10 de octubre 2025 - 00:00

Graciela Ocaña: "Los argentinos y el mercado perciben la fragilidad del programa económico de Javier Milei"

La legisladora porteña competirá para ingresar al Senado como candidata de Ciudadanos Unidos. Apuesta a capitalizar el rechazo que generan La Libertad Avanza y Fuerza Patria en ciertos sectores. Crítica de la situación económica pero defensora del superávit fiscal y las reformas, afirma que el ajuste debió haberse hecho "con bisturí". Su mirada de las jubilaciones, salud y de la autonomía porteña.

Graciela Ocaña, candidata a senadora nacional por Ciudadanos Unidos. 

Graciela Ocaña, candidata a senadora nacional por Ciudadanos Unidos. 

Mariano Fuchila

La actual legisladora porteña de Confianza Pública integra el frente electoral junto a la Unión Cívica Radical (UCR), el Partido Socialista y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), entre otros, desde donde apuesta a capitalizar el rechazo que, en ciertos sectores de la sociedad, generan el oficialismo nacional y el kirchnerismo.

Pese a reconocer el valor que tiene para la sociedad la caída de la inflación, remarca que hay otros problemas que el Presidente no atiende: la pérdida de empleo, la caída en las jubilaciones y el ajuste en sectores como salud y educación, además de la corrupción que golpea al Gobierno.

"El comerciante no vende. La semana pasada me decían que la situación es parecida a la del 2001. Pasan días sin que nadie entre a sus negocios. Es una cuestión insostenible", afirmó y criticó al Presidente por pedir paciencia "como (Alvaro) Alzogaray decía que había que pasar el invierno, pero los argentinos están esperando que les diga cuándo van a cambiar las cosas".

Periodista: En los primeros meses Milei supo aprovechar esa carta que le dio a la sociedad, teniendo en cuenta de dónde venía el país, pero pareciera que, a juzgar por el resultado de septiembre, la paciencia se agotó. ¿Cómo analiza la situación económica actual?

Graciela Ocaña: Creo que Milei ganó porque la sociedad lo veía como una esperanza frente a lo que ocurría en el país. Mucha gente lo votó porque estaba enojada con la política esperando que diera una batalla contra la casta y que terminara con los privilegios, pero creo que el ciudadano de a pie hoy por hoy comprende que al único que afectó es a él, que no está pasándola bien.

P.: ¿Cree que el Presidente tomó nota después de las elecciones de septiembre?

G.O.: El Presidente, más allá del resultado electoral de la provincia de Buenos Aires, no percibe ni escucha lo que le pasa a la gente. La plata no alcanza. El jubilado tiene que decidir entre comer o comprar un medicamento. El comerciante no vende. La semana pasada me decían que la situación es parecida a la del 2001 y que pasan días sin que nadie entre a sus negocios. Es una cuestión insostenible. El otro día, en un reportaje, dijo: "Mire si yo no voy a saber los efectos del ajuste, que los que más se ajustaron fueron los del Poder Ejecutivo". Todos sabemos que los del Ejecutivo tienen un ingreso que no es el promedio de la mayor parte de los argentinos, según el INDEC. El Presidente pide paciencia como (Alvaro) Alzogaray decía que había que pasar el invierno, pero los argentinos están esperando que les diga cuándo van a cambiar las cosas. La mayor parte de las familias ha gastado sus ahorros. Se han bajado de la prepaga, han pasado a un plan más barato o cambiaron a su hijo de la escuela. Cuando las familias llegan a esa situación es porque están muy mal y el Presidente no tiene un mensaje para ellos.

P.: Mientras tanto, el Gobierno muestra números de inflación que contrastan fuertemente con el 2023...¿Cree que la sociedad valora la estabilidad de precios en ciertos segmentos de los productos, a pesar de que la economía no repunta?

G.O.: La gente valora mucho poder ir al supermercado y encontrar los mismos precios, pero no es con todas las cosas así. No pasa con los servicios o con los medicamentos de los jubilados, que aumentan mucho más que el promedio de inflación. Además, la inflación muchas veces es de acuerdo a tu consumo y el cálculo de la canasta es de hace 15 o 20 años. Es viejo. La sociedad valora que se dé la pelea contra la inflación, pero con eso no alcanza. Falta la reactivación económica y otras cuestiones que no tienen que ver con el plano económico.

P.: ¿Cómo cuáles?

G.O.: Que se recorten los privilegios que siguen vigentes. No se eliminaron las jubilaciones de privilegio para Presidente y el Vice, ni se le tocó ningún privilegio a la casta sindical...que si hay casta ahí tenés a la mayor parte. La gente está esperando un Presidente que haga algo. Que diga cómo va a hacer para que haya dinero para las jubilaciones, para la salud pública, para el Hospital Garrahan, para las personas con discapacidad.

