El gobierno
y el macrismo
corren
detrás de
adhesiones
que les sumen
votos en
la segunda
vuelta
porteña.
La política nada tiene que ver con la matemática. Salvo cuando hay andanadas de votos. Ni antes en la Capital, distrito donde decía Carlos Grosso, del peronismo porteño, «Dos más dos son cuatro, más Suardi y Padró». Aunque se especule con porcentajes que suben y bajan de acuerdo con los apoyos que reciban los candidatos de los partidos que jugaron el domingo pasado, esa materia no puede garantizar tal transferencia, pero puede aproximar una esperanza.
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Para las elecciones porteñas, que el domingo 24 próximo se definirán en segunda vuelta, las cuentas están a la orden del día en las tolderías de Mauricio Macri y de Daniel Filmus, cada uno anotando adhesiones diversas, que creen que se transferirán en votos.
El primer cálculo sugiere que 20% que obtuvo Jorge Telerman se dividirá en partes iguales a cada candidato. Sólo esa cuenta sube a Macri -que sacó 45,62%- a más de 55% y ya ganaría. En cambio, a Filmus los votantes de Telerman en primera vuelta lo dejarían apenas cerca de 40% que querría capitalizar el gobierno como voto porteño a su favor.
Además, en ese planeta de adhesiones incipientes del macrismo ganador, ya suman variadas expresiones, que fueron apareciendo no bien se conoció el contundente 45,62%. Roberto Lavagna, un candidato también que debe envidiar los votos de que obtuvo Filmus y ni a atreverse a creer que obtendrá los de Macri, se ha manifestado por el candidato y dentro de su adherentes, la UCR Capital no se atreve a explicitar ese apoyo. Pero, ya lo hizo Enrique Olivera y sus adherentes radicales estarán en procura de que el gobierno pierda otra vez la votación.
El voto en blanco de Elisa Carrió y la izquierda porteñafavorecen inclusive a Macri, que, con sólo contar con las mismas adhesiones que el 3 de junio, superaría el porcentaje que obtuvo, al que le faltó poco más de 4% para consagrarse en primera vuelta. Menos votos equivale para Macri mejorar la base de cálculo del resultado final. Podría incluir en la ecuación Macri a partidos chicos como Consenso Porteño (Guillermo Cherasny) y el MODIN (Enrique Venturino), que repartieron porcentajes menores que 1% cada uno, pero en conjunto le agregarían sus votantes ese 1, siempre útil en el conteo final.
Agregaría Macri al cardenal Jorge Bergoglio, quien ha mediado para conciliar la alianza Telerman-Carrió, pero la derrota no le impedirá reconocer que ingresa a la Legislatura porteña, una empleada de la vicaría, quien obtuvo la banca en la lista macrista.
Juan Carlos Blumberg también logró un representante en la Cámara porteña, y ayer salió a ratificar su apoyo a Macri. Algunas agrupaciones se fueron también plegando, como el Peronismo de Pie, de Ramón Puerta, el duhaldismo -con peronistas que ya tienen en sus filas y le rindieron buen examen en la zona sur porteña-, entre otros.
A esa caza se aboca también por estas horas Filmus, en tenidas con partidos de bajo porcentaje, como el Socialismo Auténtico ayer, que ya le piden pista y en conjunto pueden añadirse 1%, para acercarlo a 40%, aún perdedor. Dentro de esas adhesiones chicas se podría contar al Partido Obrero de Jorge Altamira, que obtuvo 0,90% y cuya virulencia contra Macri podría llevar a los votantes a darle el sufragio a Filmus. Numerosas agrupaciones barriales y ONG de distinta temática considera el kirchnerismo útil a la hora de las cuentas.
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