26 de agosto 2020 - 00:00

CGT: agenda piquetera pospandemia sin CTA

La cumbre, que había anticipado este diario, fue resuelta ayer durante un intercambio de la "mesa chica" de conducción de la central sindical y explícitamente marginó a la CTA de los Trabajadores. De este modo la organización insignia terminó de sepultar el proyecto de Alberto Fernández de unificación del movimiento obrero bajo una misma sigla.

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Foto: Télam

La CGT aplicará derecho de veto y este jueves recibirá a los movimientos sociales para acordar una agenda común de reclamos pospandemia a discutir con el Gobierno nacional. La cumbre, que había anticipado este diario, fue resuelta ayer durante un intercambio de la “mesa chica” de conducción de la central sindical y explícitamente marginó a la CTA de los Trabajadores. De este modo la organización insignia terminó de sepultar el proyecto de Alberto Fernández de unificación del movimiento obrero bajo una misma sigla.

Los principales referentes de la CGT debatieron ayer por dos horas en la sede del gremio estatal UPCN sobre una preocupación recurrente: la falta de participación en el diseño de las demoradas 60 medidas que el jefe de Estado se comprometió a presentar en los próximos días como parte de su plan de salida de la crisis ocasionada por el coronavirus. Para la cúpula de la central subsiste la inquietud sobre normativas que desconocen y que, sospechan, podrían encerrar algún grado de flexibilización laboral a pesar de los dichos en contrario de los funcionarios.

De la reunión de ayer participaron los dos cosecretarios generales (mandato vencido el 22 de agosto y prorrogado sine die) Héctor Daer y Carlos Acuña, junto a Armando Cavalieri (Comercio), Antonio Caló (metalúrgicos, UOM), Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (albañiles, Uocra), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Víctor Santa María (encargados de edificios, Suterh), Omar Maturano (maquinistas de trenes, La Fraternidad), Mario Caligari (colectiveros, UTA), Jorge Sola (personal del seguro) y Carlos Frigerio (cerveceros). Hubo coincidencia en las quejas contra el Gobierno, azuzadas además por el gesto del Presidente de haber recibido por varias horas durante el fin de semana al camionero Hugo Moyano, rival histórico de la mayoría de ellos.

Tras la catarsis los participantes pasaron a la agenda propositiva: convocaron para el jueves desde las 15 en el gremio de Martínez a los referentes de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), bajo cuyo paraguas figuran el Movimiento Evita, la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie y organizaciones como La Dignidad, entre otras, para consensuar con la “mesa chica ampliada” de CGT puntos mínimos de entendimiento en cuanto a las políticas que se harán necesarias en la salida de la crisis económica.

A diferencia de otras ocasiones en las que hubo mayor amplitud ayer fue taxativo el rechazo a la participación de la CTA del docente Hugo Yasky en las deliberaciones y en el armado de una agenda en común. Al dirigente le endilgan haberle propuesto a Alberto Fernández, sin previo aviso a la CGT, el armado de una suerte de multisectorial de apoyo con las expresiones del sindicalismo, los movimientos sociales y las cámaras empresarias alineadas con el interés local. El tono generalizado ayer fue tajante: la única posibilidad para una unión será vía capitulación de la CTA como tal y por reincorporación individual de sus gremios a la CGT.

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