17 de diciembre 2018 - 00:01

Cambiemos y un año con las internas a flor de piel

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Poco queda de aquel “mejor equipo de los últimos 50 años” del cual alardeaba Mauricio Macri cuando asumió la presidencia en diciembre de 2015. Cambio de nombres, funciones, y reducción del gabinete fueron consecuencia de las internas en el seno del oficialismo, que si bien no comenzaron este año se agudizaron ya desde los últimos días de 2017 y siguen hasta hoy. A lo largo de los meses que pasaron desde la recordada conferencia de prensa del 28-D la turbulencia política marcó el anteúltimo año de gestión del líder del PRO, recta final a lo que parece ser su intención de permanecer por un período más en el despacho principal de la Casa Rosada.

28D

El Gabinete nacional ya había tenido bajas antes de este año. Aunque este fue el de mayor depuración en el estructura de poder. En el camino quedaron ministros degradados a secretarios o asesores, renuncias, pases de facturas, y pedidos de juicio político. Y no es que haya sido solo en el PRO, porque la alianza gobernante vivió -y vive aún- una tensión indisimulable con sus socios de la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica de Elisa Carrió.

Tres presidentes en un año

El 2018 político y económico del Gobierno comenzó antes de lo que marca el calendario. Fue el 28 de diciembre de 2017, cuando en conferencia de prensa el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne; el por entonces titular de Finanzas, Luis Caputo; y el ya desgastado Federico Sturzenegger (antes de su renuncia como presidente del Banco Central); anunciaron cambios en las metas de inflación, una política que no tuvo los resultados esperados y que finalmente fue sepultada. No habían pasado ni 24 horas desde que el Congreso había convalidado el Presupuesto para este año, que quedó absolutamente desvirtuado.

Seis meses más fue lo que permaneció Sturzenegger al frente del BCRA. Días atrás se conocieron declaraciones del economista -que luego relativizó- sobre lo que fue la desgastante puja de poder durante su gestión. "No entiendo nada de economía pero el resto de las personas que están en esta sala me dicen que no hay que hacer lo que vos decís", le habría dicho Peña en un reunión en Balcarce 50. Luego, en una íntima ceremonia en la que la Academia de Ciencias de Buenos Aires, confesó: “Yo era el único que decía que era un problema cambiar las metas de inflación porque podía desanclar el proceso de desinflación. 'Sos el único que piensa eso', me reprochaban”.

Renunció Caputo

“Toto” es amigo de Macri, por lo que no sorprendió cuando el propio Presidente salió a valorar sus 100 días de gestión y a asegurar que la duración acotada en el cargo estaba acordada. Sin embargo, el motivo de la renuncia fueron las diferencias con Dujovne por el esquema de política monetaria y cambiaria y los términos de la negociación que se llevaba a cabo en esos días con el FMI.

Fin de semana salvaje

Pero sin dudas el momento de máxima tensión interna en Cambiemos fue entre los últimos días de agosto y principios de septiembre, cuando la Quinta de Olivos se convirtió en un bunker donde se reconfiguró la estructura de poder. Con la disparada del dólar por encima de los $ 40, el riesgo país en alza, y en plena negociación con el Fondo Monetario Internacional por el préstamo de más de u$s 56.000 millones con la condición de aplicar una mayor política de ajuste, el Gobierno y especialmente Macri presentaban niveles bajísimos de aprobación.

Macri anuncia recorte del Gabinete

Aquel fin de semana concluyó con varios ganadores, pero muchos más perdedores. Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, que Macri definió en el inicio de su gestión como sus “ojos e inteligencia” junto a Peña, debieron dejar las vicejefaturas de Gabinete y la mesa chica de decisión. Los ministerios quedaron reducidos a 10, por la baja al grado de secretaría de varias carteras, especialmente Trabajo, a cargo de Jorge Triaca que ahora renunció también a ese cargo y no será reemplazado; Salud; Ciencia; y Agroindustria.