Graciela Ocaña
Graciela Ocaña:

Graciela Ocaña: "Se deben hacer recortes, pero con bisturí. No podés quitarle las prestaciones a un sector como el de discapacidad".

P.: Las partidas en jubilaciones constituyeron uno de los principales focos del ajuste, ¿Cómo se mejora la situación económica de los jubilados y jubiladas que perciben el haber mínimo?

G.O.: Con cobertura de los medicamentos, por ejemplo. O que, por lo menos, les reconozcan el 8% de la inflación que el Gobierno les robó en los primeros meses. Hoy esa es la base a partir de la cual dicen tener superávit. Con bajar la inflación no alcanza porque el Gobierno no da un horizonte de cambio. Me parece que la gente sufre la pérdida de trabajo y ve que la plata no le alcanza. La inflación es una parte del problema, pero los argentinos saben que la economía tiene otros problemas también y el Presidente no da respuestas. Lo vimos el otro día. En una decisión de 48 horas, Argentina se perdió de ingresar u$s1.500 millones por las retenciones cero al campo. Milei lo autorizó sin preguntarse de dónde iba a salir esa plata que no iba a percibir el Estado, mientras habilitaba un cupo de u$s7.000 millones para las grandes exportadoras. Esto es muy frágil.

P.: ¿Esa fragilidad es percibida por los mercados?

G.O.: Sobre eso creo dos cosas. Primero, que el programa económico muestra su fragilidad a raíz de los salvatajes del Fondo Monetario Internacional y del que está por venir del Tesoro de EEUU. Así y todo, no alcanzó. Creo que le han indicado al Ministro de Economía que tenía que hacer reformas y acumular reservas, pero Luis Caputo utilizó una vieja costumbre argentina para controlar la inflación: ancló el dólar para bajar la inflación. Por ese motivo, sí creo que los argentinos y el mercado, acá y afuera, perciben que el programa de Milei es muy frágil.

P.: La dificultad del Gobierno para generar diálogo y consenso, ¿En qué grado afecta al plan económico?

G.O.: Es importante. Esa fragilidad para gobernar se ve también en la dificultad que tiene el Gobierno para generar acuerdos. El Presidente, en lugar de reforzar la alianza que le había permitido durante el primer año sacar casi todas las leyes, se ocupó de dinamitarla insultando a todos, incluso a gobernadores. Esa fragilidad política no ayuda y no da confianza a mediano y largo plazo.

P.: Me hablaba del auxilio financiero que negocia Argentina con EEUU. Una de las opciones que se ponen sobre la mesa es un swap de monedas, similar al que actualmente tiene el país con China. ¿Cree que debería modificarse la ley para que pase por el Congreso como propone parte de la oposición?

G.O.: Creo que debería tener el mismo tratamiento que tuvo el swap chino de Sergio Massa o de Martín Redrado, que no tuvieron intervención del Congreso porque no se considera endeudamiento. Entiendo que es un intercambio de monedas. El swap chino yo nunca lo vi pasar por el Congreso.

Graciela Ocaña

"Milei planteó que iba a eliminar a la casta y a la corrupción, pero no lo ha hecho".

P.: Respecto a las reformas estructurales que plantea el oficialismo, ¿Estaría de acuerdo en discutir cambios a las leyes laborales, previsional y jubilatoria como pide el oficialismo?

G.O.: Así es, porque el mundo actual está marcado por grandes avances tecnológicos y científicos y hace falta modernizarnos. El sistema previsional fue pensado para otro momento. Hoy todos los países están haciendo reformas, pero no pueden recaer sobre la generación actual, que está sufriendo las consecuencias de un sistema previsional que fue saqueado. Hoy el ingreso de un jubilado, con el bono, es de $390.000. Una pareja de jubilados, obviamente, no puede vivir con esos dos ingresos.

P.: En un escenario de fragilidad política surgen casos de corrupción como ANDIS, LIBRA y la renuncia de José Luis Espert por sus vínculos con Fred Machado, ¿Qué impacto considera que pueden tener en la opinión pública?

G.O.: En los mercados no lo sé, pero en el electorado creo que tienen impacto. Milei llegó con un discurso en el que decía que iba a eliminar a la casta y a la corrupción, pero no lo ha hecho. Ha sido muy duro cuando se trató de funcionarios de menor rango, pero cuando son personas cercanas a él es inamovible. Dice que son “chismes de peluquería”. Ahora vemos que esos chismes son bastante graves como para aceptar que Espert renuncie a la presidencia de la Comisión de Presupuesto y a una candidatura. Creo que no ha mostrado una firme voluntad de luchar contra la corrupción.

