Manifestantes de dos líneas con mucha gente
Los porteños pagaron el costo mayor del duelo político que con las calles como campo de batalla protagonizaron ayer entre sí piqueteros duros y grupos afines al gobierno de Néstor Kirchner. Durante todo el día, el tránsito en la Ciudad fue crítico producto de la avalancha de movilizaciones y cortes de calles -volvieron a quemar gomas en la 9 de Julio-con que, anti y pro Kirchner, eligieron recordar a los muertos de las horas trágicas que antecedieron a la caída de Fernando de la Rúa en diciembre de 2001.
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Los piqueteros oficialistas se reunieron ayer frente al Congreso Nacional para recordar el 20 de diciembre, pero, a diferencia de los concentrados en Plaza de Mayo, sin cuestionar a Néstor Kirchner.
Pero no hubo árbitro para medir en esa disputa que cada uno se autoatribuyó como victoriosa.
Lo cierto, más allá de los números, fue que la calle mostró una marcada división entre seguidores y detractores de Kirchner. Para unos, el Presidente es producto -en el buen sentidode aquella revolución popular que derrumbó a una Alianza convaleciente; para los otros, el patagónico llegó para interrumpir un proceso de cambio social. El hecho es el mismo; el prisma no.
En la plaza de los Dos Congresos los pro. Allí el Frente Patria para Todos reunió a sus seguidores que llegaron portando antorchas para participar de un mitin encabezado por Luis D'Elía (FTV), Jorge Ceballos (Barrios de Pie) y Emilio Pérsico (MTD Evita), los mayores aportantes de tropa.
De todos modos, la asistencia fue menor a la proyectada: anoche, voceros de ese bloque reconocían que no alcanzaron a los 30 mil que pronosticaban hasta el mediodía. Dieron un argumento que sonó a excusa: «Nunca hay que mostrar todo el poder de fuego». Un derrape inocultable.
En la Plaza de Mayo, en tanto, todo el arco crítico que abarca a los piqueteros duros -algún «dialoguista» como la CCC-, a partidos de izquierda y a las organizacionesde derechos humanos,se convocó para repudiarlas «políticas de Kirchner-» según indicaron.
«No al pago al FMI», rezaba un cartel que coronaba el escenario donde, amontonados, dirigentes de una colección de agrupaciones y fracciones políticas acompañaron a los familiares de las víctimas caídas en las horas aciagas del 19 y 20 de diciembre de 2001.
En esa plaza no hubo más que cuestionamientos contra el Presidente que logró que, tras largos meses de recelos, grupos piqueteros distanciados vuelvan a compartir un show. ¿Una señal de fuerza o de debilidad?
En una gran mixtura volvieron a mostrarse juntos el MIJD de Raúl Castells -sin él-, el Polo Obrero de Néstor Pitrola, el MST Teresa Vive de Gustavo Giménez, el MTR de Roberto Martino y CUBa de Oscar Kuperman, además de una colección de partidos de izquierda y organizaciones de DD.HH.
Así y todo, no le bastó para reunir las 50 mil personas que esperaban.
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