Una particularidad: Dujovne estuvo a punto de ser desplazado y finalmente emergió como el hombre fuerte del manejo de la economía. Se dice que presentó dos veces la renuncia en menos de 48 horas. Para ese lugar se barajaron nombres como el de Carlos Melconian, que ya le renunció a Macri como titular del Banco Nación. Finalmente, el ministro quedó ratificado y fortalecido.

Por su parte, Peña pasó de ser el hombre fuerte que hasta le valió salir en la tapa de una revista bajo el título “El CEO del año” a bajar rotundamente su exposición pública. Dejó de ser el gran vocero del Gobierno y se volcó a una gestión de bajo perfil, más acotado al día a día, y según se rumorea ya lanzado al armado electoral de Cambiemos pensando en 2019. Su lugar en la comunicación y negociaciones fue asumido por figuras como Dujovne o el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, entre otros.

Fuego amigo

La siempre incómoda aliada Elisa Carrió también le dio dolores de cabeza a Macri y su gabinete este año. Ya luego de aquel fin de semana de tensión en Olivos se lamentó por el alejamiento de Quintana y Lopetegui. Pero luego arremetió con fuerza contra el ministro de Justicia, Germán Garavano, después de que este había cuestionado el uso que hacen algunos jueces y fiscales de la prisión preventiva en casos de corrupción en medio del tembladeral que se desató por la causa de presunto pago de coimas de empresario de la construcción, entre otras ramas del sector privado, a funcionarios del kirchnerismo. Esa trama llega, para los investigadores, hasta la expresidente Cristina de Kirchner. La diputada, socia fundadora de Cambiemos, pidió su renuncia y hasta presentó un pedido de juicio político contra el titular de la cartera de Justicia, que finalmente quedó congelado.

Carrió vs Garavano

El otro partido aliado al PRO, la UCR, también mostró los dientes en varias ocasiones disconformes con medidas tomadas desde Casa Rosada y con ciertos modos de gestión de Macri. El último gran enojo fue la jugada del peronismo unido para quedarse con un sillón en el Consejo de la Magistratura que le arrebató al radical Mario Negri. Los de la boina blanca estallaron contra sus socios por no pelear ese lugar que quedó finalmente para la oposición. Tanto así que el pasado 20 de noviembre el propio Negri y el senador Luis Naidenoff, ambos jefes de sus respectivos bloques en el Congreso, pegaron el faltazo a una reunión de Gabinete en Casa Rosada y publicaron una fulminante carta contra el oficialismo.

Tarifas

Pero esa no fue la primera bronca del radicalismo. Ya en 2017 el gobernador mendocino Alfredo Cornejo había hecho retroceder al Gobierno en la aplicación de mayores impuestos a los vinos. En abril de este año el mandatario mendocino obligó al Ejecutivo a dar marcha atrás con la forma en que se había implementado un nuevo tarifazo de gas.

La novela de las tarifas tuvo otro capítulo en octubre cuando el Gobierno dispuso un compensación retroactiva a las energéticas por la devaluación que llevó el dólar a $ 40. Tras disponer que los usuarios debían pagar ese sobrecosto en 24 cuotas la UCR reaccionó del lado de los usuarios y torció esa decisión. Finalmente, el Estado se hizo cargo de la mitad de ese monto que ascendía a unos $ 20.000 millones en total. El peso del otro 50% recayó sobre las empresas.

Esa primera decisión, luego recalculada, estuvo a cargo del actual ministro de Energía, Javier Iguacel, que había reemplazado en junio a Juan José Aranguren luego de que éste pagara el costo político de los aumentos. En simultáneo se fue Francisco “Pancho” Cabrera, otro de los alejamientos que tuvo el Gabinete este año.

El caso Sandra

La salida de Cabrera significó el aterrizaje en el Ministerio de Producción de Dante Sica, quien desde que asumió ganó más y más poder. Como un pacman, no sólo se quedó con un área clave, sino que también absorbió más tarde las funciones de la cartera de Trabajo, tras la salida del cuestionado Jorge Triaca. Así, se hizo con el domino del vínculo directo con empresarios y el sindicalismo.

