18 de octubre 2001 - 00:00

Senadores, en una puja inmobiliaria

Los senadores del PJ se tomaron ayer en broma una puja todavía no declarada, pero que los desvela: la guerra por los despachos que dividirá a los 9 legisladores que renovaron mandato y a los 63 que estrenarán banca el 10 de diciembre.

En medio de festejos por el 17 de octubre y por la performance electoral del domingo, los peronistas cantaron la marcha partidaria e intercambiaron amistosas pullas, en un clima mitad alegre, mitad nostálgico, por los que se van y ya no vuelven, algunos de los cuales deben «reservarles» bufete en el palacio del Congreso a sus aliados distritales, como si fueran agentes inmobiliarios, por caso el jujeño Fernando Cabana.

«Muchachos, parece que 'Chiche' Canata quiere sortear los despachos»
, se divirtió el santafesino Jorge Massat, atribuyéndole al secretario administrativo la intención de repartir al azar las oficinas de los nuevos senadores.

«¡Sortear, las pelotas!»
, bramó Angel Pardo, quien no para de dar sapucai desde el domingo a la noche, cuando obtuvo la reelección con una importante diferencia de votos sobre el aliancista Lázaro Chiappe. Más atildado pero sin perder el tono jocoso, Eduardo Menem -otro de los que renovó títulos- explicó que «van a tener que usar la fuerza pública para ordenar cómo se distribuyen los despachos».

A esa hora, Pardo, el riojano, José Luis Gioja y el pampeano Carlos Verna se habían confabulado en un divertimento casi excluyente. «No nos van a sacar las oficinas; queremos mantenerlas», se rió el jefe del bloque.

Menem
estaba a sus anchas, especialmente porque no estaba presente su contradictor en la provincia. Jorge Yoma pegó el faltazo porque prefirió participar de una ronda de senadores electos con Carlos Ruckauf, en la sede porteña del Banco Provincia. Con sándwiches de miga, el gobernador bonaerense apenas acaparó la atención del entrerriano Jorge Busti, el mendocino Jorge Pardal, el rionegrino Miguel Angel Pichetto, el chubutense Marcelo Guinle y el neuquino Sergio Gallia, amén de Yoma. Gioja, que estaba invitado, no pudo asistir porque tenía el compromiso de encabezar la reunión de bloque y servir el vino sanjuanino para la celebración (el menú en el Congreso no podía ser más austero: apenas una picada de fiambres y quesos).

Hubo una visita fugaz bancaria del misionero Ramón Puerta y del santacruceño Néstor Kirchner, que iban de paso a la Casa de Salta, donde deliberaron los 11 mandatarios del Frente Federal. No fue simplemente cortesía lo que los distrajo en la escala. Puerta, candidato a presidente provisional del Senado, argumentó por qué la conducción de la cámara debía ser tomada por el PJ. «No podemos hacer cortesía con sombrero ajeno», repitió el ex gobernador de Misiones.

El anfitrión y sus aliados se juramentaron respetar que el oficialismo designe al virtual vicepresidente de la Nación, criterio que ya había levantado Eduardo Duhalde, cuya presencia ya se había descartado en el BAPRO. El caudillo de Lomas de Zamora, a sabiendas de que no podría disputar esa butaca, apostó todas las fichas a Eduardo Camaño, su candidato a gerenciar Diputados. De cualquier manera, la polémica por la presidencia provisional será debatida en una cumbre de senadores electos la semana que viene.

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