10 de noviembre 2006 - 00:00

"Candidaturas, para el año que viene"

NéstorKirchnerreclamó ayeren Moreno alperonismoque suspendalas peleasinternas porcandidaturasen BuenosAires, que sedesataron alanunciarseque FelipeSolá nobuscará unnuevomandato.
Néstor Kirchner reclamó ayer en Moreno al peronismo que suspenda las peleas internas por candidaturas en Buenos Aires, que se desataron al anunciarse que Felipe Solá no buscará un nuevo mandato.
Luego de proclamar, bajo la cláusula gatillo del «por ahora» a Cristina Fernández como la «presidenciable» oficial, Néstor Kirchner pidió ayer postergar para 2007 el debate electoral. «La discusión de candidaturas -dijo- debe dejarse para el año que viene.»

La de ayer, en Moreno, fue la primera mención del patagónico sobre el torbellino que sembró la derrota del plan eternista de Carlos Rovira en Misiones, revés que tuvo como efecto colateral el derrumbe de los proyectos de Eduardo Fellner y Felipe Solá.

Hasta ahora, a la par que distribuiría la orden expresa de «no reconocer errores» en el caso misionero, Kirchner se escudó en un silencio incómodo. Ayer, trató de clausurar aquel asunto al enfocarse en un ruido que él agitó al «tumbar» al jujeño y al bonaerense.

La de Moreno fue, ayer, una tarde de regresos. Además de romper el silencio, Kirchner se mostró junto al jefe de la CGT Hugo Moyano, por primera vez luego del escándalo de balazos y pedradas de San Vicente, durante el traslado de los restos de Juan Perón.

Además se alistaron Juan Manuel Palacios (UTA) y Omar Viviani (taxistas), núcleo duro del moyanismo, afectado uno por denuncias; el otro por responsable -aunque coparticipa la culpa con Luis Barrionuevo- de la seguridad de la mudanza del féretro del general.

Ese trío, que integra el club del transporte junto a Omar Maturano de La Fraternidad, estuvo presente con la excusa de la inauguración de una estación de trasbordo.

Pero no fue feliz la tarde para Moyano: cuando el locutor lo mencionó, lo aplastó una silbatina casi inesperada.

Con esa escolta, además de los ex duhaldistas José María Díaz Bancalari y Alfredo Atanasof, Kirchner invitó a suspender temporalmente la pulseada electoral. «Estas son obras de trabajo, de esfuerzo» dijo y agregó: «A trabajar, eso es lo que necesita el pueblo argentino».

Cascoteado en la CGT, donde comparan su momento con las horas finales de Saúl Ubaldini como jefe sindical -aquel «puscht» lo pergeñó Barrionuevo que ordena la embestida actual- Moyano debe haber deseado que la discusión en Azopardo también se cancele hasta 2007.

  • Reconocimiento

    Kirchner tuvo un reconocimiento para Solá: le agradeció «el gesto democrático» de retirar el planteo para interpretar el artículo 123 de la Constitución y habilitarlo para otro mandato. A su lado, el gobernador ladeó la cabeza.

    En el escenario, aplaudió Alberto Balestrini -junto a Florencio Randazzo, los únicos precandidatos presentes en el acto de Moreno-, quizá el más beneficiado por el despiste de Solá.

    Tras la dimisión de Solá, y ante la ebullición que esa decisión del gobernador generó en el kirchnerismo de Buenos Aires,-Kirchner envió a sus emisarios a congelar la interna. La orden se acató: horas después, el temporal se aplacó y alguno hasta canceló su agenda.

    Ayer llegó la orden pública y el patagónico la extendió, sin decirlo, a la oposición. Puntualmente fue una referencia, obviamente indirecta, a la maniobra de Mauricio Macri de coquetear con la alternativa de ser candidato a gobernador bonaerense.

    El salto de Macri fue, hace tiempo, advertido por Solá como una amenaza y ayer la admitió el boquense en público. El gobernador lo mostraba para levantarse el precio. «Soy el único que le gana a Mauricio», aseguraba como si hablase de un compinche no de un enemigo.

    Pero ahora Solá está fuera de carrera y, atento a los datos que mostraba el gobernador, Macri se mostró triunfalista y se animó a decir que está «primero» en las encuestas que se hacen en la provincia. Nadie, aún, lo desmintió aunque no faltará alguien que lo haga.

    En paralelo al movimiento de Macri -que algunos leen como una presión para que Juan Carlos Blumberg se decida a ser candidato del PRO-, el gobierno publicitó a través de sus voceros más fieles que, «por ahora», postula para la boleta presidencial a Cristina.

    Lo dijeron, en turnos secuenciales, los intendentes Julio Pereyra y Alberto Descalzo, caciques con línea directa a Kirchner, y el diputado Carlos Kunkel. Todos, ayer, reiteraron el planteo de que Cristina es la mejor opción, sin contar al Presidente.

    «El año próximo lo decidirá sabiamente el pueblo, y todos los argentinos acataremos la decisión», dijo Kirchner. A su lado, lo aplaudía, el anfitrión Andrés Arregui, alcalde local.
  • Dejá tu comentario

    Te puede interesar