24 de diciembre 2004 - 00:00

Menem el lunes en Buenos Aires

Carlos Menem llegó ayer a Anillaco para pasar allí la Navidad junto con Cecilia Bolocco y su hijo Máximo, que arribarán hoy desde Chile. El descanso será corto: el lunes se deberá trasladar a Buenos Aires para notificarse formalmente en los tribunales de Comodoro Py del auto que levantó la orden de captura internacional fijando una caución. El 30 de diciembre volverá Menem a Santiago de Chile para festejar el año nuevo en familia. El 10 de enero retomará la actividad. Se presume por esa fecha un encuentro con Adolfo Rodríguez Saá, con quien acordará un camino en común sin mencionar ni una palabra de candidaturas. Llegará luego el momento de lanzar los ritos de campaña en la costa y se afirma que el lugar será, sin dudas, Mar del Plata. Luis Patti será allí el anfitrión de una reunión nacional de dirigentes. Menem reiteró ayer que liderará un frente de centroderecha donde pretende sumar a Ricardo López Murphy, Rodríguez Saá, y hasta mencionó a Aldo Rico. Por otra parte, exigió internas de autoridades en el justicialismo. El puntano, en tanto, ayer asumió la jefatura del peronismo de San Luis y comenzó su gestión partidaria con un pedido similar. Queda para agregar a la agenda, pero sin fecha aún, un encuentro de Menem con el gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch, al que el riojano también mencionó ayer como potencial integrante de su frente de centroderecha.

Carlos Menem pasará hoy Navidad en la Argentina, luego de regresar de su refugio político en Chile. En la madrugada de ayer animó una cena mutitudinaria con seguidores en la capital riojana (en la foto junto a Alejandra Oviedo, entre otros). Por la mañana, jugó golf.
Carlos Menem pasará hoy Navidad en la Argentina, luego de regresar de su refugio político en Chile. En la madrugada de ayer animó una cena mutitudinaria con seguidores en la capital riojana (en la foto junto a Alejandra Oviedo, entre otros). Por la mañana, jugó golf.
La Rioja - Carlos Menem llegará el lunes a la Capital Federal para notificarse ante el juez Norberto Oyarbide de la resolución que revocó su orden de captura. Esa presentación en los tribunales de Comodoro Py se convertirá también en un acto de campaña. El miércoles a la madrugada, en el final de la cena de Carlos Menem con dirigentes riojanos, se convocaba por los parlantes a quienes estuvieran en Buenos Aires a concurrir a los tribunales.

Esos trámites judiciales, de todas formas, no estaban ya en las preocupaciones de los seguidores del ex presidente que lo recibieron en La Rioja. El tema a dilucidar por la decena de «amigos» que llegaron desde Buenos Aires y el resto del país era más importante. «¿Diputado o senador?» o «¿ directamente al 2007 sin irritar por ahora con lanzamientos apresurados?», se preguntaban. Esas opciones electorales los ocupaban el miércoles por la noche después de escuchar a Menem. El problema para tanto razonamiento fue que el protagonista de la jornada no dio ninguna pista sobre su futuro. No lo hizo durante su discurso frente a la sede del PJ ni un rato más tarde en la cena que le organizaron en «Facundo Dos», un club en las afueras de la ciudad. Pero, a pesar de los silencios, el club de amigos que llegó para el acto seguía sosteniendo que la candidatura a la senaduría de La Rioja era una hecho. No le hacían caso, siquiera, a la frase de Menem que desmintió esa posibilidad afirmando: «¿Cuándo vieron que un Papa luego sea obispo?», aunque ayer el ex presidente ya había comenzado a relativizar esa negativa.

Por el contrario, tomaron el discurso del ex mandatario, sin alusiones electorales, como una estrategia fina del primer día para no irritar. Y muchos reivindicaron el rédito de tanta mesura: «Hace dos semanas que Eduardo, Adrián y los abogados están tratando de convencerlo para que no se le salga la cadena», fue el giro elegido para explicar la mesura de Menem en la crítica al gobierno y en no adelantar estrategias electorales.

• Fiadores

Por eso la tranquilidad al final del discurso que mostraban tanto «Chiche» Aráoz, Pedro Baldi y Héctor Maya, los mismos que minutos antes, cuando Menem agradeció a quienes firmaron su fianza ante la Justicia para levantar la orden de captura, le habían respondido entre risas desde detrás del palco: «No queremos que nos des las gracias, sólo que no desaparezcas porque vamos en cana nosotros», como Jorge Llampart, principal apoderado de Menem en el Peronismo Popular.

Menem
partió luego del acto a un asado donde casi con exclusividad reinaron los punteros que siguen a los Menem en toda La Rioja. La excepción fue un grupo de santafesinos. Ese lugar fue un reducto del que Eduardo y Adrián Menem -los organizadores-no participaron a los «amigos» llegados desde el resto del país. Ni Alberto Tell, Ramón Hernández, Rodolfo Barra, Maya, Aráoz o Claudio Sebastiani.

Pero sí hubo un único invitado que hizo especular al resto sobre quién será el virrey de Menem para el desembarco en la provincia de Buenos Aires. En la mesa principal del populoso convite de dirigentes menores -habría cerca de 400- se sentaron junto al ex presidente
Alejandra Oviedo -para desmentir claramente cualquier rispidez la abrazó en varias ocasiones-, Eduardo Menem y Luis Patti, el único « extranjero» que esa noche lideraba también la cabecera, rodeado de locales como el legislador Bienvenido Martínez, Miguel Flores y Carlos Vivas --ambos del «Comando por el Retorno»-, todos riojanos que raramente participaron de la vida de Menem fuera de la provincia. Pasaron a saludar por allí tres mujeres del PJ: la cordobesa Marta Alarcia, la tucumana Olijela del Valle Rivas y la neuquina Norma Miralles de Romero.

Para quienes buscaban una guía sobre el futuro electoral esa cena multitudinaria dio tantas pistas como para confundir aun más.
Menem besó, abrazó y firmó autógrafos como en la mejor de las campañas. Y no se inmutó cuando se comenzaron a distribuir unas medias de golf con la palabra «Menem» en el elástico y la etiqueta «Menem 2005» y menos cuando llegaron las remeras con la inscripción «Menem 2007», opciones que de todas formas no son incompatibles.

De allí se retiró supuestamentea descansar a la casa de
Pedro «Tico» Nash, el empresario amigo del rubro automóviles que ayudó a Zulemita Menem a entrar en el negocio de las concesionarias. Pero no hubo sueño inmediato: varios de los visitantes que no habían participado del asado -Tell, Hernández y los pilotos de Menem-se sumaron en otra cena que terminó después de las 3 de la madrugada. Un rato antes se había tomado la decisión de postergar hasta hoy a la tarde el traslado a Anillaco, donde Menem esperará la llegada de Cecilia Bolocco y su hijo Máximo en la primera visita a la Argentina.

La mañana de ayer empezó con un desayuno en la casa de
Nash con Angel Mazza, que no había participado del acto por haber viajado a reunirse con Kirchner. Para esa hora Zulemita Menem, Barra, Maya y su sobrino Adrián habían abandonado la provincia en el primer vuelo del día. Se alejó así cualquier suspicacia sobre los roces en la nueva interna riojana. Siguió luego un partido en el Golf Club de la capital provincial bajo de un sol abrazador de 40 grados a la sombra.

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