P.: En octubre, Ciudadanos Unidos tendrá que competir contra la polarización entre La Libertad Avanza y Fuerza Patria. ¿Cómo se prepara para disputar ese lugar de alternativa?

G.O.: Nosotros creemos que hay otra manera de generar estabilidad. Consideramos que se puede tener superávit fiscal, pero con las personas dentro. Hoy de un lado están los que gritan, los que excluyen a los discapacitados, a jubilados, a la salud, a la educación. Del otro, los que se robaron todo. Nosotros proponemos un camino distinto. Se deben hacer recortes, pero con bisturí. No podés quitarle las prestaciones a un sector como el de discapacidad. Hay otra manera de gestionar el Estado. Se puede hacer obra pública sin robar como hizo el kirchnerismo. Puede haber diálogo y buscarse consensos, sin imposición. Queremos ir al Congreso para intentar llevar adelante las reformas que Argentina necesita para que haya inversión y crecimiento, pero sin cargarla sobre un sector o una generación.

P.: ¿Hay lugar en la Ciudad para una opción como Ciudadanos Unidos?

G.O.: Creemos que hay muchos votantes que están buscando esa opción. En el Senado se renuevan las tres bancas: dos por la mayoría y uno por la minoría. Evidentemente Bullrich es una buena candidata para La Libertad Avanza y para un sector del electorado. El lugar que queda, no queremos que sea para el kirchnerismo. Mariano Recalde, que vuelve a presentarse como candidato, no ha representado el interés de la Ciudad. Incluso ha votado en contra de leyes importantes para el distrito como cuando se discutieron los fondos por el traspaso de la Policía. Creemos que la Capital debe recuperar las competencias que aún no tiene. Queremos recuperar el Puerto de Buenos Aires e ir al Senado a dar una discusión de los recursos que le corresponden a la Ciudad por lo que aporta en la Coparticipación Nacional.

P.: ¿Qué otros aspectos de la autonomía de la Ciudad cree que deberían ser discutidos en el Congreso?

G.O.: Por ejemplo, recuperar la parte del control de la salud pública que hoy en la Ciudad está en manos de la Nación. Lo mismo con el registro de la propiedad y la Inspección General de Justicia (IGJ), que son competencias propias que tienen otras provincias. Fundamentalmente queremos que la competencia de la Justicia pase a CABA para tener una justicia más ágil y que dé respuesta al vecino. Hoy en día, si hay un conflicto laboral tiene que ir a la Justicia nacional, que muchas veces tarda años para resolver. Mariano Recalde no va a ir a defender eso ni el proyecto de Ficha Limpia, el cual votó en contra. Y se perdió por un voto. Nosotros impulsamos esas propuestas y queremos que el kirchnerismo no tenga representantes en el Senado. Por eso le pedimos al vecino que nos acompañe con su voto.

P.: Si fuera electa, ¿Reimpulsará el proyecto de Ficha Limpia?

G.O.: No tengas dudas. Acabamos de firmar con Martín Ocampo el compromiso que está generando la sociedad civil impulsora de Ficha Limpia y para mí es un orgullo poder impulsarla. Ojalá que tengamos el número en el Senado, si soy electa, para poder llevarla adelante.

P.: Actualmente la Legislatura porteña está dando el debate sobre la creación del Servicio Penitenciario de CABA, ¿Es otro punto clave de la autonomía porteña?

G.O.: Por supuesto. Hoy se está debatiendo y está avanzando. Más allá del acuerdo electoral que han hecho La Libertad Avanza y el PRO en la Ciudad, siguen existiendo los mismos problemas con respecto a los detenidos. Tenemos más de 2.000 presos en las comisarías y alcaidías que son custodiados por la Policía porteña, la cual, en lugar de estar en la calle para garantizarle seguridad al vecino está cuidando los presos que deberían estar en cárceles nacionales. La demora en los traslados comenzó con Alberto Fernández durante la pandemia, pero continuó con el Gobierno actual. Hasta ahora no se ha resuelto. Vemos con preocupación eso, porque ese tipo de disputa política afecta los intereses de la Ciudad.

Graciela Ocaña

P.: Respecto al cierre de alianzas, no lograron acordar con la Coalición Cívica. ¿Qué ocurrió?

G.O.: Nosotros intentamos sumar a todos los sectores. Lamentablemente no lo pudimos hacer. La realidad es que la Unión Cívica Radical fue muy generosa porque pretendió, y hasta último momento intentó, junto con nuestro partido, con el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), conformar un bloque más amplio porque creemos que los vecinos de la Ciudad merecen hacer ese esfuerzo. La suspensión de las PASO genera esta cuestión de que es muy difícil dirimir en una mesa lo que tal vez deberían dirimir los vecinos.

