"Candidaturas, para el año que viene"
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Ese trío, que integra el club del transporte junto a Omar Maturano de La Fraternidad, estuvo presente con la excusa de la inauguración de una estación de trasbordo.
Pero no fue feliz la tarde para Moyano: cuando el locutor lo mencionó, lo aplastó una silbatina casi inesperada.
Con esa escolta, además de los ex duhaldistas José María Díaz Bancalari y Alfredo Atanasof, Kirchner invitó a suspender temporalmente la pulseada electoral. «Estas son obras de trabajo, de esfuerzo» dijo y agregó: «A trabajar, eso es lo que necesita el pueblo argentino».
Cascoteado en la CGT, donde comparan su momento con las horas finales de Saúl Ubaldini como jefe sindical -aquel «puscht» lo pergeñó Barrionuevo que ordena la embestida actual- Moyano debe haber deseado que la discusión en Azopardo también se cancele hasta 2007.
Kirchner tuvo un reconocimiento para Solá: le agradeció «el gesto democrático» de retirar el planteo para interpretar el artículo 123 de la Constitución y habilitarlo para otro mandato. A su lado, el gobernador ladeó la cabeza.
En el escenario, aplaudió Alberto Balestrini -junto a Florencio Randazzo, los únicos precandidatos presentes en el acto de Moreno-, quizá el más beneficiado por el despiste de Solá.
Tras la dimisión de Solá, y ante la ebullición que esa decisión del gobernador generó en el kirchnerismo de Buenos Aires,-Kirchner envió a sus emisarios a congelar la interna. La orden se acató: horas después, el temporal se aplacó y alguno hasta canceló su agenda.
Ayer llegó la orden pública y el patagónico la extendió, sin decirlo, a la oposición. Puntualmente fue una referencia, obviamente indirecta, a la maniobra de Mauricio Macri de coquetear con la alternativa de ser candidato a gobernador bonaerense.
El salto de Macri fue, hace tiempo, advertido por Solá como una amenaza y ayer la admitió el boquense en público. El gobernador lo mostraba para levantarse el precio. «Soy el único que le gana a Mauricio», aseguraba como si hablase de un compinche no de un enemigo.
Pero ahora Solá está fuera de carrera y, atento a los datos que mostraba el gobernador, Macri se mostró triunfalista y se animó a decir que está «primero» en las encuestas que se hacen en la provincia. Nadie, aún, lo desmintió aunque no faltará alguien que lo haga.
En paralelo al movimiento de Macri -que algunos leen como una presión para que Juan Carlos Blumberg se decida a ser candidato del PRO-, el gobierno publicitó a través de sus voceros más fieles que, «por ahora», postula para la boleta presidencial a Cristina.
Lo dijeron, en turnos secuenciales, los intendentes Julio Pereyra y Alberto Descalzo, caciques con línea directa a Kirchner, y el diputado Carlos Kunkel. Todos, ayer, reiteraron el planteo de que Cristina es la mejor opción, sin contar al Presidente.
«El año próximo lo decidirá sabiamente el pueblo, y todos los argentinos acataremos la decisión», dijo Kirchner. A su lado, lo aplaudía, el anfitrión Andrés Arregui, alcalde local.
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