El avión de entrenamiento IA-100 construido en la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) hizo un vuelo más en su cronograma de ensayos hacia la certificación completa y habilitación como entrenador militar básico el pasado miércoles. El “Malvina” voló por primera vez el 20 de mayo de 2025, fue el paso de consolidación del proyecto tras un prototipo anterior.
Festejan otro vuelo de prueba del avión IA-100 Malvina desarrollado en FAdeA
El IA-100 Malvina superó las 20 horas de vuelo y celebró un nuevo hito rumbo a su certificación, en un acto que expuso tensiones internas, crisis de gestión y el reclamo de los trabajadores de FAdeA.
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El “Malvina” voló por primera vez el 20 de mayo de 2025.
Ahora con “más de 20 horas de vuelo de pruebas, el IA-100B reafirma el posicionamiento de FAdeA como actor estratégico de la industria aeronáutica regional”, refiere el comunicado oficial.
El Malvina pasó medio rasante sobre la pista de la fábrica y luego traspuso, en rodaje, el tradicional “arco de agua” de camiones bombero festejando haber alcanzado una meta parcial del proyecto.
La ceremonia fue impulsada por el titular de la fábrica Julio Manco con doble propósito, mostrar un hecho positivo al nuevo ministro Carlos Presti en medio de la crisis de gestión interna de la planta y animar el espíritu de los trabajadores ante el anuncio de un nuevo plan de reducción de personal en 200 puestos.
Uno no podría resolver la incógnita de si tales acciones lograron el efecto deseado. Es cierto que Manco y los directores no pusieron su renuncia a disposición del teniente general Presti, también lo es que como sucede con la obra social militar IOSFA, son pocos quienes se apuntan a conducir FAdeA.
El proyecto del avión Malvina atravesó varias gestiones de distinto signo político, “y la comenzada en 2024 se encargó de retomar con miras a consolidar una oferta regional de entrenadores básicos y a potenciar la inserción de la industria nacional en mercados internacionales”, agrega en otro párrafo el mensaje oficial de FAdeA.
Parcialidades de un texto que dejó afuera el soporte financiero clave al programa del Malvina de un grupo de proveedores nacionales que no fueron convocados al festejo organizado por Manco.
En el gobierno de Mauricio Macri el programa del IA-100 se mantuvo un tiempo hasta que finalmente se suspendió y volvió a resurgir en la administración de Alberto Fernández.
El paso de Ércole Felippa, industrial lechero, a cargo de FAdeA durante el macrismo quizá sería un ejemplo del porqué de los fracasos y discontinuidades en el quehacer de la planta. Llegan a la conducción directiva personajes tan ajenos al sector como otros que se dedican part time a la tarea y desde oficinas remotas.
Es el caso del actual presidente Manco con despacho contiguo al del secretario de Investigación Política Industrial y Producción, Mario Katzenell en el piso 13 del edificio Libertador, sede del ministerio de Defensa. Asiste sólo una o dos veces a la semana a su oficina de CEO en la planta cordobesa.
Los trabajadores en pie de guerra con Manco
La opinión de los trabajadores, liderados por Marcelo Bertorello, secretario del gremio de fábrica: Sindicato de Trabajadores Aeronáuticos STA, muestra un costado crítico de la fiesta de Manco. “El éxito del IA 100 es un triunfo de los trabajadores frente al abandono institucional”, dijo.
Nosotros queremos poner en contexto este hito: “llegar a las 20 horas de prueba del IA 100 no es simplemente un dato técnico; es un milagro de la capacidad técnica argentina”. “Este logro se alcanzó pese a la nula ayuda política e institucional que ha recibido la fábrica en los últimos 24 meses”, agregó.
“Durante dos años los contratos vitales para el funcionamiento de la planta estuvieron frenados por la incapacidad de agilizarlos de este directorio. Activándose recién ahora con la gestión del nuevo ministro de defensa” agregó Bertorello.
La frase apuntó al delay en la firma de los contratos con la Fuerza Aérea que son hoy la base de la supervivencia de FAdeA, el mantenimiento de aviones Hércules y el upgrade de IA-63 Pampa.
Aquella demora se debió a una orden de revisar los contratos que recayó en Katia Dupont, una funcionaria sin título profesional validado y experiencia en un rubro específico como el aeronáutico militar.
“El IA 100 Malvina es la prueba irrefutable de que si los trabajadores de FAdeA tuviéramos un directorio presente en fábrica que defendiera nuestro potencial ante las autoridades políticas, la fábrica no tendría techo”, señaló. “Hemos demostrado que podemos diseñar y fabricar tecnología de punta incluso en el peor de los contextos”, continuó el dirigente.
“Mientras este directorio se mostraba siempre ausente en la fábrica, los trabajadores sostuvimos el proyecto con salarios que hoy rozan la línea de la pobreza y con una incertidumbre laboral constante”, finalizó Bertorello
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