10 de febrero 2003 - 00:00

Fallo no impedirá que haya varios candidatos peronistas

Pero ninguno como "justicialismo" porque "sublemas" es ilegal. El PJ quedaría excluido por su congreso. Como cabeza de partidos de otro nombre no necesitan los candidatos a presidente homologar en la Justicia. Sólo requieren acuerdo para llevar los símbolos del PJ.

La Justicia autorizará mañana que el peronismo vaya a las elecciones con varios candidatos. Lo hará a través de la sentencia que dictará la jueza María Servini de Cubría, por la cual rechazará la posibilidad de que haya una elección interna del PJ como reclama el sector de Carlos Menem por imposibilidad de que se cumplan los plazos legales para elegir candidatos para el 27 de abril.

Sin embargo lo único importante es que no habrá interna en el PJ, con lo cual Carlos Menem no podrá ser el candidato oficial del partido. Todo lo demás es decorativo, porque en política, como en otros terrenos, está permitido todo lo que no está prohibido por ley, por ejemplo ser candidato del partido que uno quiera.

En esa sentencia, la jueza federal de la Capital Federal con competencia -es decir, de quien dependen judicialmente las elecciones presidenciales- avalará el raro experimento propuesto por Eduardo Duhalde para que queden autorizados tres candidatos: Menem,Adolfo Rodríguez Saá y Néstor Kirchner. Estos, como cualquier otro interesado, pueden ser candidatos. O sea que sólo se discutirá el uso de simbología partidaria.

Para decidir la legalidad del sistema, la sentencia se nutrirá de la argumentación que hizo llegar al juzgado el viernes pasado el apoderado del PJ (ala duhaldista), Jorge Landau. Eso consta en un escrito de tres carillas que a la noche de ese día la jueza derivó al fiscal Jorge Di Lello para que opine antes de las 10 de la mañana de ayer y en el cual se desarrolla por primera vez la relojería duhaldista para que se produzca, dentro de la ley, la posibilidad de las varias fórmulas.

Ese escrito, cuyos argumentos seguramente usará Servini, aporta alguna claridad a las dudas en la implementación de una idea que aportó originalmente el hoy candidato a vicepresidente Juan Carlos Romero hace más de seis meses. Consistía en un atajo para eludir la confrontación entre el menemismo y el no menemismo sindicado en Eduardo Duhalde. Se lo explicó entonces a un grupo de gobernadores en una cumbre en su residencia de Salta y Duhalde, tras mofarse de la iniciativa, la hizo propia cuando Romero compuso la fórmula con Carlos Menem en un gesto clásico de aportar el grado máximo de confusión en el menor tiempo posible.

• Intento

Durante el fin de semana, los fiscales electorales y, por su lado, Servini desmenuzaron el escrito de Landau, en el que se intentan aclarar las dudas sobre el sistema y se develan algunas amenazas:

• Se aclara que cuando el congreso de Lanús habló de
«acuerdos» y «frentes» que podían formar los tres candidatos autorizados a ir a elecciones presidenciales, debe entenderse que se refiere a las «alianzas» autorizadas por la legislación electoral. De paso una aclaración: de los tres mencionados, los únicos anotados eran Menem y R. Saá. Kirchner apareció por arte de magia inscripto manu militari en el Congreso, así como desapareció otro que sí estaba anotado, el eterno Ricardo Mussa. Se le reprochó que hubiera cambiado la fórmula para bajar a vice del dirigente empresario Rubén Manusovich y lo voltearon de la lista.

• Que el uso de los símbolos partidarios es libre para las alianzas que armen esos tres candidatos, pero con previa autorización de los apoderados del partido. Ese control, dice el escrito, lo ejercerá el congreso que controla
Duhalde, aunque no dice cómo ni a través de quién, ya que se descarta que se realice un nuevo congreso del partido. Más aún: los apoderados del congreso que maneja Duhalde deberán autorizar la alianza que hagan esos candidatos, con lo cual Menem, R. Saá y Kirchner dependerán del real paladar de los Duhalde a la hora de cerrar sus alianzas. «El partido -dice la cláusula III de la propuesta de Landau-Duhalde-, a través de sus apoderados, mandatarios de las resoluciones de sus cuerpos -en este caso del congreso nacional-, prestará la conformidad para la constitución de cada una de estas formaciones transitorias que ya autorizó el congreso». No parece claro que Servini avale en su sentencia este poder de policía que pretende el duhaldismo ejercer, lo cual abriría la posibilidad de que el Presidente vetase a través de apoderados como Landau integrantes de la alianza que imaginase Menem con tal o cual partido.

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