P.: ¿Intentarán ampliar el espacio para el 2027?

G.O.: Nosotros vamos seguir haciendo siempre ese esfuerzo, pero la verdad es que hoy estamos totalmente abocados a esta campaña y trabajamos para poder representar de la mejor forma al vecino y llegar al Congreso a través de Ciudadanos Unidos.

P.: ¿La disolución de Juntos por el Cambio en Ciudad fue un error de parte del PRO?

G.O.: Totalmente. Ha sido un error destruir Juntos por el Cambio en la Ciudad. El PRO pagó caro eso y por primera vez salieron terceros en las elecciones de mayo. Mientras tanto, uno ve que JxC se mantuvo en un montón de distritos en las elecciones locales y en esos lugares, por lo menos hasta ahora, le fue bien. En Santa Fe o Jujuy los gobernadores ganaron, por ejemplo.

P.: ¿Qué sintió cuando Mauricio Macri firmó el acuerdo con La Libertad Avanza?

G.O.: Creo que el PRO, quizás por una cuestión electoral, decidió olvidarse de muchos de los valores que sostenían: la gestión, la inclusión, la solidaridad, por ejemplo. Me parece que los dejó de lado por un interés electoral. Es una decisión de un partido. Yo tampoco voy a juzgar lo que hace otro partido. Lamento porque hay muchísimos dirigentes que respeto muchísimo y que son buenas personas, empezando por el ingeniero y expresidente Macri, a quien le tengo un gran cariño.

P.: ¿Cree que el lugar de Juntos por el Cambio lo puede ocupar Provincias Unidas en un futuro?

G.O.: Yo creo que es muy difícil porque las construcciones que no están más, ya no están más. Lamentablemente JxC no existe más, pero es muy esperanzador ver a dirigentes políticos, gobernadores jóvenes que vienen de distintos lugares, como peronistas, radicales y PRO, unirse bajo una idea con un mensaje claro basado en el equilibrio fiscal, el desarrollo y el rechazo a la corrupción. Es una opción distinta y creo que en ese sentido es muy esperanzadora. Habrá que ver qué pasa en las elecciones del 2027, pero creo que han dado un paso muy importante, que es expresar la voluntad de construir ese espacio. Muchas veces se han reunido dirigentes de distintos espacios, pero acá estamos hablando de gobernadores que tienen el aval de sus co-provincianos en las elecciones, con lo cual tienen una representación muy alta. Creo que es una opción importante, incluso para llevar adelante una acción distinta a lo que ha venido pasando en el Congreso. Pienso que quizá hasta podría haber un bloque, ya no por partido sino en base a una representación federal.

P.: Por fuera de Provincias Unidas aparece Axel Kicillof, quien salió fortalecido de las elecciones de septiembre. ¿Qué opinión tiene del gobernador de Buenos Aires?

G.O.: Creo que Kicillof es hijo del kirchnerismo. Ahora, evidentemente ha tomado o pretende tomar un camino distinto. Lo que quizá lo diferencia es que nunca ha sido manchado por ningún hecho de corrupción. Sí tuvo casos de mala gestión, como la reestatización de YPF. Como ministro de Economía fue un pésimo gestor. Sin embargo, nunca he hablado con él. Solo lo he tenido de colega en la Cámara de Diputados.

Graciela Ocaña

P.: En su momento fuiste una de las impulsoras de la denuncia por sobreprecios del Plan Qunita, que terminó con el sobreseimiento de los funcionarios. ¿Cree que es una cuestión judicial resuelta?

G.O.: Es una causa cerrada, pero la propia fiscal, proveniente de Justicia Legitima, un sector vinculado al kirchnerismo, no impulsó la acción a pesar de que había otro fiscal que nunca fue consultado, ni tampoco se consultó a la Oficina Anticorrupción. En la propia resolución le aconsejó cómo se debía hacerse la licitación para evitar que pudiera haber sobreprecios.

P.: ¿Era un buen plan que podría ser retomado en algún momento por Nación?

G.O.: Obviamente. Como siempre digo, el kirchnerismo toma buenas ideas, como generar un programa que pudiera llegar a la madre, pero en el medio genera un hecho de corrupción. La idea es buena. Quizás la calidad del producto no era la mejor. Incluso en el INTI lo cuestionaban.

P.: ¿Qué expectativas tiene para las elecciones?

G.O.: Las mejores porque recorro las calles, hablo con comerciantes, hablo con jubilados. Estamos haciendo una campaña que tiene que ver con lo que somos, que es escuchar y explicar nuestras propuestas.

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