los presidentes van a "tratar varios temas", pero aclaró que otra cuestión "es lo que reflejan los medios", tras afirmar que no recibió "ninguna comunicación oficial del gobierno brasileño al respecto".
De todos modos, el embajador argentino consideró que "la Argentina tiene un problema de restricción pero también tiene un desafío de expansión", dado que "nosotros en Brasil podemos vender un 30 por ciento más", según indicó el diplomático.
Por su parte, la jefa de Estado participó de la inauguración de las sesiones del III Foro de la Alianza de Civilizaciones, mediante una serie de discursos que estuvieron a cargo de Lula; el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, y el presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, en el marco de las deliberaciones realizadas en el Museo de Arte Moderno.
En el encuentro participan, además, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el representante para la alianza de civilizaciones de la ONU, Jorge Sampaio, ex mandatario de Portugal, entre otras personalidades.
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