Pacífica, la protesta con más de 100 cortes de calles realizada ayer por Barrios de Pie y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) no respetó protocolos de seguridad y sobrepasó la capacidad de supervisión del Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich. El objetivo: visibilizar el hambre. Fue el segundo llamado de atención al Gobierno nacional en menos de una semana, teniendo en cuenta el masivo cacerolazo del jueves pasado contra la suba de tarifas de gas y electricidad.
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El oficialismo comienza así a testear la pérdida del control de la calle, ya no a manos del pero simo a través de movilizaciones de los sindicatos sino vía los movimientos sociales y la sociedad civil. Barrios de Pie, que llegó a integrar la transversalidad de Néstor Kirchner ubicando a Isaac "Yuyo" Rudnik como funcionario de la Cancillería (2003-2007), luego pasó por el Frente Amplio Progresista de Hermes Binner y ahora se mueve de manera autónoma. La CTEP está comandada por Juan Garbois, un asesor del Consejo de Justicia y Paz del Vaticano con llegada directa a Jorge Bergoglio.
La jornada de protesta comenzó a las 7 con corte parcial de tránsito en la esquina porteña de Callao y Corrientes. El cierre se realizó anoche frente al Congreso de la Nación para llamar la atención de los legisladores, pero los organizadores no tuvieron en cuenta un detalle: quisieron visibilizar la pobreza con ollas popular frente a un Congreso vacío y cerrado por vacaciones de invierno.
La medida se realizó en reclamo de puestos de trabajo genuinos, programas de empleo para las cooperativas de construcción de viviendas, urbanización de villas y asistencia alimentaria a comedores y merenderos. El único momento de tensión se vivió entre Gendarmería y manifestantes de la organización Barrio de Pie, que cortaban dos carriles de la Autopista Ricchieri a la altura del Mercado Central, sentido a Capital Federal.
Así se instalaron un centenar de ollas populares en plena calle, en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires "como forma de reclamo y visibilización de la dura situación que están pasando los más humildes".
Algunos de los puntos de la protesta fueron Diagonal Norte y Florida; Plaza Flores; Plaza Constitución; Federico Lacroze y Corrientes; Escalada y Eva Perón; Riccheri y General Paz; Retiro; Parque Avellaneda y Juan B. Justo y San Martín y en cada uno los manifestantes cocinaron cortando las calles.
"Va a haber un cierre emblemático con una comida para las personas en situación de calle. Se va a denunciar el estado de abandono que existe con estas personas...", adelantó el Coordinador Nacional de Barrios de Pie, Daniel Menéndez, sin tener en cuenta que el Congreso está vacío y con los legisladores de vacaciones, lejos de perturbarse por el hambre.
La protesta buscó dar a conocer también el "desborde" de los comedores y merenderos en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, y se reclamaron programas de empleo ante la "pérdida de poder adquisitivo". "El dato principal de esta nueva Argentina tiene que ver con la pérdida de trabajo precario, lo que condena a los vecinos a depender exclusivamente de la asistencia social. Antes los planes eran un ingreso complementario a la changa, pero ahora necesitan extenderse porque la situación social se ha agravado", puntualizó el dirigente social.
Para los organizadores, "el aumento de precio de los alimentos, de las tarifas de todos los servicios públicos" está afectando "profundamente a los trabajadores y sectores más humildes de la sociedad que día a día ven más lejos un plato de comida, las herramientas e insumos necesarios para realizar su trabajo, un techo digno y el trabajo mismo".
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