Triaca - Sandra no vengas

En tanto, la figura de Triaca se fue desgastando con el avance y denuncias sobre su gestión, pero principalmente por el affaire con una empleada, Sandra Heredia, que tenía trabajando en situación irregular en su quinta familiar. La difusión de un explosivo audio en el que la insultaba lo dejaron en el ojo de la tormenta.

A principio de año, disculpa pública de Triaca mediante, el Gobierno logró pasar la página de ese escándalo, pero el entonces ministro, y posteriormente secretario de Trabajo, quedó debilitado hasta que finalmente renunció.

Dos fotos

En un año legislativo con bajísimo nivel de actividad, el debate por el aborto fue uno de los pocos momentos de este 2018 en los que el Congreso tomó temperatura. Y al calor de ese debate hubo inéditos acercamientos entre diputados y senadores que habitualmente transitan por veredas opuestas. Las posiciones encontradas atravesaron a todas las fuerzas políticas y dejaron postales de unión de oficialistas y opositores ante uno y otra postura: quienes apoyaban la legalización con los ya emblemáticos pañuelos verdes, los que mostraban posiciones intermedias y matices, y quienes aseguraban estar “a favor de las dos vidas”.

Con Macri dando libertad de conciencia a su tropa, los legisladores de Cambiemos se dividieron entre uno y otro bando. La diferencia de opiniones quedó expuesta en dos fotos que no pasaron desapercibidas hacia adentro del espacio. La primera fue organizada por la diputada Silvia Lospenatto, una de las voces más fuertes dentro del oficialismo a favor de la legalización. La otra, como respuesta, la encabezó en persona la vicepresidenta y titular del Senado, Gabriela Michetti.

El debate en el que finalmente se rechazó el proyecto dejó heridas dentro de Cambiemos, que pronto fueron sanadas. Aunque podrían volver a abrirse el día en que el Congreso vuelva a discutir el aborto.

En el Congreso quedó otro cabo suelto. Emilio Monzó ya avisó -primero en marzo y luego lo ratificó días atrás- que no competirá en 2019 para revalidar en Diputados, Cámara que lo tiene como presidente. Y no se descarta un alejamiento definitivo de Cambiemos, mientras desde el peronismo tratan de tentarlo para que regrese a sus filas.

Monzo no me gusta el timbreo

A veces con humor, otras veces con molestia, el bonaerense nacido en Carlos Tejedor dejó explícitas sus diferencias con ciertas formas del oficialismo. Cabe recordar que más de una vez -la última fue en octubre pasado en plena sesión- cuestionó los timbreos que realizan funcionarios y distintos dirigentes de Cambiemos en sus recorridas con vecinos a las que Monzó nunca se sumó.

Seguridad

Como ministra a cargo de Seguridad, Patricia Bullrich fue varias veces cuestionada desde la oposición pero ferreamente defendida por el oficialismo. Su único roce, indirecto, fue con su par de Desarrollo Social, Carolina Stanley, por la relación con las organizaciones sociales.

En tanto, uno de los últimos hechos que tuvo a Bullrich en la mira fue la frustrada revancha entre River y Boca por la superfinal de la Copa Libertadores, que por incidentes no pudo jugarse en el estadio Monumental. Pero el operativo estaba a cargo de la Ciudad y el que pagó el precio fue el ya renunciado Martín Ocampo a la cartera porteña.

Estas son solo algunas de las internas más conocidas de Cambiemos este año. Hubo otras, más subterráneas y no tan mediáticas. En el camino quedaron varios renunciados, altas y bajas en el manejo del poder, y heridos. Habrá que ver cómo encuentra 2019 al oficialismo, en un año clave para la continuidad de Macri si es que tal como ya anticipó se presenta para la reelección.

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